La hipótesis más fuerte que se maneja en la CIA es que la muerte del fiscal Alberto Nisman se debe a una puja interna de los servicios secretos argentinos con el gobierno de Cristina Fernández y que Irán no tuvo nada que ver en el asunto.
“En Langley (sede central) creen que el operativo tiene que ver más con una pelea interna en la Argentina que con Irán”, dijo una fuente con acceso a los encargados de Argentina en la agencia de inteligencia de EEUU. “No hay ninguna duda de que el operativo fue hecho por profesionales, aunque nadie sabe con certeza lo que realmente ocurrió”, agregó.
En realidad hay dos hipótesis sobre la mesa. La primera es que Cristina expresó su deseo de deshacerse de Nisman por la denuncia que había presentado acusándola de encubrir a los autores iraníes del atentado contra la AMIA. Y, consecuentemente, un grupo de los servicios decidió cumplir con su deseo ya sea con acuerdo o sin acuerdo de ella. La segunda es que otros miembros de los servicios realizaron el operativo para debilitar a Cristina debido a la reestructuración que había comenzado a hacer en la ex SIDE.
“La CIA cree que el operativo tuvo más ver con una puja interna en el Gobierno y menos con Nisman y lo que estaba investigando. Alguien quiso complicar a Cristina por los cambios que estaba haciendo en la SIDE”, dijo la fuente sobre el recambio de la cúpula ordenado en diciembre, agregando que dentro de la CIA hay algunos que “no dan crédito” a la denuncia de Nisman porque hasta ahora lo único que se ha escuchado son casettes de Luis D'Elía hablando con su contacto iraní y “nadie da crédito aquí al piquetero”. En cambio, “si hubiera escuchas de, por ejemplo, Carlos Zannini negociando un intercambio del memorándum contra petróleo, eso sería otra cosa”.
“Cristina creó su propio Frankenstein. No es una víctima como quiere hacer creer a los argentinos. Es la responsable. Se metió con los servicios secretos y se les dieron vuelta y el resultado es lo de Nisman”, dijo otra de las fuentes consultadas. “Esto no tiene nada que ver con Irán; esto tiene que ver con los servicios de inteligencia argentinos”, dijo.
Ambas fuentes dijeron, sin embargo, que nadie sabe con certeza lo que ocurrió. “Recuerde que desde 2011 el número de agentes de la CIA, el FBI o la DEA en la Argentina se redujo al mínimo”, dijo la fuente ligada a la primera.
Por eso nadie descarta tampoco que la muerte de Nisman haya tenido lugar para impedir que su denuncia sea presentada ante el Congreso y comience a tomar vuelo. De hecho, The Telegraph de Londres publicó una entrevista a un ex agente especializado en terrorismo de la SIDE en la que afirma que el asesinato de Nisman fue perpetrado por “una célula de leales al Gobierno” que no necesariamente recibieron la bendición de Cristina pero que interpretaron que su deseo era que el fiscal desapareciera antes de que presentara su denuncia en el Congreso.
Durante la investigación de la causa AMIA, Nisman tuvo una relación muy estrecha con la embajada de EEUU. Los WikiLeaks reunidos por Santiago O' Donnel en sus libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014) prueban que los agentes de inteligencia estadounidenses no sólo eran una fuente de información para Nisman sino que en muchos casos también guiaban su investigación. En ese sentido, la CIA tendría que tener más información sobre la muerte del fiscal de lo que dice tener.
Pero la fuente dijo que, desde que el canciller Héctor Timerman detuvo un avión militar estadounidense en Ezeiza en febrero de 2011, la cooperación en materia de inteligencia con Washington se redujo sustancialmente.
Nisman siguió muy ligado a EEUU de todas maneras. En 2013 fue invitado a hablar, en el Congreso norteamericano, sobre la penetración de Irán en América Latina.
No hay duda de que el tema superaba la investigación de la AMIA pero Gils Carbó no le permitió viajar, lo que transformó a Nisman en un héroe entre los legisladores republicanos más comprometidos con la lucha contra Irán, como Marco Rubio, Ileana Ros Lehtinen y Ed Royce, quienes ahora están pidiendo a Obama que exija a la Argentina una investigación sobre la muerte de Nisman, transparente e imparcial.
La Casa Rosada volvió a apuntar contra Lagomarsino
La Casa Rosada insistió en concentrar la atención sobre el técnico informático que trabajaba para el fiscal Alberto Nisman. Por la mañana, a través de la cuenta oficial de la red de social de los 140 caracteres, recordó que Diego Lagomarsino fue quien le prestó el arma al fallecido titular de la Unidad Fiscal AMIA y también remarcó que fue la última persona en verlo con vida.
Recordó los pasajes de la cadena nacional del viernes en los que Cristina Fernández se refirió al colaborador de Nisman.
Precisó un tuit, al que Cristina había aludido, en el que Lagomarsino insultaba a la Presidenta.
Enseguida, con algunos errores ortográficos, habituales en la cuenta, recordó que Lagomarsino era el propietario del arma desde donde salió el disparó que mató a al fiscal y afirmó que fue la última persona en verlo con vida.
Para la DAIA, hay muchas dudas
La DAIA, a través de su vicepresidente Waldo Wolff, advirtió que “todavía quedan muchas dudas” sobre la muerte del fiscal especial Alberto Nisman, a casi dos semanas de su deceso, y señaló que eso perjudicó a la investigación por el atentado a la AMIA. “Sin dudas las perspectivas no son de lo más alentadoras”, consideró desalentado.
Por su parte, Luis Czyzewski, de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, afirmó que “la muerte del fiscal eclipsó su denuncia” contra la jefa de Estado que la acusaba por haber buscado fabricar la inocencia de Irán.
The Guardian habla de los miedos que tenía el fiscal
El periódico británico The Guardian publicó ayer un extenso artículo sobre el caso del fallecido fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, y dijo que éste “tenía más miedo de los fanáticos simpatizantes del Gobierno que de los terroristas extranjeros, de acuerdo con la última persona conocida que ha hablado con él antes de su muerte”, mencionó el artículo, en referencia a la declaración de Diego Lagomarsino.
“Partidarios del Gobierno, funcionarios de inteligencia descontentos, Hezbolá, espías iraníes y el Mossad han sido sugeridos como posibles culpables”, mencionó The Guardian, que, con diversos artículos, ha seguido el caso.