La gran pregunta que siempre queda flotando y que nadie puede responder, sea quien fuere el que se encuentre al frente del Gobierno, pasa por conocer por qué motivo la Argentina es un país tan caro. Puede ser, como algunos manifiestan, que el nuestro es un país con mayor cantidad de impuestos, que los salarios de los trabajadores cuentan con una importante cuota de aporte patronal o que, por su tamaño, los productos se encarecen por el costo del transporte. Pero de ninguna manera se puede aceptar que sea tan grande la diferencia entre los precios de otros países en comparación con el nuestro, aún a pesar de que la diferencia entre los salarios también es importante.
Vale señalar además que la situación señalada no se ha modificado aunque se hayan aplicado políticas económicas proteccionistas o liberales a nivel nacional.
Los mendocinos observamos a diario y muy especialmente los fines de semana "largos" cómo miles de comprovincianos cruzan la frontera para realizar compras en Chile, que pueden consistir desde televisores o celulares de última tecnología, ropa y hasta mercadería, planteo, en este último caso, que ha modificado la tendencia de muchos años, cuando los argentinos concurríamos a las playas chilenas portando alimentos permitidos por la diferencia en los precios.
Una investigación realizada por Infobae permitió esclarecer el motivo principal de esa nueva tendencia de los consumidores argentinos.
Destaca el informe, por ejemplo, que un televisor de 40 pulgadas, que en la Argentina cuesta 9.500 pesos, puede ser comprado por 5.120 pesos en Estados Unidos, 7 mil pesos en México, 5.400 pesos en España y 6.223 en Gran Bretaña, mientras un celular que en la Argentina vale 10.300 pesos, cuesta 6 mil en Estados Unidos, 6.200 en México, 6.800 en España y 7.130 pesos en Gran Bretaña. En el caso de la ropa, un jean que se puede comprar en 2 mil pesos en la Argentina puede ser adquirido a 800 pesos en México, 640 pesos en Estados Unidos, 1300 pesos en España y 1.158 en Gran Bretaña y la misma situación se plantea en el caso de las zapatillas y hasta en los libros de lectura.
En el caso de los alimentos, a pesar de que nos enorgullecemos por ser el granero del mundo y donde se produce trigo, carne, frutas, legumbres y pescado, se indica que el esfuerzo que debe hacer un trabajador para acceder a una misma canasta de alimentos es mucho mayor en la Argentina. Se pudo conocer que los argentinos deben trabajar casi el doble que una persona de Estados Unidos y España y casi el triple que en Inglaterra, para adquirir los mismos productos frescos, carne roja y blanca, lácteos, huevos, productos envasados y también frescos.
Al hacer referencia a las explicaciones sobre ese fenómeno repetido, la investigación destaca que son multicausales que pueden comprender desde un supuesto atraso cambiario, a pesar de la flotación limpia, porque los precios en dólares son superiores a los de otros países y la segunda razón es la carga impositiva. También incluyen la baja productividad de la industria nacional en general y políticas proteccionistas de la producción nacional no competitiva y la escasa explotación con valor agregado de los recursos naturales del agro, mineros o marítimos. No se hace alusión en el estudio a los motivos por los cuales un producto (pongamos como ejemplo a la manzana) que se le paga 3 pesos el kilo al productor es vendida al consumidor final a 30 pesos el kilo, lo que demuestra que el mayor beneficio queda en la cadena de comercialización.
Un tema complicado que necesita una respuesta de parte de quienes tienen a su cargo fijar las políticas de Estado y un problema que se multiplica en Mendoza, en razón de que somos una de las provincias de las denominadas "caras" por el valor de sus productos.
