“Quieren volver con el miedo, pero nosotros estamos convencidos de que el camino que hemos tomado es el correcto. Le estamos ganando a la resignación”, dijo el presidente Mauricio Macri en un acto en Jujuy, en el barrio de Alto Comedero, que supo ser el bastión de la dirigente kirchnerista Milagro Sala.
En su quinta visita a Jujuy desde que es presidente, Macri encabezó un acto con el gobernador Gerardo Morales, justo en la semana en que la Justicia local debe decidir si le brinda, o no, la prisión domiciliaria a Sala, tal como reclamó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El acto de Macri y Morales tuvo lugar nada menos que en el barrio de Alto Comedero, que supo ser el bastión de la Tupac Amaru, la organización que lideró la dirigente kirchnerista detenida desde enero de 2016 por varias causas de corrupción.
El presidente también se dedicó a resaltar las mejoras en la economía que muestran los números oficiales. “Crece el campo, crece la industria, la construcción (...) Los números sirven claramente para saber si vamos bien, pero lo que importa es ver cómo están ustedes”, sostuvo, y dijo que “todos los argentinos tienen que alcanzar esta situación de mejoras, y por eso tenemos que seguir trabajando. Necesitamos que se siga creando trabajo, trabajo y trabajo”, sostuvo el Presidente, quien volvió a denunciar que hay una “mafia del juicio laboral”.
“De Jujuy va a depender el mayor desarrollo que va a ocurrir en el mundo, que es el litio, y eso lo van a poder hacer los jujeños”, agregó Macri, en referencia a los yacimientos de ese mineral que existen en la provincia norteña.
Fiel al estilo de escenarios 360° que impuso el macrismo, el acto se montó en un galpón de la Federación Gaucha, al borde de la ruta 66, frente al cerro Zapla, dentro de las más de 220 hectáreas que componen Alto Comedero, donde se encuentra “El Cantri”, el barrio con escuela, sala de salud y enormes piletas al aire libre que montó la Tupac.
Morales fue a buscar a Macri al aeropuerto jujeño, donde compartieron una reunión privada, y juntos llegaron en helicóptero al predio de la Federación Gaucha, en medio de un fuerte operativo de seguridad que incluyó detectores de metales para vecinos que ingresaban al tinglado.
En la otra punta de donde se llevó a cabo el acto se encuentra el penal en el que la dirigente social permanece detenida desde enero de 2016, con prisión preventiva por tres causas. Entre ellas, una por asociación ilícita, fraude y extorsión por el supuesto desvío de fondos nacionales para obras de vivienda.
El viernes pasado, la CIDH solicitó al gobierno nacional que busque otra opción para la detención de Sala. Ahora los jueces locales deben decidir si conceden la prisión domiciliaria a Sala o bien se dispone algún mecanismo de fiscalización electrónica. Tienen un plazo de 15 días, que ya empezó a correr. CC