La isla oriental conoce bien el estrés, la mayoría de los trabajadores japoneses, según la Organización Internacional del Trabajo, dedican excesivas cantidades de tiempo al trabajo, lo que los lleva a ser uno de los países que más casos de estrés laboral sufren en el mundo. En Tokio son comunes no sólo las oficinas, sino también las estaciones de bus, vagones de subterráneo, y cafés atestados de hombres y mujeres vestidos a la moda ejecutiva, pendientes de sus teléfonos, tabletas y notebooks, revisando estadísticas, correos y noticias.
Generalmente estos cuadros actúan como una cadena, al desatarse uno empiezan a surgir los otros, por ejemplo, el exceso de preocupaciones laborales llevan a modificar hábitos alimenticios, esto tiene un impacto directo sobre la calidad del sueño que desemboca directamente en trastornos en la salud.
Las estadísticas de muertes por estrés laboral en el país nipon son alarmantemente altas y este tipo de accidentes resulta tan común que ya posee hasta nombre propio.