La inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, que cumple una de las promesas más controvertidas del presidente Donald Trump, causó un baño de sangre ayer en Gaza donde al menos 55 palestinos murieron por disparos israelíes en la jornada más sangrienta en años.
El balance dramático en este día de celebraciones del lado israelí y estadounidense, constituye la más mortífera del conflicto israelo-palestino desde la guerra de 2014 en la Franja de Gaza.
Mientras los funcionarios estadounidenses e israelíes celebraban un momento "histórico" y la fortaleza de su alianza bajo una gran carpa blanca plantada en los terrenos de la nueva embajada en Jerusalén, decenas de miles de palestinos protestaban a pocos kilómetros de distancia, en la Franja de Gaza bloqueada.
Washington responsabilizó al grupo radical Hamas por la matanza de manifestantes palestinos a manos de Israel que protestaban por la apertura de la embajada.
"La responsabilidad por estas trágicas muertes es directamente del Hamas", dijo un portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah. El número de heridos se estima en centenas, posiblemente hasta 2.000 manifestantes.
Al ser presionado ayer en la Casa Blanca para comentar las muertes palestinas en Gaza por fuego israelí, Shah dijo que “no se puede perder de vista que Hamas tiene responsabilidad por esta situación”.
La declaración de Shah rompió el silencio que había mantenido el gobierno estadounidense sobre la matanza, en momentos en que celebraba ruidosamente la apertura de la embajada en Jerusalén.
Es "un gran día para Israel", aseguró el presidente Donald Trump en Twitter.
En tanto, el vicepresidente Mike Pence señaló que "gracias al liderazgo del presidente, hoy celebramos que estamos haciendo historia".
Israel había advertido que usaría "todos los medios" para proteger a sus soldados y la barrera.
Entre los muertos, figuran "ocho niños menores de 16 años", dijo por su parte el embajador palestino ante la ONU.
La decisión de Estados Unidos, denunciada y criticada por la casi totalidad de la comunidad internacional, rompe con décadas de diplomacia estadounidense y de consenso internacional.
Terrorismo de Estado
El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan acusó a Israel de realizar "terrorismo de Estado" y "genocidio" después de que 55 palestinos murieran por los disparos de soldados israelíes en la frontera con Gaza.
“Israel está generando terrorismo de Estado. Israel es un estado terrorista”, dijo Erdogan a los estudiantes turcos en Londres, en un discurso transmitido por la televisión estatal.
Abbas denunció una “masacre” en Gaza y declaró 3 días de luto
El presidente palestino, Mahmud Abbas, denunció una "masacre" en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel, después de que soldados israelíes mataran a al menos 52 gazatíes que se manifestaban ayer con motivo de la inauguración de la embajada estadounidense en Jerusalén.
Abbas, que declaró tres días de luto en los Territorios Palestinos, añadió que "Estados Unidos ya no es un mediador en Oriente Medio", y calificó a la embajada estadounidense de "nuevo puesto de avanzada de la colonización" .
También anunció una huelga general para hoy, día en que los palestinos celebran la "Nakba" (Creación del Estado de Israel).
Indignación mundial
La violencia en la frontera con la Franja de Gaza provocó ayer indignación y llamados a la calma de la comunidad internacional.
Varios países, entre ellos Reino Unido, Francia y Rusia reprobaron la apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén, cuyo traslado fue rechazado por 128 de los 193 países miembros de la ONU.
"La muerte impactante de decenas de personas, los cientos de heridos por disparos de balas reales en Gaza tienen que cesar inmediatamente. Los responsables de estas violaciones flagrantes de los derechos humanos tienen que rendir cuentas", reaccionó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Husein.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dijo "especialmente preocupado" por la situación en Gaza.
América Latina frente a una batalla diplomática
Mantener su embajada en Tel Aviv o trasladarla a Jerusalén. Los países de América Latina se encuentran en el corazón de un intenso enfrentamiento diplomático, tras la polémica decisión de Estados Unidos de mudar su representación diplomática a la ciudad santa.
Donald Trump reconoció en diciembre a Jerusalén como capital de Israel. Dos países latinoamericanos, por ahora, han seguido los pasos de Trump.
Guatemala, con su presidente Jimmy Morales a la cabeza, instalará su embajada en la ciudad santa mañana. Mientras que Paraguay hará lo propio antes de fin de mes.
"Es una acción servilista de un presidente (Morales) que definitivamente está con las manos atadas frente a la política exterior" de Estados Unidos, afirma Marcio Palacios, director de la escuela de Ciencias Políticas en la Universidad de San Carlos, en Guatemala.
El hecho de que el mandatario sea evangelista también pesa, según Palacios, que se lamenta de "que el presidente Morales no haga una separación entre lo que representa y lo que cree (en religión)".
Los acuerdos comerciales, la "amenaza" de Irán y la ubicación de las embajadas: los israelíes y los palestinos están llevando a cabo una intensa campaña en la región sobre diversos asuntos.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, acaba de realizar una gira por Venezuela, Chile y Cuba.
El primer ministro Benjamin Netanyahu realizó en tanto en septiembre pasado junto a una treintena de empresarios, la primera visita de un jefe de gobierno israelí a América Latina.
"Aprovechando el giro hacia la derecha en la región, Israel sigue una política activa", señala Gaspard Estrada, director del observatorio en América Latina del Instituto de Estudios Políticos de París.
La mayoría de los países latinoamericanos condenaron a finales de 2017 la decisión del Estados Unidos, a la vez que confirmaron que no moverían su embajada de Tel Aviv.
Expresaron también su compromiso con las resoluciones de la ONU al reiterar que el estatus final de Jerusalén deben negociarlo israelíes y palestinos.