En el ingreso a la ciudad y a la vera del río San Luis, al que muchos puntanos llaman el 'río seco', hay decenas de personas, algunas en parejas o pequeños grupos y otras solitarias. Solo una parte realiza tareas de limpieza en la costa mientras el resto toma mate, come algo o simplemente charla para pasar el rato.
Esa gente y mucha otra distribuida en predios y espacios públicos de la provincia forma parte del Plan de Inclusión Social de San Luis, un programa por el cual cobran casi $ 10.000 a cambio de cuatro horas diarias de trabajo; es la respuesta que el Gobierno da a la creciente tasa de desempleo y que la oposición estima en 16.000 puestos de trabajo perdidos en los últimos tres años.
El gobernador Alberto Rodríguez Saá (69) culpa en sus discursos a la política económica nacional y el Frente Unidad Justicialista con el que buscará su reelección el 16 de junio se agrupó a partir de una consigna principal: "Nuestro límite es Macri".
Julio es taxista desde hace 20 años y mientras maneja hasta la sede provincial del PJ comenta por el retrovisor: “La provincia está tranquila porque el gobierno entrega planes. ¿Usted no tiene trabajo? Va, pide un plan y le dan, después no importa si de las cuatro horas diarias trabaja solo una”, dice mientras serpentea habilidoso por entre las calles estrechas de la ciudad. “Mire, acá el que maneja los planes, maneja muchos votos”, simplifica justo antes de llegar.
La foto del Adolfo
En San Luis hay unas 380.000 personas en condiciones de votar y la oposición sostiene que se han entregado 80.000 de estos planes, la gran mayoría de ellos en las elecciones de medio término de 2017.
En el frente de la enorme sede provincial del PJ, una placa de bronce informa que al edificio lo comenzó a construir Adolfo Rodríguez Saá (71) durante su (corta) presidencia. Hoy el senador nacional que gobernó San Luis entre 1983 y 2001 está desafiliado del peronismo y así, por fuera del partido, enfrenta a su hermano Alberto en una disputa fratricida por el control de la provincia y la gobernación.
"Nadie expulsó al Adolfo del PJ, eso no es cierto", corrige los rumores Luis Martínez, uno de los apoderados del partido: "Él y otros compañeros quedaron desafiliados de manera automática cuando decidieron armar un frente y competir contra el peronismo por fuera del partido".
En la calle es mucha la gente que no cree en la pelea entre los hermanos, dicen que ya han tenido enfrentamientos similares y que llegado el caso, si ven peligrar la gobernación a manos de Claudio Poggi (55) -el candidato que lidera el más amplio frente opositor que se recuerde desde el '83 para acá-, van a unirse como ya lo han hecho en el pasado.
Un dato que abona esta teoría es que la foto de Adolfo no ha sido descolgada del salón principal de la sede y aún comparte el espacio central junto a las de Perón, Evita y el Alberto. "¿Cómo le decimos al pueblo peronista que el Adolfo se fue de su casa? En el fondo, nosotros esperamos que él recapacite y vuelva", se ilusionan en la sede.
Sin embargo y tras una serie de idas y vueltas que incluyen presentaciones en la Justicia, congresos impugnados que igual se realizaron, jueces recusados y acusaciones cruzadas que incluyen hasta una denuncia sobre el Adolfo por el retiro de $ 14 millones de la cuenta del PJ cuando supuestamente ya no es autoridad del partido, llevan a pensar que la crisis no tiene marcha atrás; de hecho, ambos van por frentes separados, un escenario impensado hasta no hace mucho, que da espacio a la oposición para ilusionarse y que pone en peligro para la familia Rodríguez Saá el mando de una provincia que controlan desde hace 36 años.
"No te puede echar de la casa quien no es dueño. El gobernador y sus seguidores tomaron la sede partidaria por la fuerza y con el auxilio de la policía hicieron dos congresos donde no dejaron entrar a quien no respondía al Alberto", criticó el diputado nacional Andrés Vallone.
Y así, la pelea de los Rodríguez Saá perfora al partido hasta las bases y ha creado en todos los municipios enfrentamientos entre peronistas que, hasta no hace mucho, formaban parte de un mismo equipo de gobierno.
La re-re del Alberto
En San Luis no hay PASO y las elecciones para gobernador serán el 16 de junio con tres candidatos principales: los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá y el líder opositor Claudio Poggi, que asegura que en San Luis hay tres frentes pero solo dos propuestas: "La de los Rodríguez Saá y la nuestra". Poggi promete no quitar los planes pero apuesta a un programa donde la generación de puestos de trabajo sea la base: "50.000 nuevos empleos y 20.000 casas en cuatro años", asegura.
“La mejor época de San Luis fue cuando gobernó el Adolfo y no le hace falta el sello del PJ para competir porque él es marca registrada”, dice Mario, que atiende un kiosco cerca de la peatonal. José es mozo y tiene 30 años: “Los Rodríguez Saá llenaron la provincia de planes sociales y amenazan con que si se van la gente va a perderlos, pero si no cambiamos ahora vamos a terminar como los feudos en las provincias del norte, donde el peronismo arrasa pero la gente se muere de hambre”. Nora es empleada en una tienda y cree que la provincia está bien: “El país es un desastre y San Luis lo sufre como le pasa a todos, pero el gobernador ha sabido palear la crisis”.
Alberto va por su reelección y hasta los opositores admiten que su gestión tiene un alto porcentaje de aceptación. Adolfo evita a los medios que no le son afines y hace campaña por el interior; su mayor caudal de votos está entre la gente grande y que recuerda cuando gobernó. Poggi goza de una muy buena imagen, es una figura querida entre los puntanos e incluso los opositores le reconocen un buen gobierno entre 2011 y 2015, aunque claro, le critican haberse ido del peronismo.
Faltan unos 80 días para las elecciones y aunque los tres frentes están en marcha, la provincia aún no vive clima de campaña. Sin embargo, la gente sabe que la elección que viene puede ser una bisagra para el futuro de San Luis.
Un encuentro fortuito con Los Andes
Más allá de su enfrentamiento, los hermanos Rodríguez Saá adoptan la misma postura de no hablar con los medios que no son de su confianza. Los Andes buscó a través de las vías oficiales y de sus voceros entrevistas con ambos, sin ningún resultado. Alberto prefiere hablar en público durante los actos. Lo hizo el miércoles en Villa Mercedes, donde dijo sentir "aires de triunfo" y negó que a su hermano lo hubiesen echado del partido: "La suya fue una renuncia al irse con otro frente". Adolfo recorre el interior, gestiona en la Nación fondos para intendentes amigos y los jueves a las 20 hace salidas en vivo por Facebook, donde responde preguntas seleccionadas por su equipo. Los Andes lo encontró el jueves almorzando en un café de la peatonal puntana y apenas presentados, se mostró molesto: "No me atosiguen, hace 5 días que me persiguen y no quiero preguntas; la libertad de expresión significa que usted puede preguntar pero yo tengo derecho a no responder", dijo y dio por terminado el encuentro, aunque luego aceptó posar para las fotos.
Gisela, la mendocina que divide a la familia
La pareja de Adolfo es la mendocina Gisela Vartalitis, denunciada en 2017 por la oposición cuando 'Mujeres Puntanas', la fundación que ella preside, recibió de las arcas provinciales un subsidio de $ 80 millones, dinero que se habría usado para entregar durante las elecciones electrodomésticos, computadoras y máquinas.
En aquel momento, el diputado radical Alejandro Cacace destapó la olla cuando pidió en la Legislatura puntana información sobre el destino de los $ 80 millones entregados en subsidio, pedido que fue rechazado.
“La Justicia provincial está muy contaminada en San Luis y solo lo que marcha por la Justicia Federal tiene algún sentido”, dice Cacace y reconoce con amargura que “la denuncia en contra de Gisela Vartalitis prácticamente no ha avanzado”.
Para el diputado radical, parte del enfrentamiento entre los Rodríguez Saá tiene que ver con la sucesión y los herederos del poder: “A Vartalitis, gran parte de la familia Rodríguez Saá no la puede ver pero es una mujer que tiene mucha influencia sobre Adolfo”.
Las tres fuerzas en pugna
Estos son los tres frentes que el 16 de junio competirán por la gobernación de San Luis:
Frente Unidad Justicialista, que busca la reelección del gobernador Alberto Rodríguez Saá. Esta agrupación se quedó con el sello del PJ y lo integra una serie de fuerzas políticas donde prevalece el kirchnerismo.
Frente Juntos por la Gente, que va por fuera del peronismo y propone como gobernador a Adolfo Rodríguez Saá, quien busca así su sexto mandato. Es una alianza entre el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Sanluiseños por el Cambio y Movipro.
Frente San Luis Unido, congrega por primera vez al grueso del arco opositor, incluidos la UCR, el Pro, Avanzar, Libres del Sur y la capital puntana. Lleva como candidato a Claudio Poggi.