En Globo a la siguiente llave

Huracán goleó a Tigre como visitante y solamente un milagro deportivo lo dejará afuera de la tercera ronda. Espinoza, en tres ocasiones, Bogado y Wanchope Ábila, los goles del vencedor.

En Globo a la siguiente llave

Esos mismos once que se abrazaban y se reían en cada festejo en la cancha de Tigre, hace apenas tres días se iban silbados de su cancha tras un pálido 0-0 ante Lanús que le dio un punto que suma poco y nada. Esos mismos que anoche golearon al Matador por la Copa Sudamericana intentarán evitar el descenso en el torneo local, luego de una racha adversa que terminó con el ciclo de Néstor Apuzzo.

Huracán revivió. Y lo hizo de una manera increíble, con una goleada que lo deja a las puertas de los octavos de final de la segunda competencia continental en importancia a nivel clubes. Fue 5-2 en Victoria, con una noche inmejorable de Cristian Espinoza, que metió tres, uno de Wanchope Abila y el restante de Mauro Bogado, de penal, que fue precisamente el que abrió la cuenta para la lluvia de goles.

Se floreó de principio a fin el equipo de Eduardo Domínguez. Abrió el marcador después de una mano infantil de Joaquín Azcurra en el área y el remate de Bogado desde los doce pasos. Iban apenas 11 minutos pero con ese 1-0 Tigre salió en busca del empate y empezó a derrumbarse.

Quedó al descubierto cada vez que el Globo salió de contra. Y ahí apareció en todo su esplendor el pibe Espinoza. Picante, rápido y corriendo siempre al límite de la línea defensiva del conjunto local, que intentaba dejarlo en posición adelantada. Así terminó la primera parte con un impensado 3-0. La tarea para la segunda parte era continuar con ese plan de esperar y salir lanzado con Espinoza. Y encima el equipo local lo siguió ayudando, al achicar líneas hacia adelante y dejar enormes huecos para los envíos largos de Toranzo y Montenegro.

Todo lo que tocaba lo convertía en oro Huracán. Espinoza desbordó bárbaro por derecha y se la cruzó a Wanchope Ábila que definió con un cabezazo preciso. Y luego el propio pibe Espinoza definió con clase ante la salida de Sebastián D’Angelo para redondear una goleada inesperada. En el final, ya con el compromiso sentenciado, Tigre llegó a dos descuentos en una ráfaga. En dos minutos con gritos de Lucas Wilches y Carlos Luna, que sirvieron para decorar el resultado.

¿Quién podría haber imaginado semejante diferencia? Nadie. En absoluto. Y más teniendo en cuenta el presente de ambos en el campeonato doméstico. Uno entre los diez primeros, tal es el caso del Matador, en tanto que el otro en el fondo de la tabla, luchando por escaparle al descenso.

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