En Estados Unidos, el agro requiere farmers con estudios universitarios - Por Jorge Castro

La aceleración de la agricultura de precisión, con drones y robots agrícolas, exige una alta calificación de los recursos humanos.

En Estados Unidos, el agro requiere farmers con estudios universitarios - Por Jorge Castro
En Estados Unidos, el agro requiere farmers con estudios universitarios - Por Jorge Castro

Syngenta señaló en 2018 que el mercado de la “agricultura inteligente”, que abarca desde la producción de “precisión” hasta los GPS y los drones, tiene un valor de 7,53 billones de dólares en el mundo, que serían 13,5 billones de dólares en 2023. Es un hecho que la producción agroalimentaria se incorpora plenamente a la nueva revolución industrial.

El informe de Syngenta advierte que la producción agrícola estadounidense exige disponer de productores con calificación universitaria o de posgrado, no sólo en los aspectos técnicos y agronómicos, sino con un dominio holístico de la producción alimentaria, con contenidos culturales y sistémicos, y una visión estratégica de orden global.

Por eso es que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) ofrece una lista de 140 posgrados sobre “agricultura sustentable” que se realiza en las principales universidades norteamericanas -Harvard y Princeton, en primer lugar -, más allá de las escuelas de agricultura y de los centros de formación agronómica.

Se proyecta, además, que el mercado de drones agrícolas superará los U$S 1 billón en 2024 en Estados Unidos; y Merrill Lynch sostiene que el sector genera actualmente 100.000 puestos de trabajo, con un producto que asciende a U$S 82.000 millones.

Los drones y la inteligencia satelital producen una extraordinaria cantidad de información sobre los suelos, que debe ser transformada en sistemas de decisión para desplegar entonces todo su inmenso potencial productivo.

Ahí aparece la exigencia de digitalización de todos los aspectos gerenciales, de forma integrada y sistémica; y esto sucede cuando pierde los restos de condición rural, y se convierte en un sistema esencialmente urbano de alta tecnología e intensidad de capital.

La producción estadounidense intensiva en fuerza de trabajo - frutas y hortalizas en California y Florida - está sumergida en un proceso de automatización que se transforma en robotización generalizada en unos 10 a 15 años; y lo mismo sucede con la actividad láctea.

El mercado mundial de robots agrícolas ascendió a U$S 3.000 millones en 2018, y alcanzaría a un valor de U$S 73.900 millones en 2024, en un proceso que se acelera en Japón y la Unión Europea debido a la rápida desaparición, en términos absolutos, de los productores agrícolas, sobre todo por razones biológicas ineludibles.

El promedio de edad de los productores agroalimentarios japoneses es 73 años; y sus pequeñas unidades productivas tienden a desaparecer ante la competencia extranjera, provocada por la apertura irreversible de la economía nipona resuelta por el gobierno del premier Shinzo Abe.

La “agricultura de precisión” en Estados Unidos es sinónimo de la incorporación de la totalidad de los procedimientos agrícolas a “la nube” o “cloud computing”, que hace desaparecer los promedios y los rasgos indiferenciados de la economía de escala para obtener una previsión milimétrica.

La productividad del agro estadounidense aumentó 16 veces entre 1948 y 2008, y ahora ha comenzado una etapa en que esa extraordinaria performance se multiplica.

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