Los aranceles máximos que las tarjetas le pueden cobrar a los comercios para operar con crédito y débito serán más bajos desde el 1 de enero de 2019, de acuerdo a una política de reducción arancelaria acordada con el Gobierno.
El arancel máximo para tarjetas de crédito será de 2,15% y el arancel máximo para tarjetas de débito de 1%. Esta política fue acordada entre todas las tarjetas del mercado junto con los organismos CAME, ATACYC y la Secretaría de Comercio de la Nación. La reducción será ejecutada automáticamente en el sistema de liquidaciones, sin que los establecimientos deban realizar ningún tipo de gestión al respecto.
A su vez, el acuerdo establece que el arancel máximo irá descendiendo año a año, quedando establecido para los próximos períodos el siguiente esquema: para 2020 bajará al 2% con crédito y 0,9% con débito, y para 2021 de 1,8% con crédito y 0,8% con débito.
El Gobierno quiere poner un parate al consumo para tratar de frenar la inflación. Mientras antes había una suerte de boom del consumo en cuotas, ahora el costo financiero subió de tal medida que ya dejó de ser negocio. Como corolario, el consumidor dejó de 'cuotear' como antaño, al punto que disminuyen 10% las ventas en cuotas: la mayor debacle se da de 13 a 24 cuotas, con 61% abajo; seguido por más de 24 cuotas, con un negativo de 41%; mientras de 4 a 6 cuotas tiene una reducción del 31%, y de 7 a 12 cuotas del 29%.
Este bajón comercial no es el único problema que afrontan las empresas, sino que se le suma que deben pagar a las tarjetas por los pagos con crédito un 3,5% si quieren la plata a los dos días hábiles, porque de lo contrario la reciben recién a los 18 días hábiles, cuando la tasa venía siendo del 2,63%, según se desprende de los datos de First Data.
Además, grandes cadenas comerciales se quejan ante el Gobierno por la actitud que tomaron las tarjetas con 'los Ahora', como llaman en el jerga a los planes que el macrismo copió del kirchnerismo: el Ahora 12 y el Ahora 18. Venían pagando a las 48 horas pero ahora lo hacen a los 10 días hábiles, lo que les provoca un trastorno tener la plata tantos días en la calle con tan altas tasas de interés. "Los 18 días hábiles con que nos pagan las tarjetas las compras en un pago sería buenísimo también reducirlo a las 48 horas, pero con 5 o 10 días hábiles ya estaríamos súper bien", admite el presidente de una de las cadenas de retail más grandes de la Argentina, en estricto off the record.
Lo que es importante es no hacer revolving, que es como se denomina en la jerga a financiarse con tarjeta, o sea a pagar el mínimo, porque ahí el costo financiero total es del 100%, por lo que se termina pagando el doble dentro de doce meses. Y si se paga en cuotas ya se termina pagando el doble, por lo que si alguien compra algo en cuotas y paga el mínimo, lo que le salió $ 10.000 terminará pagando $ 40.000 dentro de doce meses. O sea, el doble del doble: cuatro veces más. Por eso hay que prestar mucha atención antes de hacer una compra en cuotas, aunque sea algo barato, ya que "no hay nada más caro que lo barato que uno no necesita".
En caso de no poder pagar el total del resumen, conviene pagar lo máximo que se pueda, no sólo al mínimo, y apenas uno vaya recibiendo nuevos ingresos, ir depositándolo en la tarjeta, para achicar la deuda. En caso de no poder hacerlo, pedir un préstamo personal en el mismo banco donde se tiene el plástico y decir que es para pagarlo, ya que la tasa de financiación con la tarjeta es 25% más cara que el de un crédito personal.
Otro de los puntos fundamentales es ver cuándo es la fecha de vencimiento de la tarjeta, de modo de hacer las compras de mayor magnitud un día después de que venza, de modo de tener un mes más para pagarlos.