Una de cal y una de arena. La buena es que en el último mes se duplicaron los plazos fijos UVA, que ajustan por inflación y los bancos deben pagar al menos 1% anual más que el IPC por los depósitos a 90 días. Pero la mala es que deberán pagar ganancias.
El 2 de enero el stock era de $ 24.358 millones, pasó a $ 26.332 millones el 10 de enero y la última cifra disponible del BCRA, del 11 de febrero, da que llegaron a $ 50.620 millones.
Si bien se duplicaron en un mes, aún son ínfimos con respecto al $ 1,4 billón que hay en plazos fijos tradicionales, por lo que apenas representan el 3,5% del total.
De todos modos, el share que tienen se duplicó, pues el 2 de diciembre había $ 1,2 billón de tradicionales frente a $ 18.000 millones en UVA. O sea, representaban apenas el 1,5% del total.
Para Damián Di Pace, director de Focus Market, se trata de una buena opción frente al plazo fijo tradicional, "pero la mayor restricción que tiene es su liquidez, porque debe estar a un mínimo de 90 días para que se ajuste por el IPC, ya que si se lo precancela a los 30 días paga el 70% de la tasa de Leliq".
or lo tanto, considera que es una colocación que no permite estar líquido en el cortísimo plazo, "aunque sí es una buena opción para aquellos que quieran ahorrar y tener una tasa positiva frente a la inflación".
Fernando Schettini, socio de impuestos de S&A, explica que desde ahora, con la nueva Ley, si el plazo fijo ajustable es conservado hasta su vencimiento, donde el depositante cobrará el ajuste de capital más el interés fijado, sólo estará alcanzado por el impuesto a las Ganancias el interés (no la actualización del capital) a la tasa de hasta el 35% en el período fiscal en que se percibe.
Según pudo saber este diario, se está discutiendo actualmente entre la AFIP y el BCRA si para este caso debe aplicarse un régimen de retención del impuesto a las Ganancias exclusivamente sobre los intereses, que sería del 10% para los no inscriptos (un costo para el depositante) y del 3% para los inscriptos (en este último caso es un pago a cuenta del impuesto anual).
"Esto lo único que provoca es desincentivar las inversiones en pesos y hace que la gente se vaya al blue", confiesa un banquero.
De todos modos, tal como explica el analista Hernán Muzio, "si el plazo fijo es precancelado y se convierte en un plazo fijo común a una tasa predeterminada por el Central, no se encontrarían los intereses alcanzados por Ganancias".
A propósito de este tema, el tributarista Iván Sasovsky pone el acento en que el gravamen a los plazos fijos UVA es, de alguna forma , "el último golpe para matar a un mecanismo financiero emblema del Macrismo, pero que no ha resultado efectivo al no poder domar la inflación. El problema con las inversiones en plazo fijo es que siempre terminan rindiendo menos que la inflación, y ahora con un cepo, el valor de la UVA puede ser interesante para ajustar rentabilidades".
Jorge Gebhardt, director del departamento de Impuestos de Aguirre, Saravia & Gebhardt, opina que dejar gravado estos instrumentos no afina con la idea de aumentar el ahorro en pesos: "Es un despropósito hacer esto".
El tributarista Carlos Quian, socio gerente de Teresa Gomez & Asociados, agrega que también paga el 1,25% de bienes personales para patrimonios de más de $ 18 millones, aunque así y todo cree que conviene el UVA sobre el plazo fijo tradicional, ya que lo que se paga de impuestos es solamente sobre el interés que los bancos dan aparte de la inflación.