Con escasas nevadas, la crisis hídrica continúa

En la zona Norte de la provincia las nevadas alcanzaron este invierno sólo un 20 por ciento de la media. Dicen que la acumulación es menor que en 2010, cuando en la provincia se declaró la emergencia.

Con escasas nevadas, la crisis hídrica continúa

A un día del inicio formal de la primavera resulta poco probable que vuelva a caer nieve en alta montaña y se puede afirmar que fue un invierno de nevadas muy escasas. De hecho, en la zona norte apenas se acumuló un 20% de la media histórica y menos que en 2010, el año que comenzó un ciclo de cinco temporadas invernales consecutivas con poca acumulación nívea y estivales de emergencia hídrica.

Desde el Departamento General de Irrigación detallaron que la situación es distinta en el sur de la provincia que en el norte, aunque en ambas zonas los valores están muy por debajo de la media. De todos modos, aclararon que estos datos serán confirmados en los próximos días, cuando se realicen los cateos, a partir de los cuales se elabora el pronóstico de caudales.

En el sur, los valores máximos de acumulación de EAN (equivalente agua nieve, es decir el volumen de líquido disponible cuando la nieve se derrita), rondan el 50% del año medio. En comparación con 2010, que se toma como referencia porque fue un año de muy escasas nevadas, la situación actual es bastante más favorable.

Pero el panorama es preocupante en la zona centro y norte, en donde los valores máximos de acumulación de EAN alcanzan 20% del año medio. Estos valores son menores a los registrados durante el invierno de 2010, cuando se declaró la emergencia hídrica al verano siguiente.

Un Niño que no fue

Diego Araneo, del Programa Regional de Meteorología del Ianigla (Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, CCT-Conicet), reconoció que el panorama, en lo que a nevadas en alta montaña se refiere, no es alentador.

Araneo, doctor en Ciencias de la Atmósfera explicó que, a fines del año pasado, se preveía el desarrollo de una temporada de Niño que se extendería durante todo el invierno. En términos generales, este fenómeno produce más nevadas en el hemisferio Sur cuando sus efectos comienzan a sentirse durante los meses fríos.

El especialista indicó que, efectivamente, la temperatura del mar en el Pacífico ecuatorial empezó a incrementarse a principios de 2017. Sin embargo, el máximo de este calentamiento, que se alcanzó en otoño, llegó a 0,4° por sobre la media, cuando para poder hablar de un evento Niño el incremento debe alcanzar 1 o 2 grados por sobre el promedio climático. Es decir, quedó por debajo del umbral establecido.

Por otra parte, este calentamiento de la superficie del mar decayó rápidamente durante el invierno, al punto de revertirse e iniciar un ciclo de enfriamiento del océano Pacífico, que podría convertirse en Niña para el verano que viene. La primavera llega, planteó Araneo, en una etapa de transición, en condiciones de neutralidad.

Podría llegar una Niña

Aunque ha habido años en los que ha nevado en alta montaña en setiembre, octubre e incluso en diciembre, el meteorólogo e investigador del Ianigla, Juan Rivera, consideró dudoso que vaya a haber nevadas significativas en los próximos meses. De hecho, comentó que los pronósticos para el fin de la primavera y el verano indican probabilidades de desarrollo de un evento La Niña.

Este fenómeno podría impactar en las lluvias estivales, ya que suele estar asociado a sequías y temperaturas más elevadas en América del Sur.

En este sentido, Diego Araneo detalló que las previsiones para la primavera que se inicia son de lluvias habituales para la época, con temperaturas normales a levemente superiores a la media, sobre todo para la zona de cordillera. Esto podría adelantar la temporada de deshielo e incrementar levemente los caudales de los ríos en forma anticipada.

Advirtió que, de ocurrir, y dado que se trata de un año con escasa acumulación nívea, los caudales decrecerán rápidamente en verano, ni bien se derrita la nieve existente. El inicio de la temporada estival también se prevé con precipitaciones dentro de la media y temperaturas normales a levemente superiores a lo habitual, tanto en la montaña como en el llano.

Funcionan 3 de las 9 estaciones de medición

El Sistema de Información Hidronivometeorológico de Irrigación cuenta con nueve estaciones de medición ubicadas en Horcones y Toscas (río Mendoza); Santa Clara, Palomares y Salinillas (río Tunuyán); Laguna del Diamante (río Diamante); Laguna del Atuel (río Atuel); Valle Hermoso (río Grande); y Malargüe (río Malargüe).

Sin embargo, actualmente sólo funcionan tres: las de Horcones, Laguna del Atuel y Malargüe. Las 6 restantes no están operativas, por lo que no arrojan datos sobre nevadas. Desde Irrigación indicaron que esto se debe a falta de mantenimiento, que la nueva gestión asumió a fines de abril y que está prevista su reparación. Es un reclamo reiterado de investigadores, ya que no se puede tener mediciones actuales ni hacer comparaciones con años anteriores.

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