A esta altura, y en medio de una pandemia por el coronavirus que ocasionó problemáticas en todos los rincones del planeta, es innegable su aporte diario. Lejos queda el cartel indicando silencio. Hoy, se los reconoce por su trabajo constante y que muchas veces pasa desapercibido.
Hoy se celebra en todo el mundo el día internacional de la enfermera con ocasión del 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, quien fuera, además de escritora y estadística británica, la precursora de esta profesión moderna y creadora de los primeros conceptos respecto de esta actividad (ver aparte).
Según informó el ministerio de Salud de la provincia, hay aproximadamente 4 mil enfermeros en el sector público y una matrícula de casi 6 mil. Esto quiere decir que hay 2,22 cada mil habitantes cuando el ideal es de 3 profesionales por habitante, con lo cual Mendoza está cerca de ese número.
Desde esta cartera también indicaron que existe una ventaja respecto a la Nación ya que gran parte de la enfermería está jerarquizada. Es decir que los enfermeros que trabajan en el estado son licenciados o técnicos y solo un 11% ha quedado como auxiliar que son aquellas personas que se están jubilando.
Vale recordar además que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró, cuando el Covid-19 aun no era un problema de escala global, el 2020 como el Año de la Enfermería con lo cual su trabajo se ve doblemente reconocido.
El miedo compartido
Julia Lucero es enfermera universitaria y trabaja hace casi un año en una clínica privada en Guaymallén: "Al principio lo viví con angustia y temor; más que todo al pensar en cuando llegaran pacientes con Covid. Estoy en clínica médica y mí contacto iba a ser muy directo, tenía miedo de contagiarme y contagiar a mi familia, ya que mi mama está en el grupo de riesgo, es el mismo temor que compartimos con mis compañeros de trabajo".
Julia sostiene que por el temor generalizado a la enfermedad, la tarea de contención de la enfermería es fundamental y que el rol que cumplen en estas situaciones los hace quedar más expuestos. "A veces me da miedo decir que soy enfermera fuera de mí círculo, al principio nos trataron como héroes pero hoy damos miedo, nos ven como una amenaza que los puede contagiar, entiendo el temor pero nosotros nos protegemos para proteger a todos, sabemos que un error nuestro puede significar que se contagie mucha gente".
A Julia le gustaría que dentro de 10 años las cosas sean diferentes para los profesionales de su rubro, empezando por que mejoren sus condiciones de trabajo y que les paguen acorde a otras profesiones universitarias. "Espero que se reconozca nuestro papel, que esta pandemia nos deje esas enseñanzas. Yo elegí ser enfermera porque creo en la importancia de nuestra tarea, y que somos transformadores para crear una sociedad mejor", cerró la profesional.
La columna vertebral
La enfermera Micaela Jofré, quien quedó varada en México mientras cursaba una beca de especialización, contó qué significa para ella este momento. "Somos la columna vertebral del sistema de salud. Pero en este momento, me pone muy triste que no se cumpla la regla de quedarse en casa. Y hay muchas madres y padres que no pueden estar junto a sus hijos aislados. Nos estamos esforzando un montón, dejando nuestra familia de lado para poder ayudar", opinó con marcado pesar en su voz.
Micaela, desde el país de Norteamérica, asegura que quiere regresar al país para estar con su familia pero también para ayudar. "Sé que mis compañeros están pasando momentos estresantes y preocupantes y estoy muy orgullosa de ellos", deseó la joven profesional. Y reiteró: "se está sufriendo mucho por los pacientes que tenemos que atender. Con miedo de llevar el virus a nuestras casas y es muy duro", se lamentó la joven y agregó que debería haber un mejor reconocimiento a los profesionales de la salud.
“Somos héroes sin capa, lo estamos dejando todo”, cerró Micaela.
Andrea Díaz, que trabaja en la unidad coronaria del hospital Central, contó que se capacitan todos los días para estar al día con las últimas novedades respecto del coronavirus. "Es muy importante seguir respetando las medidas, la higiene de manos, el distanciamiento social. Es la única forma de que nos cuidemos todos", aseguró.
Casi 50 años de entrega
Margarita Ayala tiene 79 años y hasta antes de que empezara la pandemia trabajaba activamente, llevando vacunas a lugares recónditos de la provincia. Ahora, por estar en grupo de riesgo no ha podido salir a trabajar, aunque asegura que ha asistido a algunos vecinos de Uspallata, donde está realizando el aislamiento correspondiente.
Es una cara conocida para los que alguna vez han podido participar del acto central en la Fiesta de la Vendimia ya que se la suele ver en el teatro Griego Frank Romero Day ataviada con su uniforme, siempre impecable.
"Para mi esta fecha significa que somos muy valientes. Pero yo con todo esto me siento presa porque no puedo salir a trabajar. Siempre colaboro donde me necesitan y lo hago por amor no por interés", expresó la enfermera.
Margarita trabajó casi 50 años para el ministerio de Salud – subsecretaría al momento de jubilarse- en el programa de alto riesgo, llevando asistencia a los puestos montañosos o rurales de la provincia. Por ello, entiende lo que es trabajar en contingencia. "Creo que la importancia de los enfermeros la estamos viendo. Nuestros compañeros están por todos lados en todo el mundo porque el que es enfermero tiene una entrega total", subrayó.
Juan Luis Albornoz es enfermero hace 15 años. Se desempeña en el Vacunatorio Central y en el Vacunatorio Inmune y destacó la importancia de su rol. "En el área de inmunizaciones, donde me desempeño, sabemos que el objetivo es prevenir enfermedades graves que podrían complicar más la situación de una persona con coronavirus. Por ello es fundamental el rol que cumplimos junto a mis compañeros".
Una fecha que recuerda a Florence Nightingale
Florence Nightingale (12 de mayo de 1820 -13 de agosto de 1910) Nació en Florencia, Italia. Enfermera y escritora, fue pionera de la enfermería profesional moderna; por su labor como enfermera recibió la Orden del Mérito en 1907, convirtiéndose en la primera mujer en recibir esa distinción.
Después del nacimiento, la familia retornó a Inglaterra. Con el paso del tiempo descubrió su pasión por el servicio y decidió dedicarse a ayudar a los necesitados; para realizar esto, tuvo que enfrentar a su familia y dejar de lado todas las convenciones sociales impuestas a las mujeres de familias adineradas.