Cuando mamá decía “el horno no está para bollos” era porque algo malo pasaba. Eso pasó ayer tras el final del partido.
Con la derrota consumada, un centenar de hinchas se agolpó en la puerta de ingreso a los vestuarios cuando los jugadores que no habían participado del partido intentaban pasar a consolar a sus compañeros. Pero estos muchachos comenzaron a insultar a los dirigentes, pero el principal objetivo de los más exaltados era Alejandro Abaurre, exponiéndolo como el gran responsable de la derrota.
Sólo un par de uniformados intentaron calmar y alejar a los simpatizantes, pero la cosa iba in crescendo.
Hasta que un allegado a la dirigencia tuvo un par de cruces de palabras con algunas hinchas, lo que provocó que la situación fuera cada vez más tensa.
Al punto que Abaurre decidió salir por otro sector para evitar el cruce con los hinchas.
Hay que destacar que todo terminó en paz, no hubo golpes sólo insultos y mucha bronca.