En el barrio Constitución piden más vigilancia

Está próximo a la ciudad pero, según los vecinos autoconvocados para reclamar, se ha transformado en tierra de nadie. Piden que haya presencia policial en una esquina donde -aseguran- se reúnen malvivientes. El detonante fue el asalto a una chica de 16 añ

En el barrio Constitución piden más vigilancia

“Si no son atendidos nuestros reclamos de seguridad comenzaremos a idear nuevas formas de reclamo”, es la advertencia que el viernes a la tarde lanzaron los vecinos del barrio Constitución (también conocido como Pueblo Usina, barrio de las Ranas o barrio Maggione). Lo cierto es que se trata de una barriada de las más antiguas y populosas, junto con Pueblo Diamante. “El Constitución”, como se lo denomina habitualmente, está a pocas cuadras del kilómetro cero de San Rafael  y al este de la actual Terminal de ómnibus.

No es la primera vez que los habitantes del lugar se reúnen para hacer reclamos, especialmente sobre seguridad, ya que se ha transformado en uno de los sitios más conflictivos de la ciudad y muchos de los vecinos ya han perdido la esperanza de recuperar la paz en sus límites.

El asalto a una jovencita de 16 años a plena luz del día fue esta vez el detonante, aunque los hechos violentos son “desgraciadamente comunes”, dicen en el barrio donde nadie quiso identificarse (había más de 50 personas) por miedo a represalias. Todos aseguran que los delincuentes son de la misma zona y que están identificados perfectamente por los vecinos y por las autoridades: “Son siempre los mismos pero como la mayoría son menores, a las pocas horas están libres y nos hacen burla”.

La mamá de la jovencita atacada el jueves relató que su hija cursa en la escuela Ebima, que está a unas diez cuadras del lugar, en plena calle San Martín del centro. “Ella venía caminando y dos chicos, porque eran chicos, la abordaron, la arrojaron al suelo, la patearon y le robaron sus pertenencias. Ahora está en casa en reposo por los golpes que le dieron”, dijo.

En la oportunidad la Policía demoró a un joven, pero a las pocas horas quedó en libertad aparentemente por no tener relación con el hecho.
Otro de los manifestantes contó que hace poco le robaron en un departamento que habita con su pareja en un primer piso: "A nosotros no nos durmieron con nada, pero se llevaron todo por el balcón y no los sentimos.

A otros parece que los rociaron con algo y se despertaron horas después de haber sido saqueados”. También se escucharon relatos sobre procedimientos policiales: “Los policías hacen lo que pueden pero cuando patrullan por el barrio los apedrean y les rompen los móviles”.

“Ahora lo que pedimos es que pongan un domo de vigilancia por lo menos en Zapata y Paula Albarracín, es la zona donde más asaltos se producen. Los delincuentes salen corriendo y se ocultan en algunos pasillos (uno se lo identifica como pasillo o callejón Ojeda)  que hay en esa calle que nadie puede transitar”, relataron.

También aseguraron que en el lugar hay pasadizos secretos y hasta túneles que sirven de guarida a los malvivientes cuando los sigue la Policía. “Tiros, se escuchan todas las noches”, dijeron resignados. “No podemos ya salir a la calle y ahora tampoco en el día porque han cambiado la modalidad. Lo de esta chiquita no es el primer caso”, aseguraron.

También recordaron que la escuela Ojeda del barrio ha sido saqueada y prácticamente destruida  y sus alumnos asaltados tantas veces que se está quedando sin chicos. “Todos prefieren mandar a sus hijos a escuelas del centro como la Iselín”, dijeron.

A la convocatoria, que no alteró el orden del tránsito por la concurrida avenida Zapata (acceso al Centro de Congresos y Exposiciones de este departamento), llegaron autoridades municipales que recibieron un petitorio donde también se pide mayor vigilancia policial, aunque reconoce las limitaciones que tiene la fuerza.

Al respecto, señalaron que desde que se instaló Motorizada en un predio cercano (que también meses atrás sufrió el ataque de delincuentes que intentaron quemar el sitio) han amainado los casos en ese sector, pero se han agravado a una cuadra.

“Ayer (por el jueves) cuando estábamos ayudando a la chica atacada, había un grupo de chicos que se burlaba en la otra cuadra”, señaló otro vecino.

“Tampoco la plaza del barrio se puede usar. Está prácticamente tomada y quien se anima a pasear por ahí corre el riesgo de ser atacado o al menos robado”, dijeron en tono de protesta.

“Nuestro barrio está catalogado como urbano-marginal aunque  es el más próximo al kilómetro cero. Parece mentira y contradictorio pero  estamos ligados al centro e incluso a los barrios residenciales por la proximidad”, destacaron. Cabe destacar que desde hace unos años se abrió la calle San Martín, que estaba cortada por las vías del ferrocarril, y hoy ese barrio tiene un acceso directo desde el centro.

Todos estuvieron de acuerdo en que han mejorado algunas condiciones, como el asfalto en las calles y la nueva iluminación, pero eso “no detiene a los delincuentes que ahora atacan a plena luz del día. Ni se molestan en andar en la noche”.

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