El barrio Cita, de Palmira, es uno de los más antiguos de la ciudad, al punto que sus vecinos, casi una mayoría de jubilados, no recuerdan cuándo comenzó a formarse, aunque coinciden en que eso ocurrió antes de los años 50.
“Es un barrio con muchos años, que no es lo mismo que decir ‘un barrio viejo’, aunque así hayamos terminado por culpa del olvido en el que nos tiene el municipio”, dice Carlos Silvestri, miembro de la unión vecinal y uno de los tantos que reclaman por asfalto, luminarias y limpieza.
El barrio queda en el cruce la ruta 50 con el carril Barriales: una esquina de mucho tránsito, cercana al nudo ferroviario de Palmira y frente a una estación de GNC. Está rodeado por una cadena de comercios lo que suma aún más movimiento al lugar.
En el Cita viven unas 500 personas y tomó su nombre de una vieja línea de colectivos que terminaba su recorrido en esa esquina. “De ahí viene lo de Cita, de esa empresa de colectivos que fue una de las primeras en la región”, cuenta Aníbal Guevara.
Enseguida, al poco andar, salen a la charla los reclamos: el asfalto que nunca llega, las acequias desdibujadas por la falta de mantenimiento y las luminarias que no alcanzan y que crean espacios oscuros e inseguros en cada cuadra.
“Tenemos notas presentadas en la comuna y también en la gobernación, reclamando por las obras que no se hicieron y por el descuido general en el que está hundido el barrio”, dice Miguel Ángel.
En el Cita hay sólo una calle asfaltada, la Espejo, que corre de oeste a este y lleva de la zona céntrica al carril Barriales. Esa obra entró en el programa de asfalto para cien cuadras que no se completó por falta de fondos nacionales.
“Llueve y no podés salir porque las calles se vuelven un barrial intransitable”, cuenta Santiago López y la gente recuerda que ese problema, el de las calles de tierra, lo sufre buena parte de Palmira y dicen que alcanza con alejarse un poco de la avenida Libertador, la principal de la ciudad, para poder comprobarlo.
“A nuestro barrio y a Palmira en general no le llegan los recursos que corresponden a una ciudad que tiene más habitantes que Junín o que Santa Rosa”, se queja la gente y algunos aseguran que, por ordenanza, Palmira debería recibir 30 por ciento del presupuesto municipal.
La queja por las acequias que no existen o están bloqueadas por los residuos tiene la misma fuerza, al igual que el pedido por las luminarias que faltan o por la construcción de un cordón que divida ambas manos en el carril Barriales, para ordenar el caótico tránsito en el ingreso a la estación de GNC.
La voz oficial
En la comuna de San Martín señalan que las obras que faltan en el barrio Cita no se han hecho por falta de recursos nacionales y que se trabaja para reactivar esos viejos convenios.
“El asfalto de ese barrio está comprendido en el programa de las cien cuadras, de las que sólo se completaron 70 antes de que se cortara el financiamiento”, explicó Edgardo Gargiulo, secretario de Obras de la comuna: “Esos fondos se cortaron en 2015 y el nuevo gobierno nacional aún no los ha reactivado”.
Gargiulo, que asumió la secretaría en marzo, explicó que para la obra de cunetas, cordón y banquinas del barrio Cita, la comuna espera el reembolso de once millones que le debe la Nación: “Parte de ese dinero irá al barrio. Primero tenemos que hacer cuneta y cordón para luego ir por el asfalto”, dijo el funcionario y aseguró que esas obras están contempladas en un programa de obra municipal que llega a junio de 2017.