Unas 200 personas se reunieron ayer por la tarde en la plaza Héroes del Malvinas, del barrio 21 de Julio, en Carrodilla. El motivo convocante fue la preocupación de los vecinos por los reiterados delitos de los que son objeto las viviendas y sus habitantes. Reclaman mayor presencia policial en horas de la noche.
Ernesto Escribano, uno de los integrantes de la unión vecinal en recuperación, explicó que todo comenzó hace poco más de un año, cuando aparecieron vehículos incinerados.
Desde entonces, se han incrementado los robos, sobre todo en las viviendas más cercanas al Acceso Sur, pero también en las que dan a los viñedos colindantes. Y si bien en la mayoría de los casos las casas han estado vacías en ese momento, en otras han estado sus ocupantes.
Mario, otro vecino, explicó que vive encerrado, ya que tiene rejas en el jardín delantero y una más antes de la puerta de madera. Ha enrejado el portón y las puertas que dan al patio, y tiene alarma. Contó que se cuidan entre los vecinos y han intercambiado los números de celular, pero cada tanto tienen que lamentar que ladrones se las arreglen para ingresar a una vivienda y llevarse lo que puedan.
Guillermo, quien vive en el contiguo barrio Las Rocas, contó que hace unos meses sufrió un ACV y desde entonces sale a caminar todos los días a la tardecita por el 21 de julio, y que sólo ve un móvil policial una o dos veces al mes.
Esta no es la primera vez que los vecinos se reúnen por la situación de inseguridad y han planteado la situación en la Comisaría 47. Pero Carlos Cabrera, otro de los que trabaja para recuperar la unión vecinal, comentó que son 40 los efectivos policiales destinados a todo Carrodilla, lo que deja un número muy reducido de personas para cada turno en el distrito de mayor crecimiento poblacional de Luján.
Aún más, el 21 de julio, con sus 750 viviendas, es el segundo barrio más grande del departamento. La gente del lugar se ha organizado con alarma comunitaria y comparten un grupo de Whatsapp a través del cual se informan cuando hay movimientos sospechosos. Escribano resaltó que han hecho todo lo que pueden hacer por ellos mismos, pero que necesitan que haya más rondines.
Cabrera agregó que le han pedido al municipio que vea la posibilidad de cerrar las calles Pinzón y Mosconi, que se conectan con la lateral de Acceso Sur y permiten la rápida huida de los delincuentes. Otros vecinos, del extremo sur del conglomerado, plantearon que hay más robos desde que abrieron la calle Isla Nueva, por la instalación de un supermercado.