El alejamiento del líder sindical y diputado nacional Rodolfo Daer del Frente Renovador (FR) abrió un nuevo escenario en la Cámara de Diputados, donde ahora existen más monobloques que bancadas con más de un integrante, lo que evidencia la diversidad de ideas y la volatilidad de las pertenencias a un espacio.
Con la conformación del monobloque "De los Trabajadores", el gremialista formalizó la creación del espacio unipersonal número 20; por lo que ahora esa composición supera a la de los bloques, que son 19.
La dispersión de legisladores llevó a que la Cámara tenga una composición de 39 espacios, de los cuales sólo 5 cuentan con más de 7 integrantes y 14 son los 'minibloques' integrados por entre 2 y 6 diputados.
Sólo el Frente para la Victoria, con 70; el Pro, con 41; la UCR, con 36; el FR, con 23; y el Justicialismo, con 17, logran sumar más de 7 miembros.
Si se considera la composición por interbloques el panorama no varía demasiado, aunque por mínimo margen los espacios con más de un integrante superan a los personales: De un total de 22, hay 12 bloques y 10 monobloques.
En ese escenario, el oficialismo se fortifica con 86 integrantes a partir de la concurrencia del Pro (41); de la UCR (36), de la Coalición Cívica (5); del Frente Cívico Catamarqueño (2); del ex K misionero Alex Ziegler y de la demócrata progresista Ana Copes.
En la composición de interbloques el FpV sólo suma al sindicalista Oscar Martínez y el ex ‘radical K’, Juan Pereyra, a sus 70, por lo que llega a 72; en tanto que el Justicialista no contabiliza aliados.
El FR pasa de 23 a 37, gracias al aporte de los 6 cordobeses referenciados en el gobierno de su provincia; a los 2 chubutenses que responden al gobernador Mario Das Neves; a los 2 del Movimiento Popular Neuquino; a dos moyanistas; a la entrerriana Cremer de Busti y al ex proyecto Sur, Julio Raffo.
El cuarto interbloque en importancia es el Frente Amplio Progresista, la coalición creada en 2011 y con futuro incierto, que suma a 4 diputados socialistas; 3 de Libres del Sur y una del GEN.
Además, el cambio de bloque de Daer hace ascender a 33 el número de diputados que iniciaron el período legislativo 2015-2017 por un espacio y se pasaron a otro.
El FpV-PJ fue, con 25 bajas, el que más diputados perdió desde que Cristina Fernández dejó la presidencia.
De ese total, 14 se fueron para formar el bloque Justicialista; 6 que se alejaron para armar el Peronismo para la Victoria (Movimiento Evita); 3 de la provincia de Misiones, encabezados por Maurice Closs; además de la sanjuanina Marina Caselles y el cordobés José Orellana, que armaron monobloques.
El ex gobernador de San Luis, Claudio Poggi, se alejó del bloque de los Rodríguez Saá para formar su propio espacio; en tanto que el ex kirchnerista y ex massista Sandro Guzmán abandonó el bloque de su último referente, Darío Giustozzi, para conformar en solitario "Frente Norte".
Para el armado del bloque Justicialista, en febrero del año pasado, dos peronistas pampeanos desintegraron su bancada; al igual que el sindicalista Alberto Roberti, que dejó sin efecto el monobloque que había armado tras su ida del massismo, para integrarse al flamante espacio.
Por el oficialismo, en tanto, las dos bajas formales fueron las de los radicales tucumanos Juan Casañas y Teresa Villavicencio, que con bancada propia igual apoyan las políticas del gobierno.
En cuanto a los monobloques, los diputados que deciden formarlos tienen cada vez más dificultades para encontrarles nombres que marquen la diferenciación con sus anteriores espacios y, además, resulten atractivos.
Así, muchos buscan relacionarlos a sus provincias: la ex primera dama entrerriana Cremer de Busti lo bautizó “Unión por Entre Ríos”; el sojero Alfredo Olmedo, “Salta Somos Todos”; el ex kirchnerista Orellana, “Primero Tucumán”; los moyanistas Jorge Taboada y María Peñaloza, “Chubut Somos Todos” y “Compromiso con San Juan”, respectivamente y Poggi, “Avanzar San Luis”.
Otros apunta a los valores: “Solidario SI”, de Carlos Heller; “Solidario Popular”, de Oscar Martínez; “Libertad, Valores y Cambio”, de Ziegler; “Diálogo y Trabajo”, de Raffo y “Cultura, Eduación y Trabajo”, de Omar Plaini, entre otros.
Lo cierto es que la cantidad de bloques existentes dificulta el desarrollo de las sesiones porque cada uno tiene derecho a mayor participación en un debate por la condición de ser un espacio distinto.
De hecho, muchos de los diputados que deciden escindirse de espacios grandes para formar otros más pequeños, lo hacen para ganar ese derecho de poder volcar sus expresiones en los debates o para ganar un lugar en las reuniones de coordinación de agenda de trabajo legislativo.
Varios de ellos reconocieron que en bloques numerosos sus voces se pierden ante la presencia de los cuatro o cinco referentes que por lo general se erigen como líderes y que suelen ser de los distritos más poblados, como la Capital Federal, la provincia de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe.