Será una experiencia muy especial para ver el eclipse solar. Se trata de una observación inclusiva organizada entre la escuela Normal Superior Garzón Agulla y el Instituto Hellen Keller, en Córdoba, que trabaja con niños y jóvenes ciegos. Con un sensor que transforma la luz en sonido, quienes tienen alguna discapacidad visual podrán percibir el fenómeno. Además, habrá maquetas especiales con percepción táctil y calórica que permitirán ampliar la sensación.
Carlos Colazo, docente de Física en el secundario del Garzón Agulla y astronómo aficionado, es uno de los dos integrantes del Nodo Argentino de la Unión Astronómica Internacional (reúne principalmente a profesionales). A través de esa entidad, la Universidad de Harvard repartió una decena de sensores para la Argentina, según informó La Nación.
Para Córdoba fueron tres: el que estará en la Helen Keller, otro en Río Cuarto y un tercero en Traslasierra. El sensor capta la luz del sol y la convierte en sonido. En la medida en que la intensidad de la luz disminuye, cambia el sonido y de agudo se convierte a grave. "Así quienes tienen problemas de visión pueden participar y seguir el eclipse con un sentido diferente -describe Colazo-. Pondremos parlantes para que se vaya acompañando el fenómeno".
Los estudiantes de quinto año de la orientación de Bachiller en Ciencias Naturales de la escuela Garzón Agulla oficiarán de guías en las distintas estaciones en las que se utilizarán medios alternativos observación. Hay cuatro modalidades de observación previstas: una con lentes especiales, otra con medios lúdicos "y seguros" que permiten ver en detalle el eclipse (espumaderas, cajas, galletas), telescopios para proyección en pantalla y el sensor de sonido.
"Estamos muy entusiasmados. La experiencia es muy interesante no sólo porque permitirá la inclusión en la observación, sino porque fue integradora en todo el proceso", enfatiza Colazo. Los docentes de la Hellen Keller construyeron, por ejemplo, un dispositivo que funciona con una estufa y una pantalla con un agujero en el que se interpone una figura a modo de luna. "La interferencia y su distancia con la fuente de calor es otra manera de percibir el fenómeno", dijo.
Otras escuelas vecinas de la Hellen Keller fueron invitadas a participar, por lo que en total esperan entre 500 y 700 personas. La biblioteca Elefanteca (un centro cultural del barrio General Paz) también se suma con cuentos y obras referidas a temas de astronomía. "Es un esfuerzo de todos y abiertos a todos los que quieran acercarse", invita Colazo.