Hoy se podrán ver dos piezas que, desde diferentes enfoques, usan el teatro de objetos: "A veces nublado" y "El telescopio chino", estrenos imperdibles. Aquí profundizamos en las particularidades de esta técnica y estas obras, de grandes potencialidades expresivas.
Poesía en el Independencia
"A veces nublado" es una obra que ya ha recorrido varios escenarios: se presentó en el 2017 por primera vez, con noches en la Sala Ana Frank, en el Teatro Plaza, más un festival en Perú y, ahora, el Teatro Independencia.
Es la historia de Amadeo, un hombre que simplemente busca trabajo. Alrededor de este hecho, se dispara una sucesión de secuencias tiernas, irónicas, oníricas y entrañables, que se viven principalmente desde un registro poético. Pero, si el concepto es interesante, el despliegue de técnicas enriquece lo que se quiere decir: se trabaja con máscaras expresivas y, como decíamos, el teatro de objetos.
Adquirir esta destreza fue todo un desafío para el grupo de actores del elenco Viva la Revuelta, que trabaja desde el 2015, luego de coincidir en la escuela nómade del Théâtre du Soleil. "A partir del trabajo y la búsqueda sensible con procedimientos de teatro físico, de objetos, de títeres y clown se fue haciendo un montaje de creación colectiva- apunta Federico Ortega Oliveras-. Cada integrante fue guiando y aportó su conocimiento. Y con mi mirada externa se fueron ordenando todos los elementos", completa.
Sobre el teatro de objetos, explica: "A mí me gusta pensar y crear desde la idea de sujetos y objetos en el espacio: cómo un objeto puede ser sujeto desde su uso expresivo. Y a su vez, en un juego mágico de las convenciones, un sujeto ser objeto".
Continúa: "Nosotros, desdecuatro personajes y una máscara expresiva vamos contando un cuentito. Mientras, los asistentes de escena - sin máscaras- van construyendo el mundo y el entorno de esos protagonistas. Lo construyen manipulando objetos reales que interactúan con los personajes".
Para el director, el teatro de objetos puede "esencializar las cosas", recreando sensaciones y mundos poéticos. "Todo eso con mucho humor, ironía, picardía y ternura", destaca, pues "el teatro de objetos va a la síntesis de las cosas, a su esencia, y eso nos permite trabajar mucho el humor, apelando a lo simbólico. Por ejemplo: una bolsa de agua caliente es un pez en la transformación que genera un actor manipulador que todos vemos, pero vemos también el pez, y esa convivencia de verosímiles resulta muy atractiva e irónica".
Este recurso le da nuevas significaciones a lo que vemos: "El teatro de objetos tiene mucha potencialidad narrativa. Cualquier historia se puede contar desde estos recursos: el títere y el teatro de objetos es a la teatralidad lo que la poesía es a la literatura. Lo que uno cuenta con un objeto puede ser más rico expresivamente que un actor en un teatro más naturalista".
Para ver "A veces nublado", que cuenta con música original de Anabel Molina y Juanjo Martínez, apunte: hoy a las 21.30, en el Teatro Independencia. Entrada $100 (en la boletería y en www.entradaweb.com.ar).
Humor en el Cajamarca
Si en la obra anterior el teatro de objetos era explotado desde una perspectiva poética, en "El telescopio chino" funciona a la par de otras técnicas emparentadas a la comedia, como el grotesco y la pantomima.
Hay que destacar que se trata del estreno nacional de la pieza, que unió voluntades desde varias provincias: el dramaturgo Alejandro Finzi es neuquino, el director Carlos Piñero es cordobés y los dos protagonistas son muy conocidos entre nosotros: Guillermo Troncoso y Víctor Arrojo.
La historia plantea el encuentro, tierno y desopilante, entre el arriero patagónico Don Miguel Santagada (Arrojo) y el campesino chino Li Huang (Troncoso), quien cavó un túnel que atravesó el planeta hasta dar en el sur argentino. Ambos comparten sus desgracias a pesar de sus diferencias, con su inocencia y humanismo de campesinos. Un relato fraternal y universal.
Aquí, "los objetos que cada uno maneja tienen que ver con el personaje que interpeta", señala Troncoso: "Más que nada fue un juego, nos divertimos mucho mucho", dice sobre el entrenamiento con Piñero, que se prolongó durante varios fines de semana.
Pese a lo lúdico, también hubo disciplina: "El teatro de objetos es un entrenamiento bastante complicado, porque cuando uno trabaja con un objeto al que tiene que darle vida empieza una cierta competencia. Es como que uno, actor, tiene que anularse para darle vida a ese objeto, que termina convirtiéndose en actor. Por lo tanto, es un entrenamiento muy arduo. Aún así tiene mucha magia. Creo que no hay muchas obras que puedan trabajarse para teatro de objetos", señala el actor.
Arrojo, por su parte, suma: "De las tres técnicas, hay dos con las que ya estábamos familiarizados. Respecto al teatro de objetos, Guillermo había incursionado en la manipulación de títeres. En ese sentido, sí ha sido una experiencia novedosa, y por eso la necesidad de contar con Piñero, un especialista".
Ambos vieron material, leyeron, discutieron y se empaparon de la experiencia del cordobés, reconocido titiritero de la compañía El Chonchón.
"Esta técnica tal vez no es muy frecuentada en Mendoza pero sí es universal e histórica, con un desarrollo muy importante y hasta con diferentes escuelas, las que hemos empezado a descubrir", dice, pero aclara: "No es un espectáculo de neto corte de teatro de objetos, sino uno que atraviesa diferentes técnicas. Creo que la virtud de 'El telescopio chino' en nuestro montaje es que va haciendo uso en forma alternativa de esos tres recursos: la narración, la actuación y el teatro de objetos".
Anote las coordenadas, porque la obra estrena hoy con doble función en el Teatro Cajamarca (España 1767), a las 20.30 y a las 22. ¿Quiere reservar? Al 263475-5975.