Tras cuatro año de precios estancados, nuevamente el valor por litro del vino pagado al productor volvió a levantar vuelo. Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, entre enero y febrero los tintos genéricos aumentaron 69% su valor nominal, mientras que el precio del blanco escurrido creció 61%.
La noticia es alentadora teniendo en cuenta que los números dan algún alivio al productor pero no terminan por cerrar porque, con la peor cosecha de los últimos 56 años, en promedio todos levantaron menos kilos y los costos siguen presionando la rentabilidad.
David Crocco, vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Mendoza, estimó que “se están mostrando mejores precios en los contratos registrados en la Bolsa, pero esta tonificación no es acorde con las expectativas que tenía el mercado, principalmente el productor. Creo que se esperaban mejores precios. No obstante, hay que reconocer que -comparado con el mismo período del año pasado- hay 25% más de operaciones. Es decir, más movimiento”.
Cabe recordar que en octubre del año pasado el mercado de traslado del vino en Mendoza mostró el volumen promedio de transacción más bajo en 34 meses. Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, octubre de 2015 fue el mes que menos vinos sin indicación de variedad se transaron.
Así las cosas, mientras en octubre de 2013 se comercializaron 424.719 hectolitros (hl), en 2014 se vendieron 595.545 hl. En 2015 sólo se logró hacerlo por 312.860 hl.
Aun con esta señal de movimiento del mercado, Crocco no fue tan optimista sobre el futuro del negocio y en este sentido destacó que “hay que tener en cuenta que muchos viñedos están abandonados, a otros no se les han hecho los trabajos correspondientes, por lo que habrá que ver cómo será la cosecha el año que viene”.
Por su parte, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, estimó que “ha sido una cosecha baja y es lógico que los precios suban”.
Para Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, el precio del vino en el mercado de traslado se empezó a tonificar porque no había dónde comprar.
“Hoy los tintos genéricos de base se ubican entre $ 7 y $ 8, mientras que los blancos se han tonificado menos. Con una producción escasa es previsible que esto suceda”, razonó el dirigente.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo seguirá reaccionando el mercado y qué influencia tendrá la fijación del grado alcohólico para los tintos en 12,1°, pero lo cierto es que para algunos la crisis del primer eslabón de la cadena continúa.
Gabriela Lizana, de Aproem, sostuvo que “se requiere mucha transparencia para salir de esta crisis. Es imprescindible que llegue de una vez la transformación necesaria en la industria vitivinícola, que permita una reactivación productiva. Los nuevos desequilibrios afectan fundamentalmente al sector productivo, que está trabajando sin rentabilidad o a pérdida, incluso quienes se tecnificaron y tienen uvas tintas”.
La productora agregó: “En tanto, los otros actores del final de la cadena se llevan el total de la rentabilidad. Esa transformación no se realiza porque mantener las estructuras políticas, económicas y, sobre todo, jurídicas actuales, garantizan a los grandes su preponderancia y abuso hacia el más débil. Hay transferencia de recursos del más débil al más fuerte y esto también es un robo; sólo que nunca van a verlos cuando tiran los bolsos por arriba de las paredes”.
En suma, al parecer todo dependerá de las ventas y ese sector también muestra señales de alerta. Hay que tener en cuenta que, según el INV, en el primer trimestre de 2016 se vendieron 94 millones de litros de vino en tetra mientras que en 2015 la suma ascendía a 108 millones de litros por lo que el consumo terminará marcando los precios.
Los costos crecientes impactan en la rentabilidad
Según un reporte publicado por el Observatorio Economías Regionales de Acovi, la variación en el precio del combustible evidencia un importante incremento en la composición de los costos totales para mantener operativo un viñedo en Mendoza.
El reporte analiza que haciendo un promedio para el caso, tanto de producción de uva tinta como de uva blanca para pequeños productores, en enero de 2016 los costos por mecanización representaban un 17% del total, ascendiendo a $ 10.692 por hectárea. Por otro lado, los fletes representaban alrededor de un 2,5% del costo (en promedio si se considera producción de uva tinta y uva blanca), es decir unos 1.572 pesos por hectárea.
En cambio, en mayo, el valor de mecanización -incluye gasoil y mantenimiento- representa 19,5% del costo total y suma $ 13.156 por hectárea. Es decir que en el transcurso del 2.016 este costo se ha incrementado 23%.
En el caso del flete, a mayo representa un 5% de la estructura total de costos, duplicándose su incidencia, ascendiendo a $ 3.373 por hectárea producida. Es decir que este ítem ha sufrido un incremento del 114,5% acumulado en el año (pasando de un gasto de $ 1.572 por hectárea a $ 3.373,45). Esta suba se debe no sólo al incremento puro en el precio del combustible, sino también al impacto de las nuevas tarifas vigentes en el rubro, las cuales sufrieron también una actualización.