En cinco años, 283 personas cambiaron su identidad en Mendoza

Según los datos del Registro Civil, los pedidos comenzaron en 2012, con la vigencia de la ley que ampara este derecho.

En cinco años, 283 personas cambiaron su identidad en Mendoza
En cinco años, 283 personas cambiaron su identidad en Mendoza

Desde que la Ley N° 26.743 de Identidad de Género fue promulgada en Mayo de 2012 hasta la fecha, 283 personas solicitaron en Mendoza la rectificación registral del sexo y se cambiaron del Documento Nacional de Identidad (DNI) tanto el nombre de pila como la foto identificatoria.

Así, de acuerdo a los datos del Registro Civil de la Provincia, los artículos N°3 y 4 de la normativa han sido aplicados a pleno en nuestra provincia durante éstos cinco años.

“Toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, el cambio de nombre de pila  e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”, reza textual la Ley Nacional, que junto a la de Matrimonio Igualitario (N°26.618) fueron el resultado de años de luchas por parte de colectivos de personas que clamaban por el respeto de sus derechos individuales.

Sin embargo, aún existen numerosas cuentas pendientes para decir adiós a la discriminación. Hoy, en el primer día en que se conmemora la Semana del Respeto a la Diversidad Sexual, la reflexión no está dada al azar.

“Falta mucha información y también formación en las instituciones, en las escuelas, en los Centros de Salud barriales, en las fuerzas de seguridad y en las reparticiones del Estado”, consideró Leandro Montbrum, coordinador del área de Integración Comunitaria de la UNCuyo.

Justamente, desde la casa de altos estudios se están llevando a cabo una serie de charlas y espacios de reflexión tendientes a desterrar conceptos basados a estereotipos  reducidos al binomio “hombre-mujer”. Los encuentros de concientización se extenderán hasta el viernes inclusive.

En ése sentido, Montbrum destacó que si bien las leyes vigentes en este aspecto han implicado un gran avance, aún es indispensable avanzar en la igualdad, desde lo legal a lo real y efectivo. "Todavía hay discriminación y las instituciones son poco permeables a la hora de adaptarse", consideró Montbrum.

Entre las temáticas planteadas ayer en este espacio organizado en conjunto con Mendoza LGBT (Lesbianas, Gay, Bisexuales y Transexuales), se desarrolló una diferenciación en relación con el lenguaje, una herramienta crucial que puede ser utilizada tanto para integrar como para discriminar.

Así, es importante que la sociedad comience a incorporar las diferencias que existen entre las características biológicas, la identidad y la orientación sexual (ligada al deseo) que puede sentir una persona, explicó Montbrum.

“Todavía, si una chica trans va a un centro de salud, quienes la atienden no siempre saben qué hacer”, ejemplificó el coordinador y detalló que un paso importante en este sentido es comenzar a utilizar un lenguaje inclusivo, ligado al respeto al prójimo y a la aceptación de lo distinto (en cuanto a lo establecido socialmente como “único” o “normal”.

Para Montbrum, la sociedad ha ido construyendo un estereotipo de lo que es normal y al resto todavía lo mira de ‘reojo’. Allí, surgen los actos discriminatorios y de segregación. Agregó que muchas veces, el lenguaje que pretende ser inclusivo (utilizando un todos y todas), en realidad invisibiliza a miles de personas que no se ajustan a ése canon.

Daniel Di Giuseppe, delegado en Mendoza del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI),  coincidió en que aquello que está planteado en letras no se traduce en la realidad cotidiana de las personas que no se identifican con el patrón “hombre”/ “mujer”.

Explicó Di Giuseppe que tanto en Mendoza como en toda Argentina el colectivo LGBT  es el que más sufre la violencia, la discriminación y de hecho presentan las tasas de muerte prematura (gran parte no sobrepasa los 45 años) debido a los altos índices de suicidios y riesgos que sufren debido a la  exclusión y la marginalidad ejercidas por una sociedad que aún debe madurar conceptos.

“Los índices de estigmatización son altísimos y es un sector muy castigado. Existe discriminación laboral, exclusión educativa, agresiones en la vía pública y falta de contención familiar”, detalló Di Guiseppe y aclaró que es justamente este rechazo el que influye en la no posibilidad de ejercer los derechos de manera plena.

En materia de salud, este sector de la población todavía espera una adecuada atención. Las infecciones no tratadas de manera adecuada,  como así también la aplicación de procedimientos y tratamientos hormonales sin el control y seguimiento médico específico siguen atentando contra la salud de miles de personas en nuestra provincia, alertó el delegado del INADI.

El aumento de denuncias en Mendoza por discriminación es otro dato que llama a la reflexión. "Es indispensable pensar en una sociedad diversa y que cada persona tiene una orientación sexual distinta. No hay mayorías ni minorías", reflexionó Di Giuseppe. Para realizar denuncias por discriminación, comunicarse al 0800-999-2345. 

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