En busca de la casa saludable

Idear la vivienda desde la bioarquitectura es una tendencia que crece en Mendoza. Tres profesionales dan su punto de vista en este campo.

En busca de la casa saludable
En busca de la casa saludable

"Los beneficios son múltiples para nuestras vidas y el entorno que nos rodea".

Por Andrea Calderón

“Bioarquitectura es arquitectura saludable, ecológica, económica, sustentable y solidaria. Se enfoca en crear nuevas alternativas, innovar -o acaso recuperar tecnologías que nuestros ancestros utilizaron eficientemente- para superar los problemas de agresión y daño ambiental creados por los modos actuales de diseño y producción de los edificios y espacios construidos”. Es el arquitecto Horacio Cangelosi quien se refiere a e te concepto, que aunque comprende el diseño bioclimático y la utilización de técnicas de bioconstrucción, no sólo se reduce a eso. La calidad ambiental de los espacios, las condiciones electromagnéticas y geobiológicas, así como la ionización, la luz, el color, los materiales de construcción, las instalaciones, el mobiliario, la provisión de energía o el manejo del agua son otros de los factores que un proyecto edilicio saludable debe tener en cuenta. Se trata entonces de lograr ambientes armónicos y vitalizantes, lo que supone ventajas sanitarias, ambientales y económicas.

Entre los aspectos que un profesional de la bioarquitectura debe considerar, Cangelosi sostiene que es vital la concepción y el desarrollo de la obra desde una visión holística. Desde este punto de vista, la valoración de las necesidades humanas deben ser priorizadas de acuerdo al clima y al medio ambiente local. A lo largo de las distintas fases de la obra es importante priorizar el uso de tecnologías que utilizan energías renovables y atender a la idiosincrasia y la base ecosistémica, natural y cultural del lugar. La construcción de edificios de mejor calidad, ecológicamente sustentables y sostenibles apuntan a optimizar los recursos y materiales, disminuir los residuos y las emisiones, evitar riesgos de salud para sus ocupantes o racionalizar el consumo del agua.

“La bioarquitectura tiene respuestas concretas y enteramente accesibles para resolver la problemática de la sustentabilidad ambiental y el buen vivir; o sea, recuperar la casa o el edificio como un sitio saludable, confortable, adecuado para albergar nuestras actividades y sobre todo para proteger nuestra vida y la de nuestros seres queridos”, sostiene el arquitecto Cangelosi. Es que además de evitar los materiales tóxicos y peligrosos por otros naturales y no contaminantes se persigue la eficiencia energética y el aprovechamiento de materias primas a lo largo de todo el proceso. “El fin es recuperar la función primitiva de la arquitectura, no sólo tomando medidas técnicas, sino partiendo de las características biológicas que afectan al hombre y sus necesidades para armonizar la relación entre el individuo, su hábitat y la naturaleza. En síntesis, para aquellas personas con sensibilidad ambiental y con mayor lucidez para lograr una mejor calidad de vida, es precisamente la bioarquitectura quien tiene más a mano las respuestas a sus deseos y requerimientos”, dice este arquitecto.

A pesar de que los criterios para una casa saludable se pueden aplicar en cualquier momento a través de intervenciones bioarquitectónicas, lo ideal es idear la vivienda bajo estos parámetros desde su concepción. La única condición es consultar a profesionales especializados en la materia, aunque este continúa siendo el desafío de las construcciones inteligentes: contar con personal formado en este modo de concebir las obras. Cangelosi es uno de ellos, por eso es que afirma no poder apartarse “de aquello que ha investigado desde hace tiempo” y que lo ha llevado a conocer las mejoras y beneficios que aportan a los seres humanos una relación más equilibrada con el planeta.

Gustavo Brico es maestro mayor de obras, proyectista y un convencido de que la permacultura brinda respuestas a los problemas de edificación actuales. A pesar de sus treinta años de experiencia en construcción convencional, hace cinco decidió instruirse en permacultura, geobiología y radiestesia; también en huertas orgánicas, tecnologías apropiadas y apropiables y materiales como la quincha, el superadobe, el barro esculpido o los fardos de pasto.

Luego de trabajar en la realización de barrios, edificios públicos y privados y el Ministerio de Infraestructura, recientemente Brico finalizó el proyecto de un Centro de Interpretación para la Reserva de la Biosfera Ñacuñan, en Santa Rosa. En el lugar se aplicó arquitectura con sistemas de protección, calefacción y refrigeración pasivos, se utilizaron biofiltros y biodigestores para el tratamiento del agua, se recurrió a las plantas nativas para la generación de humedales y se utilizó la energía solar para generar electricidad.

Por mencionar algunos ejemplos de este tipo de arquitectura llevada a la práctica, Gustavo menciona su trabajo en una vivienda en Colonia Segovia, en Guaymallén, pensada para recuperar el agua de lluvia, el tratamiento de aguas grises y negras, la proyección de un techo verde o la incorporación de una estufa rusa. Otra obra bajo estos criterios crece en Villa Seca, Maipú, donde además se recurrió a columnas y vigas de rollizos de eucaliptos, techos de machimbre, muros de quincha con estructuras de palets reciclados o botellas de plástico revestidas en barro.

"El fin es recuperar la función primitiva de la arquitectura, no sólo tomando medidas técnicas, sino partiendo de las características biológicas que afectan al hombre y sus necesidades para armonizar la relación entre el individuo, su hábitat y la naturaleza. En síntesis, para aquellas personas con sensibilidad ambiental y con mayor lucidez para lograr una mejor calidad de vida, es precisamente la bioarquitectura quien tiene más a mano las respuestas a sus deseos y requerimientos"

En el caso de Pablo Lacourt es ingeniero en materiales egresado del Instituto Sábato en Buenos Aires. Desde que egresó de la carrera y aún antes, se interesó por la arquitectura sustentable. En Mendoza ha organizado talleres de capacitación con facilitadores nacionales e internacionales formando a personas interesadas en la materia a través de asociaciones como Acuyo, una organización no gubernamental dedicada a la capacitación, asesoramiento e implementación de sistemas integrales sustentables de acuerdo a las herramientas de diseño que ofrece la permacultura.

Actualmente, Pablo construye su casa en el Bajo Lunlunta. “Estoy convencido de que se trata de una manera sustentable de construir, no sólo en cuanto a lo ecológico sino que también constituye casas más sanas. Desde un punto de vista bioclimático, las técnicas de construcción natural favorecen el acondicionamiento térmico pasivo como en el caso de los techos “vivos” o cubiertas verdes que disminuyen la pérdida de calor en invierno y de frío en verano. Además, al no usarse hormigón hay menos radón y polvo de suspensión, lo cual es beneficioso para la salud”, asegura. En su hogar, aún en obra, utilizó una estructura de madera y un sistema de cerramiento con técnicas diversas, como el superadobe, que supone inercia térmica y revoques de arcilla, arena y fibras vegetales.

Para calefaccionar su casa, Pablo planea instalar una estufa de combustión rocket, un sistema calefactor de alta eficiencia que utiliza leña de poda. El aprovechamiento de los materiales de la zona, sumado a la construcción colaborativa por medio de “mingas” de trabajo colectivo, implica una reducción tanto del costo de materiales como de mano obra comparada con la construcción tradicional.

Entre los beneficios de la bioarquitectura, Lacourt menciona un mayor disfrute de la casa, un impacto directo sobre la salud, la posibilidad de elegir los materiales más adecuados y la utilización racional de los recursos. Se trata, en definitiva, de recuperar la sabiduría de nuestros ancestros incorporando los beneficios de las tecnologías modernas.

Al igual que Cangelosi, Lacourt asegura que esta alternativa inteligente de concebir la arquitectura es viable bajo un estricto cuidado de los detalles constructivos, por lo que se requiere una formación continua de profesionales de la construcción para satisfacer la demanda creciente que hay en la provincia por este tipo de casas.

Profesionales consultados:

Horacio Cangelosi: horaciocangelosi@arlinkbbt.com.ar . Gustavo Brico: gbrico@hotmail.com. Pablo Lacourt: pablo_lacourt@yahoo.com.ar

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