En Brasil, los chicos se hicieron gigantes

Gran parte de aquel Sub-20 campeón del mundo 2005 en Holanda (sí, justo ahí), brilló en San Pablo y jugará la gran final del Mundial de mayores ante el “Fútbol Total” de Alemania. Messi, el cerebro. Mascherano, el alma. Y un grupo de guerreros que se met

En Brasil, los chicos se hicieron gigantes
En Brasil, los chicos se hicieron gigantes

Qué escribir, qué decir que no se haya dicho ya. Cuántas sensaciones invaden al sufrido pueblo argento. La albiceleste borró a Holanda por penales y accedió 24 años después a la gran final de la Copa del Mundo. Sí. La Argentina de los mil problemas políticos, sociales y económicos. Esa. La que llegó a Brasil silbando bajito y que trabajó paso a paso para llegar a la instancia que todos desearon alguna vez: el juego decisivo en el mítico Maracaná.

Y lo logró la base de los pibes de Francisco Ferraro en 2005. Esos ‘púber’ que ganaron el Mundial Sub-20 en Holanda (¿les suena Holanda?) y que debieron esperar más de la cuenta para codearse con algo verdaderamente monumental, colosal, histórico, inolvidable.

La magia de Leo Messi - Balón de Oro y goleador (6) en aquel entonces - , sus apariciones,  la creación, las pausas, y los cuatro goles clave en esta Copa. El temperamento y el alma de Javier Mascherano, inoxidable todoterreno que extrañaremos cuando no esté, el capitán sin brazalete. Las manos de Romero, de atajadas cruciales, los penales. Gigante. El esfuerzo de Rojo, tan resistido en la previa como ídolo por estas horas. La muralla que supieron construir Garay y Demichelis. El despliegue de Biglia. El corazón de nuestro Enzo Nicolás Pérez, tremendo.

El recorrido veloz de Di María y su gol frente a Suiza. El grito ensordecedor de Higuaín en el tanto ante Bélgica. Maxi, Basanta, Zabaleta, Gago, Agüero, Campagnaro. Todos formaron parte de esta gesta extraordinaria. No faltó uno. Muchos estuvieron allá y hoy están acá.

El grupo, esa palabra que retumbó en cada sala de prensa cada vez que el líder, Alejandro Sabella, tomó el micrófono y lo repitió con insistencia. Más de uno criticó y criticará sus tácticas y estrategias, pero hay algo que ni el más osado pondrá en tela de juicio de ahora en más: qué importante es tener un grupo sólido y unido. Uf.

Doscientos países iniciaron el camino hacia la Copa del Mundo de Brasil. Treinta y dos consiguieron clasificar al Mundial. Y hoy, sí, hoy, sólo dos quedan vivos. La temible Alemania del “Fútbol Total” que nos eliminó de los últimos dos Mundiales, y los pibes, esos pequeños gigantes que se hicieron hombres, y que el 13 de julio volverán a dejar la piel por el gran sueño sudamericano.

Ganar queremos todos. Si hay algo con lo que el ser argentino sueña durante toda su vida es con la Copa. Y eso queremos, usted y yo. El bancario y el periodista. El contador y el recolector de residuos. El abogado y el maestro de Matemáticas. Todos. Pero permítanme una reflexión final. Pase lo que pase el domingo, estos pibes ya ganaron. Se hicieron enormes en la adversidad y quedarán en la imborrable memoria mundial. Salud por ellos. Y por nosotros.

Pablo Philippens - @PabloPhilippens

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA