El laboratorio de biotecnología montado en Genera Alvear produce controladores de plagas biológicos que son destinados a productores que apuestan por la agricultura orgánica. Además, ahora están trabajando en otras investigaciones para ampliar las fronteras.
Es que prontamente iniciarán la micropropagación de viñas in-vitro libre de virus. También entre los proyectos que están incubando está la elaboración de biorepelentes, y fuentes de proteínas para la ganadería como derivados de un escarabajo. A lo que se suma la obtención de un derivado del escarabajo que es de uso industrial.
Cómo surgió la iniciativa
El sueño de Ugacoop nació hace más de una década de la mano del actual intendente alvearense, Walther Marcolini, por aquel entonces director de Cooperativas de Mendoza. Contar en General Alvear con una universidad que unifique al sector público y privado bajo la figura de una cooperativa.
En el largo camino para conseguir la aprobación de la entidad como casa de altos estudios, nació IDESA, un instituto de educación terciaria que ofrece carreras científico-tecnológicas no tradicionales. El año pasado comenzó a dictarse la tecnicatura en Biotecnología, única en su tipo en Mendoza.
A la par de la carrera terciaria la Municipalidad (integrante de Ugacoop) montó el laboratorio de biotecnología para las prácticas de los alumnos y al mismo tiempo abrió un universo de posibilidades para trabajar por la producción y la sociedad en general.
El laboratorio cuenta con una estructura de 180 m2, posee un sistema centralizado de climatización frío-calor y filtración de aire HEPA. Además cuenta con una cámara de frío de 4 m2 y un grupo electrógeno externo para autonomía eléctrica.
Gran parte del equipamiento está siendo adquirido con un subsidio que le otorgó la Nación a través del Inaes de $ 2.150.000
La primera etapa de producción en el laboratorio fue mediante un convenio con Iscamen para la elaboración de biocontroladores para la agricultura orgánica.
Hoy en día entre Alvear y San Rafael hay unas 300 hectáreas implantadas bajo esta modalidad y la necesidad de controlar las plagas sin uso de químicos se acrecienta diariamente.
"Lo que hacemos es producir insectos que se comen las plagas que afectan a la agricultura", resumió el biólogo Ezequiel Lentz.
La conocida vaquita de san antonio, la mantis religiosa o las crisopas (bichos de la luz) son controladores naturales que atacan hongos y bacterias entomopatógenas.
"Muchas veces se ven a vaquitas de san antonio en las plantas y por lo general la gente cree que se las comen, pero es todo lo contrario lo que hacen salvarla porque lo que se comen es la plaga que la daña. Esto es una parte de un gran manejo integrado de buenas prácticas en la agricultura", comentó el biólogo.
Por mes se producen 300.000 huevos de crisopas y 300 huevos de coccinélidos. Para completar el equipamiento del laboratorio biotecnológico, invertirán $ 2.150.000 en equipamiento. Los recursos gestionados desde la intendencia llegan en calidad de subsidio por medio del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social.
Una vez que cuenten con los equipos faltantes en los próximos 30 días según estiman, "vamos a comenzar con la producción de viñas in-vitro libre de virus. El horizonte inmediato es producir 100.000 para fin de año", añadió Ezequiel Lentz.
La técnica empleada será la diseñada por el equipo de especialistas del INTA en Luján. Durante la investigación determinaron que las enfermedades afectan entre un 20% y 40% la productividad de la vid.
En incubación
Entre los proyectos que están en la etapa de incubación y prueba está la elaboración de un aceite repelentes, también para contención de plagas, a partir de un árbol tan común en la zona que sus beneficios y aplicaciones pasan totalmente desprevenidas: el Paraíso. Pretenden avanzar en la detección molecular de patógenos en base a estudiosa de ADN en animales destinados a la producción cárnica (cerdos) u ornamentales (aves). También está la posibilidad de utilizar los beneficios del escarabajo Tenebrio Molitor o gusano de la harina. El humus que produce en su estado adulto ayuda a la protección de las raíces contra enfermedades, mientras que en su estado larvario es muy rico en proteínas y puede incorporarse al alimento animal.