Entre 2010 y 2015, el monotributo aumentó 137% para los contribuyentes de la categoría más baja (B), cuyo ingreso mensual no supera los $ 4.000.
En términos de valor, la suba fue de $ 300, al pasar de los $ 219 que se pagaban hace 5 años a los $ 519 que abonarán desde julio. Mientras los contribuyentes de la categoría más alta (L), en 2010 pagaban $ 2.880 y en julio pagarán $ 3.180 (10% más), el aumento nominal de $ 300 es el mismo pero el impacto es desigual debido a que no es lo mismo $ 300 de incremento para gente que factura menos de $ 4 mil por mes, que para contribuyentes que tienen ingresos de hasta $ 600 mil.
Para muchos contribuyentes, el aumento del monotributo va más allá de un ajuste en el valor de la cuota mensual.
A la hora de analizar los incrementos, no se debe olvidar que las categorías de monotributistas no se actualizan desde hace casi dos años.
El contador Carlos Schestakow señaló que “muchos contribuyentes subieron de categoría en ese período como consecuencia de que recibieron mayores ingresos pero en términos nominales, no por haber tenido un incremento en su poder adquisitivo real”.
Eso hace que, para ellos, el incremento del monotributo sea mucho más grande que para aquellos que permanecieron en la misma escala.
“Por el concepto de inflación, existen miles de casos en los que un contribuyente saltó de una categoría a otra aunque siga teniendo la misma capacidad contributiva”, comentó.
“Es un concepto que debe tenerse en cuenta. En cinco años no subieron los Impuestos Integrados del monotributo pero, tras dos años de congelamiento de escalas, aumentó considerablemente el número de contribuyentes que saltaron de una categoría a otra y se vieron obligados a pagar un importe más alto”, aclaró el experto.
La variación por componente
El importe mensual que pagan los monotributistas está compuesto por diferentes variables que se definen según el nivel de ingresos y la actividad del contribuyente.
Los únicos ítems que tienen un valor idéntico para todas las categorías son los aportes al Sistema Integrado Provisional Argentino (jubilación) y los aportes por obra social, cuyos valores alcanzarán los $ 157 y $ 323 respectivamente desde el 1 de julio próximo.
La cuota del monotributo se completa con un Impuesto Integrado (ingresos brutos obtenidos según facturación, superficie afectada a la actividad, energía eléctrica consumida y monto de los alquileres devengados), que tiene un valor que oscila entre los $ 39 y los $ 2.700 según la actividad que ejerza el contribuyente y su categoría.
Un monotributista categoría D, por ejemplo, pagará $ 128 de Impuesto Integrado si factura por “locaciones y/o prestaciones de servicios” o $ 118 si se dedica a la venta de cosas muebles. Obviamente, mientras más alta es la categoría, más alto será el importe a pagar bajo esos conceptos.
Ahora bien, ya definidos los diferentes componentes del monotributo (obra social, jubilación e Impuesto Integrado), se puede reconocer cuáles fueron las variables que se incrementaron en los últimos años.
El contador Mario Comellas, explicó que entre 2010 y 2015 no variaron los Impuestos Integrados para ninguna actividad ni categoría. “Lo que subió, es lo que se paga por jubilación y obra social”, indicó.
“Como en todas las categorías se abona lo mismo por esos conceptos, las subas aplicadas por el Gobierno son idénticas para todos los contribuyentes, desde la categoría B a la L”, agregó Mario Comellas.
En términos de valor, la variación fue de $ 300. La jubilación subió de $ 110 a $ 157 para todas las categorías (42,72%) y los aportes por obra social saltaron de $ 70 a $ 323 (361,42%) en los últimos cinco años.
Así es como en 2010 los monotributistas pagaban $ 180 entre jubilación y obra social, y desde el 1 de julio pagarán $ 480. Si a eso se le suma el importe por Impuesto Integrado, se explica que el contribuyente de la categoría más baja (B), que pagaba $ 219 por el monotributo hace cinco años, a partir de julio pagará $ 519.
Claro está, -como explicó Schestakow- que los $ 300 de diferencia representan un aumento porcentual mucho mayor para las categorías más bajas, considerando que no es lo mismo un incremento de $ 300 sobre un ingreso mensual de $ 4.000 que sobre un ingreso de hasta $ 600.000 (categoría L).
Queda claro así que, pese a que la suba es la misma para todos los monotributistas, son los de categoría más baja los que más dificultades tendrán para enfrentar el aumento.
Es importante señalar que aquellos trabajadores en relación de dependencia que se inscriben en el monotributo para facturar trabajos que no están vinculados con su empleo registrado principal o para los profesionales que cuentan con su propia caja, la cuota del monotributo no tendrá cambios en julio, ya que estos no pagan el componente Previsional.
Casi igual que el IPC
Si se hace una comparación con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), se observa que la carga impositiva se incrementó prácticamente al mismo ritmo que la inflación.
Según datos de la consultora Evaluecon, el IPC aumentó 141,32% entre junio de 2010 y junio de 2015, apenas 4,3 puntos porcentuales más que el monotributo en ese mismo período.
El economista y director de Evaluecon, José Vargas, aseguró que “el monotributo se va actualizando en función de la inflación, por que se basa sobre los ingresos que tienen los contribuyentes e incluye costos que varían según los precios de la economía (obra social y jubilación)”.
“Es por eso que se encuentra una clara similitud entre el incremento del monotributo y la inflación real”, observó el titular de Evaluecon.