La crisis que atraviesa la vitivinicultura es una realidad que no puede taparse. Sobre todo luego de darse a conocer los números de comercialización del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Las ventas totales de vino, mercado interno y externo cayó 12,4% en los primeros cinco meses del año, comparado con el 2016.
Así las cosas, es que el sector industrial sufre las consecuencias del desenlace de la comercialización de vinos. Finalizada la cosecha, según datos que refleja el INV, en 2017 un total de 881 bodegas elaboraron vino, 17 establecimientos más que en 2016, cuando fueron 864; aunque 68 menos que en 2013, cuando elaboraron un total de 949 bodegas y fábricas.
En base a ello, al desglosar los números se puede observar que Mendoza mantuvo la cantidad de bodegas en el último año (619), mientras que en otras provincias, como Cafayate se incrementaron. Lo que a da a cuentas cómo la industria del vino busca continuar su diversificación y conocimiento de nuevos terruños.
En esa región salteña, en 2013 habían 43 bodegas y hoy hay 55. De ellas, se destaca la inversión de Piattelli en 2014, así como la bodega comunitaria de 2015 en donde 85 pequeños productores vitivinícolas de la localidad de Cafayate se beneficiaron con la construcción de este establecimiento financiada con aportes de la Secretaría de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Todas ellas, se suman a los establecimientos reconocidos Colomé, Amalaya, Bodega El Esteco, Bodega Etchart, Bodega El Porvenir de Cafayate, entre otras.
Preocupación
En esta última cosecha, comparada con la de hace cinco años, en total 68 bodegas y fábricas dejaron de elaborar vino en Argentina. Esto supone pérdidas de puestos de trabajo y concentración de la industria. De hecho, según detalló Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi y presidente de Coninagro, el 75% de la comercialización de vino se concentra en 20 firmas.
Dan cuenta de ello también las últimas inversiones y nuevas bodegas. Es que al desglosar por provincia, la baja en la cantidad de bodegas elaboradoras claramente se observa en las principales regiones vitivinícolas, como Mendoza y San Juan, mientras que otras, han tenido una evolución.
En este sentido, se observa que Mendoza pasó de tener 656 bodegas elaboradoras en la cosecha 2014 a 619. Lo mismo pasó en San Juan, que se redujeron 10, pasando de ser 128 establecimientos a 118. No obstante, en este caso en el último año se sumaron 4. Mientras que Cafayate y Mar del Plata, fueron las regiones que adhirieron nuevas bodegas elaboradoras, con 55 y 6, respectivamente.
Sin embargo, a pesar de ello, según las Cámaras consultadas muchas de estas nuevas bodegas responden a firmas de Mendoza o de otras provincias, que ya estaban en la industria del vino y decidieron invertir en nuevos terruños. Por lo tanto, la concentración a la que hizo alusión Iannizzotto trae a colación este fenómeno.
A pesar de ello, para los empresarios vitivinícolas, la comparación anual muestra una porción pequeña de la realidad del vino y no el panorama real y la baja en cantidad de bodegas elaboradoras. Reflejo de ello y de que la industria no logra recuperarse son "los últimos números de las ventas de vinos al mercado interno y externo", remarcó Juan Carlos Pina, gerente general de Bodegas de Argentina.
Es que si se analizan los últimos datos de comercialización se observa que al mercado interno se dejaron de vender más de 400 mil hectolitros de vino, con una caída entre enero-abril de este año comparado con 2016 del 13% en fraccionado, mientras que en el mercado externo la baja fue del 9,1%. No obstante, el granel y el mosto tuvieron el peor desempeño en sus ventas al mercado externo, con una disminución del 43% y 54%, respectivamente.
Asimismo, si se compara la comercialización de los cinco meses en los últimos cuatro años, entre 2014 y 2017 se dejaron de vender al mercado externo 10 millones de dólares FOB y más de 5 millones de litros de vinos, según datos del Observatorio Vitivinícola.
En este sentido, Pina indicó que esta caída ha dejado a más de una bodega en el camino. Mientras que otras se solventan a fuerza de no aumentar los precios o promociones en los supermercados; "que seguramente en algún momento no puedan llevar más adelante esta agresividad, y sean cada vez más establecimientos lo que dejen de elaborar vino".
Pero además de ello, para Iannizzotto también hay otro fenómeno que preocupa al sector y es la baja cosecha de los últimos dos años.
Argentina viene padeciendo dos de las peores cosechas en medio siglo, en cuanto a cantidad producida. Esto "llevó a que los precios de la materia prima estuvieran más altos, y la rentabilidad y utilidad de las bodegas sean más chicas", remarcó el presidente de Coninagro.
Sumado a ello, el gerente de Bodegas de Argentina cree que también es el momento de preguntarse -ante las últimas vendimias y realidad de los mercados- cuál es la producción real de Argentina; "si son los 26 millones de quintales de hace 5 años atrás o los casi 20 millones de quintales que se cosecharon este año o sólo un poco más".
Más allá de estos fenómenos, para Pina esta situación ha dejado secuelas grandes en el sector, "en donde mucha gente perdió el empleo y muchos de las empresas tercerizadoras vieron caer sus ventas, y en consecuencia muchas cerraron".
En cuanto a cuáles son las bodegas que desaparecieron, para Carlos Fioquetta, gerente de Coviar, las que se quedaron en el camino responde principalmente a bodegas chicas y elaboradoras de mosto y granel, dos de los commodities que más sufrieron los últimos años los avatares de la inflación e incrementos de costos.
Coincidió Iannizzotto quien dijo que indudablemente el sector ha tenido que sortear problemas de costos, con suba muy fuerte de los insumos en un contexto en donde el mercado no responde. "El sector industrial está pasando una disyuntiva muy importante, en donde tuvo que salir a comprar materia prima muy elevada en un mercado interno y externo recesivo; un cóctel muy duro para subsistir".
Así es que al igual que Fioquetta, para el dirigente de Acovi, aquellas pequeñas y medianas empresas que no tuvieron una situación financiera holgada no pudieron sobrellevar ese cóctel, ya que acudir al sistema financiero para éstas es un costo muy elevado.
Mientras que, las que lograron sortear la crisis y continuar en el camino, para el gerente de Coviar, son aquellos establecimientos que tienen más capacidad de escala, espalda financiera, o eran chicas, pero estaban integradas al sector cooperativo. Fioquetta concluyó que el número impacta -en cuanto al cierre de bodegas- y la situación en general del sector alarma -caída en las ventas-. Por lo tanto "sino revertimos urgente la situación estos números podrían agudizarse aún más".