Empresarios y poder político

La visita de un importante empresario nacional dio pie a un debate sobre la relación entre el sector privado y el público frente a la crisis económica recesiva de la que nos cuesta tanto salir y que tanto perjudica a Mendoza.

Empresarios y poder político

Hace unos días, en oportunidad de la realización de la Asamblea Anual de Bodegas de Argentina AC, fue especialmente invitado a exponer sobre economía el destacado empresario petrolero Alejandro Bulgheroni (AB), uno de los dueños de la Pan American Energy. AB tiene también muy importantes inversiones en desarrollos agropecuarios y agroindustriales, en nuestro país y en varios países del mundo.

Desde hace unos años ha ingresado en el negocio vitivinícola en Mendoza, en Europa y EEUU. Como empresario vitivinícola es socio de BAac.

En tono amable, suave y sereno el empresario desgranó ideas y apreciaciones de la economía y geopolítica internacional, reflejadas en nuestras páginas, que merecen ser repasadas y reflexionadas en esta columna. Sin que implique una jerarquización de los conceptos vertidos, veamos algunas que pueden ser muy útiles en este tiempo electoral bastante vacío de ideas.

AB dijo que el mundo está creciendo a tasas algo más bajas que años atrás, pero crece sobre una base cada vez más grande. Por lo tanto, el ensanchamiento de la economía mundial es enorme y esa situación abre muy buenas posibilidades si se las sabe aprovechar. Desde luego que para hacerlo necesitamos un país abierto al mundo con empresarios y dirigentes que estudien, se actualicen y entiendan cómo funciona ese mundo.

Para el empresario, la tecnología, que cambia vertiginosamente, es el motor del crecimiento económico. Esa tecnología cambia en todas las actividades. Graficó el hecho con lo que ocurre en la industria petrolera y los extraordinarios resultados obtenidos en la extracción de gas y petróleo en reservorios que hasta hace poco eran inaccesibles. Los cambios tecnológicos aparejan aumentos considerables de productividad y reducción de costos.

Tanto en el caso del petróleo, pero más aún en gas, ello se traduce en una baja del precio de la energía, que facilita la tecnificación de múltiples actividades económicas. Señaló un proceso muy interesante que está ocurriendo en el mundo en materia de ahorro de energía.

La cantidad de energía por unidad de producto se ha reducido en un tercio en dos décadas. Agreguemos, por nuestra parte, el caso de la producción de granos en la Argentina: la mejora en la maquinaria empleada y la técnica de siembra directa, en tres décadas han reducido el consumo de gasoil de 100 a 30 litros por hectárea.

Una reflexión llamativa que hizo AB se refiere a lo que llama el desfasaje laboral que se produce por la introducción de los cambios tecnológicos. Sostiene que la aplicación de nuevas tecnologías que reducen costos y aumentan la productividad implica desempleo de personas, en una primera etapa.

Luego las mejoras económicas se van trasladando a otras actividades que absorben desempleados, pero en el interregno son indispensables buenos programas de asistencia y subsidios para ayudar y capacitar en las nuevas ocupaciones.

Hizo un par de consideraciones geopolíticas para pensar. Dijo que luego del derrumbe de la Unión Soviética y la ruptura de la bipolaridad, en el mundo se produjo una cierta anarquía y que actualmente se divide en cada vez más pedazos, generando una fuerte volatilidad en la economía y en la política.

Pero enfatizó que para superar estas situaciones hay que pensar en el largo plazo. Justamente para explicar su reciente ingreso en la industria vitivinícola dijo que tiene similitudes con la industria petrolera: ambas hay que pensarlas a largo plazo. En las dos hay que invertir previendo que el retorno va a demorar, pero que en algún momento va a llegar, que ahora estamos pasando por problemas pero se van a superar.

Fue insistente en la necesidad de tecnificar tanto las actividades agrícolas como las industriales en la vitivinicultura, tal cual ya lo hacen los países europeos. Señaló el conocido problema de que cada vez hay menos personas que quieran hacer esas labores.

Todas éstas son reflexiones interesantes y útiles. Justamente el nuevo presidente de BAac, Walter Bressia, en sus palabras de cierre de la reunión coincidió en la necesidad de tecnificar, de actualizar las tecnologías, de corregir los problemas que hay al interior de la industria.

Que es indispensable ser más eficientes, más productivos, para elaborar tanto vinos a granel, como mosto concentrado y vinos embotellados, todos de alta calidad y competitivos para poder exportar.

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