Los dueños de las más grandes empresas de la Argentina observan que el país está ante un nuevo cambio de época. Piden no hablar de retroceso, desdramatizar y mirar para adelante sin desatender la institucionalidad y la seguridad jurídica, porque hay más problemas que soluciones arriba de la mesa y para ello, dicen, es central el consenso político sobre el país que se pretende.
Se reunieron en el encuentro anual de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Se mostraron preocupados. Los atormenta el derrumbe bursátil de sus empresas y la caída en la facturación. Pero, sobre todo, no saber bien cuál será el piso de la crisis. Más en un mundo volátil atado a virajes geopolíticos y a una guerra comercial entre Estados Unidos y China cuyo desenlace es impredecible.
El encuentro duró cuatro horas. En los últimos quince minutos estuvo el presidente Mauricio Macri. Dijo que está haciendo lo posible para recuperar la estabilidad cambiaria que estalló tras su derrota ante Alberto Fernández. Y aclaró que nunca hubiera querido establecer controles de capitales: "Sólo se justifica en la emergencia".
Una sola vez hubo aplausos: cuando Macri nombró a Hernán Lacunza, su nuevo jefe de Hacienda.
"Lo que más me interesa es saber cuándo acaba este momento de amargura, porque las cartas están jugadas", le dijo a Los Andes el presidente de una conocida alimenticia, que pidió reserva "por respeto a la investidura presidencial". Y si bien señaló que el resultado de las elecciones primarias impactó en las expectativas, resaltó que la economía venía "atada con alambres". "El frente financiero iba a estallar ahora, en un mes o el año que viene", expresó.
Jaime Campos, presidente de la AEA, dijo que la condición necesaria para el desarrollo del país es el fortalecimiento de los marcos institucionales, ya que ellos dan previsibilidad a la acción empresaria. Pidió por "la plena vigencia de la República, la división de poderes, una Justicia independiente, alternancia en el Gobierno y un Congreso que refleje la pluralidad y que contribuya al equilibrio".
Palabras de peso
En la primera mesa estaban Paolo Rocca (Techint), Carlos Blaquier (Ledesma), Alfredo Coto (supermercados) y Martín Migoya (Globant). Entre los cuatro tienen 115.800 empleados.
Uno de los más optimistas fue Rocca. Pidió desdramatizar la coyuntura electoral y dijo que el país "no va a volver para atrás" si cambia el Gobierno. "El crecimiento es fundamental, es empleo y necesitamos aumentarlo porque eso es integración social y gobernabilidad", expresó. Y sentenció: "La gente no quiere planes sociales, quiere empleos de calidad". Para eso, remarcó, se necesita un acuerdo intersectorial en el que todos cedan un poco.
Apoyaron esa tesis otros CEOs y presidentes de holdings como Coto, Eduardo Costantini (Consultatio), María Macchiavello (Droguería Sud) y Luis Pérez Companc (Molinos y otras firmas). Todos ellos agregaron un factor que el próximo gobierno debería priorizar: el aumento de las exportaciones. "Hoy representan el 15% del PBI, tenemos que llegar al 25% y para eso deben crecer 7% por año. Tenemos posibilidades", acotó Rocca.
Los presentes insistieron con conceptos como "previsibilidad, estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica". Reclamaron un programa claro contra la inflación y una reforma impositiva que simplifique el esquema de 163 tributos (contando tasas provinciales y municipales). También quieren acuerdos laborales sectoriales para impulsar la productividad. Y baja del gasto público e inversiones para mejorar la logística.
"Debemos contar con una moneda respetada por la ciudadanía y un requisito básico para ello es que las cuentas públicas estén como mínimo equilibradas", concluyó Jaime Campos.
Macri no pierde la esperanza de dar vuelta el resultado electoral
El presidente Mauricio Macri defendió hoy las “medidas de emergencia” que tomó para afrontar la “vulnerabilidad y la incertidumbre” financiera y cambiaria tras la derrota del oficialismo en las primarias.
"En este marco de incertidumbre es necesario que todas las fuerza políticas demos señales reales que reduzcan la imprevisibilidad, fundamental para construir consensos para proteger a los argentinos, especialmente a los más vulnerables", dijo el jefe de Estado.
Macri cerró con un discurso de 14 minutos y pasado el mediodía la Cuarta Jornada de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que se realiza en un hotel porteño, bajo el lema “Desafíos del Crecimiento. La mirada empresaria”. AEA es la entidad que reúne a los más poderosos grupos empresarios del país.
Según dijo el Presidente, está "en contacto permanente con todas las fuerzas políticas" como también "he convocado y escuchado a la oposición y lo seguiré haciendo" porque, apuntó, "la única manera de salir adelante es dialogando y construyendo confianza, base de cualquier vínculo".
“El foco está puesto en reducir la vulnerabilidad y llevar tranquilidad a todos los argentinos”, insistió en más de una ocasión, tras aclarar que los controles cambiarios “son medidas que no nos gustan y que sólo se justifican en la emergencia y durante un tiempo limitado”.
En otro pasaje, Macri hizo ver que está decidido a intentar revertir la diferencia de más de 16 puntos que le sacó Alberto Fernández. "Hemos cometido errores y dado pronósticos que no se cumplieron, pero vamos a tener tiempo en la campaña para decir lo que pensamos hacer distinto".