Empresarios, sociedad y política

Una profunda introspección es la que deberán hacer los empresarios argentinos frente a la situación que embarga a muchos de los suyos.

Empresarios, sociedad y política
Empresarios, sociedad y política

El reciente Coloquio de IDEA ha dejado varios temas muy interesantes para la reflexión. Surgen ellos de expresiones de los empresarios asistentes, de intelectuales que participaron en paneles y de diversas encuestas de opinión que se presentaron.

Un asunto de gran importancia se refiere a cómo percibe la sociedad a los empresarios. La presidenta del Coloquio dijo: "Hemos hecho encuestas en redes sociales y también usamos un focus group; la verdad que los números no son buenos. El nivel de desconfianza que hay entre el empresariado y la sociedad es muy alto, por lo que tenemos mucho que trabajar".

Efectivamente una de esas encuestas revela que sólo el 22% tiene una imagen positiva de los empresarios, en tanto sólo un 27% de los encuestados respondió que los hombres de negocio en la Argentina tienen prácticas éticas y transparentes.

De tales sondeos surgen datos inquietantes dado que empresarios, sindicalistas, jueces y políticos son los que compiten por lo más bajo de la tabla. Frente a esta realidad se propuso tomar este estado de ánimo para construir, desde ahí; es importante hacerse cargo de los problemas.

Sin duda que el impacto de las investigaciones judiciales y denuncias sobre la corrupción ha producido un enorme impacto en los empresarios. Algunos de los imputados y/o arrepentidos han sido por muchos años figuras centrales de este evento. Pero algo importante surgió en este nuevo evento de IDEA: una especie de toma de conciencia de la necesidad de que las empresas actúen con transparencia, que incorporen a su vida cotidiana códigos ética y controles adecuados. Las empresas argentinas, salvo las pocas que cotizan en Bolsa o los bancos controlados por el Central, nunca muestran un balance al público; en no pocas las contabilidades son poco confiables. Por cierto no se debe generalizar, pero para que ello no ocurra, las empresas deben ser más abiertas y visibles.

Vinculado a estos temas, un aporte novedoso lo expresó el ministro de la Producción, Dante Sica. Dijo que el sistema de las entidades empresariales no es transparente. Son débiles en materia de actuación, tienen capacidad de daño, pero no de construcción de políticas públicas y no todas las representaciones poseen la velocidad de cambio generacional que se necesita. Agregó que a nivel nacional existen  910 entidades, contando 797 cámaras empresariales y 113 asociaciones de criadores. Por otro lado cada provincia tiene su propia reglamentación, lo que aumenta la confusión y el desconcierto ya que según una investigación del IAE, existe una superposición y duplicación de objetivos. Es una evidencia la proliferación y debilidad de las organizaciones empresarias.

Sobre la economía, las opiniones y encuestas presentadas reflejan una situación evidente: mientras el 84% de los encuestados asistentes al Coloquio expresa que el segundo semestre de este tiene balance negativo, un 56% cree que la situación mejorará el año que viene. Para la mayor parte lo peor está pasando y enfatizan que estamos muy lejos de a situación de 2001. Aunque para los empresarios la crisis fue más fuerte de lo esperado. La devaluación fue mayor a cualquier expectativa; hay sensación de sorpresa sobre lo que está ocurriendo en la economía. Pero a su vez existe un gran consenso sobre que no hay alternativas a las políticas que se están aplicando. Se critica si el gobierno equivocó el diagnóstico inicial, pero las políticas graduales tienen mucho apoyo.

En relación a la política hubo también expresiones muy claras, quizás más que en otros asuntos. Ejemplo: "Respetar las instituciones, eliminar  la corrupción. Eso es los que nos preocupa". Otras aún más contundentes como: "La discusión de fondo en la Argentina es populismo versus República. Debemos olvidarnos de los caudillos. Un país es una construcción conjunta". “Importa tener buenas instituciones, una Justicia que funcione, que sea rápida y eficiente. Eliminar la inflación, tener una moneda, una institución esencial para una sociedad que funcione".

Ahora bien, Argentina ha carecido, y carece, de una élite empresarial capaz de liderar un cambio de la economía y la sociedad, como ocurre en otros países.  Quizá el susto de los cuadernos de la corrupción que dio de baja a tantos empresarios, alumbra algo nuevo entre los restantes.

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