Aunque en las últimas semanas tanto el gobierno nacional como el provincial han lanzado medidas para que las empresas puedan sobrevivir a las limitaciones impuestas por la pandemia, y asegurar el pago de salarios, en la práctica son de difícil acceso. Es que no se flexibilizaron los requisitos para acceder a un crédito y, además, varias firmas ya arrastraban complicaciones por la crisis del año pasado.
Pero aun las que tenían los números en regla antes del efecto Covid-19 enfrentan complicaciones. Susana Caballaro, dueña de una tienda de ropa y artículos para niños, cuenta que, cuando se vieron obligados a cerrar su tradicional local en calle Rivadavia, siguieron vendiendo algo por Internet, afrontando el costo de enviar los productos con un Uber.
Y desde que la semana pasada se permitió que los comercios puedan hacer envíos a domicilio, implementaron el sistema "Baby box". Los interesados se comunican con la tienda e informan la edad del niño o niña y les arman una caja con prendas disponibles.
La familia la recibe en la casa y puede elegir qué quiere –o devolverla sin comprar nada- y luego pasan a buscar lo que no se compró (y desinfectan todo).
Caballaro señaló que a partir de agosto del año pasado, con la devaluación y la aceleración de la inflación, empezaron los problemas pero que la venían "peleando más o menos bien". De hecho, tuvieron un par de cheques rechazados, pero los pagaron, junto con la multa, y quedaron en regla hasta que los obligaron a cerrar por el aislamiento.
El principal problema que tienen hoy, detalla, es que los proveedores no les envían nueva mercadería si no cancelan los cheques que rebotaron en marzo por la casi completa caída de venta; y porque tuvieron que seguir pagando alquiler, salarios, impuestos y servicios.
Ante eso, Caballaro intentó acceder a financiamiento pero le resultó imposible. En un banco les dijeron que no porque tenían cheques devueltos (pese a que aseguran que cuando las dificultades estén asociadas a la cuarentena, se tomará en consideración). En otro, le dijeron que sólo otorgan créditos a empresas precalificadas. Y en uno más le respondieron que no tienen líneas.
En cuanto a los préstamos del Fondo para la Transformación y el Crecimiento, la comerciante señaló que se necesita de un garante o fiador, que complica el trámite. Y para hacer más difícil su situación, el balance de la empresa quedó "cautivo" en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, a donde lo llevó para certificarlo –y pagó $ 2 mil para que el trámite fuera urgente-, pero cerraron y no pudo recuperarlo.
Julio Totero, vicepresidente de Asinmet (Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Provincia de Mendoza), indicó que varias empresas han tenido dificultades para acceder a créditos porque el sistema financiero no opera normalmente y se producen demoras. Pero también porque se siguen pidiendo los mismos requisitos, pese a que la mayoría de las compañías tiene cheques rechazados y atrasos en el pago de impuestos y del formulario 931.
La Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina elaboró un informe que cuenta con datos discriminados por provincia. En Mendoza, el 58% de las empresas no pudo acceder a créditos para el pago de sueldos o para capital de trabajo. Además, el 46% de las firmas encuestadas en todo el país no tiene recursos propios para abonar los salarios de abril.
Totero resaltó que, pese a la situación actual, no se han relajado las condiciones de acceso a los créditos y que todo queda librado a que el oficial de cuentas o el gerente de la sucursal tengan alguna contemplación, por tratarse de un cliente que quieren preservar.
Además, agregó que la industria tiene la particularidad de que, a diferencia de lo que ocurre con el comercio, se facturan órdenes de compra de semanas antes. Con lo cual, la caída en las ventas va a impactar en la facturación recién en abril, mayo y junio. De ahí que no puedan cumplir con la condición, que fija en DNU nacional, de que, para acceder a beneficios, las empresas tienen que haber tenido una caída en la recaudación en marzo de 2020, en comparación con el mismo período de 2019.
Por otra parte, el industrial planteó que, con una inflación de 50%, los que incrementaron su facturación un 15% en realidad perdieron un 35%. Por lo que es un parámetro más que dificulta el acceso y no se ajusta a la realidad. Y recién ahora han abierto la posibilidad de que las empresas que estaban exceptuadas se inscriban para acceder a beneficios, ya que el nivel de actividad que tuvieron fue muy bajo pero el costo fijo de operación se mantuvo.
El vicepresidente de la Federación Económica de Mendoza. Adolfo Brennan, ya había manifestado a Los Andes que los bancos han priorizado a los clientes que tenían clasificaciones de menor riesgo (y no a los que más necesitan ahora de una asistencia) y que las empresas que han recibido apoyo son las que tenían desde antes la carpeta al día y habían distribuido el pago de salarios en varias entidades.
Gustavo Suárez, de la Cámara de Kiosqueros Unidos de Mendoza, señaló que quienes no tenían sus carpetas de crédito "muy prolijas" quedaron sin posibilidades de acceder a un crédito. Y que es muy común que los dueños de quioscos o almacenes con personal a cargo tengan alguna cuota de un plan de pago que no pudieron cancelar o un descubierto. En cuanto a quienes atienden ellos mismos, deberán esperar a los créditos a tasa 0 para monotributistas.