En la provincia encontramos una situación donde estaba todo demasiado adormecido, los sindicatos habían ganado y exigido beneficios pero no con un compromiso, una contraprestación o algo que redundara en una mejor prestación para la comunidad. Es decir, ellos tienen el derecho a huelga pero los niños no tienen el derecho a estudiar; esta confrontación llevó entonces a Alfredo Cornejo a que empecemos a cambiar los ejes de discusión; que no sea una simple disputa de cómo manejamos el salario sino de cómo mejoramos los servicios en general.
Un ejemplo es el tema educación. Para aumentar la calidad educativa empecemos a observar la capacitación de nuestros docentes, a premiar al buen maestro; en esta situación puntual hay docentes con buena vocación y otros que se aprovechan de los beneficios colectivos para faltar injustificadamente, para el cambio de funciones en muchos casos injustificados; esto hay que empezar a pensarlo en forma estratégica y premiar al docente que está frente al aula. Dejar de lado ciertos privilegios que tenían algunos funcionarios sindicalizados o del propio Estado en detrimento de la comunidad.
Durante años se ha pensado que la paritaria está destinada a discutir sueldos pero lo cierto es que es un mecanismo para establecer condiciones laborales. Los sindicatos tienen que estimular a los empleados para brindar cada vez más un mejor servicio a la sociedad. Ese es el desafío, tenemos que tener un servicio de calidad y el empleado público tiene que estar motivado.
Durante años, en la Provincia no hubo concursos para ascender y hay empleados que tienen años de trabajo, muchísima capacidad y no observan transparencia para desarrollarse profesionalmente dentro de la administración pública; es en eso en lo que el Estado tiene que trabajar.
En la sociedad exigimos el ingreso al Estado por concurso respetando los principios constitucionales de igualdad ante la Ley -Art. 16 Constitución Nacional- pero esto se contrapone claramente con el derecho hereditario que pretenden algunos sectores donde el ingreso es por acomodo o parentesco. Se puede entender que el hijo de un empleado del Estado tenga derecho a entrar al cargo del padre, pero en situaciones particulares y no en general.
La sociedad exige un sistema por méritos y es ahí donde se debe equiparar o establecer igualdad a todos con las mismas posibilidades. Si alguien sabe más por su relación familiar, lo puede expresar en la evaluación, pero se presenta en un marco de igualdad.
Tenemos un Estado sobredimensionado que no le brinda servicios de calidad a la comunidad; tenemos que ir reduciendo y optimizando, respetando la inamovilidad del empleado público, pero no podemos permitir la intención de algunos sindicatos de crear derecho hereditario para el ingreso al empleo público.
Es importante contar con el aporte de los sindicatos pero deben trabajar en pos de sus empleados y exigir otras cosas también, no se puede siempre centrar la discusión al tema sueldo cuando se podría estimular al empleado público con una verdadera carrera con la que puedan crecer profesionalmente en función de su esfuerzo y capacidad, y de esta manera lograr ascensos.
No como se ha estado observando hace años donde cada espacio es por acomodo político o sindical, en muchos lugares con gente que no merece los ascensos; entonces está bien poner ahora en discusión estos temas, ingreso por concurso, ascensos, premios, castigos, capacitación y esto va a generar que la comunidad que paga los impuestos pueda recibir servicios que hoy no está recibiendo.
En nuestra provincia hay sindicalistas que utilizan su espacio como plataforma política y después han pretendido ser candidatos. Eso la sociedad ya lo rechazó con varios ejemplos en Mendoza. Si un sindicalista quiere hacer política, bienvenido a la política, ahora si quieren hacer sindicalismo tienen que defender los intereses de los empleados y no hacer espectáculos políticos para tratar, con eso, de lograr plataforma política. Son cosas distintas.
La sociedad observa hoy a un gobernador que ha empezado al menos a exigir a los sindicatos, que también tienen su cuota de responsabilidad en la situación en la que quedó la Provincia.
La gente se queja de servicios deficientes y los sindicalistas también son parte de la dirigencia mendocina que ha sido culpable también junto a los empresarios, políticos, jueces y referentes sociales, de errores en gestiones anteriores.
Todos somos parte de la situación de Mendoza, cada uno en su rol, y se ve a un gobernador que está exigiendo a los funcionarios públicos un mayor compromiso con la gestión y está comprometiendo a la Justicia.
Es una batalla para dar entre todos desde donde se trabaja, para mejorar servicios, desde el sindicato, la política, el Ejecutivo, la Legislatura, todos en conjunto, cada uno desde su lugar para mejorar la calidad de vida sin que toda la discusión pase por el salario.