Desde 2012, la creación de empleo privado se estancó en la Argentina, y el Estado (especialmente en el orden municipal y provincial) se convirtió en el motor del empleo, generalmente de baja calidad y con contrataciones temporarias. Según datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), “entre 2003 y 2015, la tasa de crecimiento del empleo público fue del 3,9% anual en promedio, frente al 2% del empleo privado”, apunta Nuria Susmel, economista especializada en temas laborales de la consultora.
Pero el cambio de signo político en el Gobierno pareció insuflar cierto optimismo en los empresarios, que a fines de 2015 preveían en su mayoría mantener o aumentar sus dotaciones de personal. Al menos es lo que dicen las encuestas. El Indice de Confianza Empresaria Vistage, elaborado en base a un sondeo a 160 líderes de empresas pymes y grandes, arrojaba para el último trimestre del año que el 55% de los empresarios no esperaba cambios en su dotación de personal, un 40% estimaba que la incrementaría y sólo el 5% pensaba en disminuirla.
En la misma línea, un sondeo de Adecco realizado en enero entre 288 empresas pymes y grandes, revela que el 54% de las empresas mantendrá su dotación de personal este año, un 26% cree que la aumentará y un 19% que la reducirá.
En tanto, el panel de 150 empresas líderes que todos los meses sondea SEL Consultores, arroja que -a enero de este año- una clara mayoría (71%) piensa mantener su personal, un 16% lo aumentará y sólo un 13% lo disminuirá en los próximos 12 meses. “Comparativamente, las expectativas son más optimistas que en años anteriores”, destaca María Laura Cali, directora ejecutiva de SEL. “En 2015, sólo el 11% de las empresas esperaba aumentar su personal”, ejemplifica.
Sin embargo, el impacto de la devaluación en los precios y la retracción del consumo en el mercado interno, sumado a problemas en el frente externo (especialmente en Brasil, el mayor socio comercial del país), configuran un 2016 “complicado y recesivo”, describe Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina.
En algunos sectores, como el automotriz (impactado por la recesión en Brasil, principal destino de sus exportaciones), el siderúrgico y el petrolero (por la baja en los precios internacionales de estos insumos), se están viendo suspensiones o “vacaciones anticipadas”. También se produjeron “despidos por goteo” en empresas proveedoras de la construcción y comercios. En tanto, desde el Ministerio de Modernización, a cargo de Andrés Ibarra, se dispuso un plan de “racionalización del Estado” que lleva más de 50 mil rescisiones de contrato.
El 2016 no parece un buen año para salir a buscar o cambiar de trabajo. Con todo, “cuidar el empleo” será uno de los ejes de la gestión de Mauricio Macri, quien señaló días pasados, al reunirse con referentes sindicales, que “habrá más trabajo si baja la inflación y aumenta la inversión”.
Cautela empresaria
"Las perspectivas de crear empleo son positivas, pero no a corto plazo", resume Ricardo González, director de la consultora Asoko Tempo y chairman del grupo Vistage. "Para crear fuentes de trabajo genuinas se necesita estabilidad económica, inversión y adecuación de las normas", destaca.
“Estamos en una situación de stand-by”, confirma por su parte Alfredo Fagalde, director de ManpowerGroup. “Venimos de varios trimestres en que arriba del 80% de las empresas no piensan ni incrementar ni disminuir personal. Y enero se comportó con una demanda de personal temporario levemente mayor a la del mismo mes del año pasado”.
Para el consultor en Recursos Humanos, “las suspensiones y adelantos de vacaciones se dan en sectores puntuales, al igual que la rescisión de contratos públicos. Esto no implica una tendencia que se vaya a generalizar a todo el sector privado”, apunta.
Según un relevamiento de Manpower, entre los sectores que mayor demanda laboral presentan se destacan la construcción, comercio, servicios y manufacturas, y los menos demandantes serán finanzas, agricultura y minería.
En cuanto a los perfiles laborales más buscados, la encuesta de Adecco señala que los puestos operativos y de producción (42%) serán los más requeridos, seguidos por los comerciales (12%), administrativos (10%), informática y telecomunicaciones (3%), gerenciales (3%), financieros/contables (2%), y otros (28%).
Los profesionales de Ingeniería en sus distintas especializaciones serán los más difíciles de conseguir (ver recuadro), seguidos por los operativos y de producción, y comerciales, marketing y ventas. Según el panel líder de Sel Consultores, las categorías que más crecerán en las empresas serán la de analistas y técnicos, seguidas por el personal de ventas, mientras que el sector de tercerizados y eventuales caerá, al igual que las búsquedas de directores y alta gerencia. El personal de jefaturas medias y administrativos permanecerá estable.
Esperando la reactivación
En 2016 "no habrá creación masiva ni destrucción masiva de puestos de trabajo, como tampoco la hubo en los últimos cuatro años", destaca Cali, de Sel Consultores. "Recién en 2017 sabremos si hay un quiebre de tendencia y el sector privado vuelve a ser el motor del empleo".
“La falta de inversiones y las restricciones impuestas por el cepo pusieron un freno a la creación de empleo privado en los últimos años”, apunta Susmel, de Fiel. Entre 2003 y 2015, creció a un promedio del 2% anual y, de 2013 a 2015, creció en promedio menos del 1%. Esto hace más notoria la expansión del sector público, que entre 2008 y 2015 explicó más del 60% de la creación de empleo.
Lorenzo Sigaut (h), de Ecolatina, coincide con el diagnóstico. “Desde 2012, el empleo privado se estancó, en línea con una eocnomía que crecía por el consumo y no por la inversión. Lo que se expandió fue el empleo público, erosionando los recursos fiscales”.
Este año podría cambiar la tendencia, pero “recién a partir del segundo trimestre. Si se logran estabilizar algunas variables como la inflación y se resuelven las paritarias, podrán llegar inversiones que estaban frenadas y podría crecer el empleo”, dice el economista de Ecolatina. “No vemos en el corto plazo una ola de despidos generalizada, sino despidos por goteo y una desaceleración del empleo público que venía creciendo fuertemente”, destaca.
El sector que estaría a la cabeza de la reactivacion laboral es la construcción, ya que es intensivo en mano de obra. “Para esto hay que resolver el freno en las obras públicas que se ejecutaron pero no fueron pagadas. Si el plan del ministro (del Interior) Rogelio Frigerio, de regularizar las deudas funciona, podrán encararse nuevas obras”, indica Sigaut.
Las empresas “líderes” serán quienes marquen tendencia. “En las grandes compañías las decisiones de contratar o despedir personal se toman más rápido que en las pymes, donde la cercanía entre el empresario y los trabajadores, sumada a los costos y la dificultad de conseguir personal capacitado, hacen que las empresas prefieran mantener sus dotaciones”, destaca Cali.