Empleo femenino: se acorta la brecha salarial, pero persisten las diferencias

En los últimos diez años, la participación de la mujer en el mercado laboral creció 140 por ciento y, aunque no dejan de ganar espacios; el sector privado es más "reacio" a mejorar los sueldos de su personal femenino.

Empleo femenino: se acorta la brecha salarial, pero persisten las diferencias

En la última década, la participación de la mujer en el mercado laboral argentino ha crecido de forma exponencial, tanto en empleos públicos como privados, pero aún figura como deuda pendiente el acortamiento de las brechas salariales con el trabajo masculino. Es que, según los últimos datos disponibles a nivel país, se observa una reducción en las diferencias entre lo que ganan hombres y mujeres. No obstante, también se aprecian realidades distintas para el sexo femenino en el sector público y el privado.

Las estadísticas oficiales muestran con claridad este fenómeno. Según mediciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), entre junio de 2003 y junio de 2013, la cantidad de mujeres que trabajan en Argentina creció 140,7%. En 2013, llegaron a desempeñarse laboralmente más de 3.927.000 mujeres, provocando un crecimiento de la tasa de feminización de 15,4% en los últimos diez años.

El aumento de la participación femenina se dio principalmente en el mercado laboral público, donde se observa un crecimiento de 309,5% entre 2003 y 2013. En el sector privado, también hubo un incremento de mujeres activas, pero la tasa de crecimiento fue del 73,9%.

En cuanto a los salarios, las estadísticas del Indec muestran una evolución muy dispar entre empleo público y privado en la última década.

En el sector privado, el salario promedio de trabajadores hombres era un 26% mayor al sueldo general de las mujeres. Diez años más tarde, en el primer trimestre de 2013, el ingreso de trabajadores masculinos en el sector privado alcanzaba los $ 8.354, mientras que las mujeres percibían $ 6.252. Por tanto, la brecha apenas se acortó a 25,2%.

Diferentes son las estadísticas si se tiene en consideración los ocupados plenos (suma trabajo público y privado). En ese caso, el Indec muestra un acortamiento de la brecha entre salario masculino y femenino en los últimos años.

El dato más antiguo en este caso corresponde al primer trimestre de 2004, cuando había una brecha de 18% entre los salarios del sexo femenino y el masculino. El valor más reciente (primer trimestre de 2012), muestra una baja de la brecha a 10,2%, diferencia entre los $ 3.751 percibidos por mujeres y los $ 4.177 percibidos por hombres.

Educación sin oportunidad

Resumiendo lo que dicen los números del Indec, se deduce que ha crecido considerablemente la participación de las mujeres en el mercado laboral, pero aún están ganando menos que los hombres, a pesar de que la ley exige igualdad entre ambos géneros.

Para entender cuáles son los causantes de este fenómeno, Rodrigo González, economista de la Fundación Ideal y experto en mercado laboral, explicó -en referencia al crecimiento exponencial de mujeres que trabajan- que "entre principios de los años ochenta y finales de los dos mil el porcentaje de mujeres ocupadas que alcanzaban un nivel educativo terciario/universitario completo se incrementó de 9% a 28%".

Esa mayor formación fomentó que muchas mujeres quisieran ingresar al mercado laboral. "La mejor educación, además de producir un efecto positivo en los salarios, cambió las expectativas de las mujeres y sus preferencias por desarrollar una carrera laboral profesional", señaló el profesional.

Por otro lado, González indicó que existen sectores económicos relacionados con los servicios que resultaron muy dinámicos en la generación de empleo y brindaron a las mujeres muchas posibilidades de acceder al mercado.

A modo de ejemplo, Rodrigo González mencionó la elevada proporción de mujeres en administración pública, educación, salud y sectores como comercio, intermediación financiera, hotelería y restaurantes.

Ahora bien, teniendo en claro cuáles fueron los principales parámetros que permitieron la alta tasa de feminización de los últimos años, queda saber por qué aún existe una importante diferencia entre los salarios promedios de hombres y mujeres.

Sobre este punto, González advirtió que para poder hacer una comparación precisa de salarios, deben observarse los ingresos de un mismo sector y actividad para hombres y mujeres. No obstante, aseguró que la brecha es una realidad sobre la que hay que trabajar.

El economista explicó que la discriminación de la mujer en el mercado laboral se da principalmente en materia de oportunidades de ascenso a puestos de mayor jerarquía. "En igualdad de puesto y responsabilidades, los salarios son los mismos para hombres y mujeres, ya que esto está regulado por convenio, tanto en el sector público como el privado", comentó.

"El problema es que se advierte que en los puestos de mayores responsabilidades y mejores ingresos, hay un sesgo de género hacia los hombres (especialmente en el sector privado)", apuntó el experto.

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