A raíz de un conflicto interno entre la empresa que tiene la licencia del casino Winland,
KLP
, y la firma que lo gerencia,
Zulú,
más de 250 empleados del Winland Casino se manifiestan, organizados en turnos rotativos, con una carpa blanca frente al Hotel Intercontinental.
Mientras, la sala de juegos “está tomada” por una de las partes.
Los empleados piden que se les abone noviembre, la reapertura del casino para poder trabajar y que se les asegure sus puestos de trabajo.
El conflicto data de varios meses atrás entre KLP y Zulú. Presuntas estafas e irregularidades llevaron a que las partes se enfrentaran. “Y nosotros, los empleados, quedamos en el medio, en un tire y afloje que no perjudica”, dijo a Los Andes Fernanda Aveiro, una de las empleadas.
, dictó una medida cautelar para intervenir la caja del casino. Permaneció intervenida hasta que el 20 de noviembre la sala de juego que funciona en el hotel Intercontinental, en Guaymallén, cerró al público.
“Acá hay una lucha de poderes muy grande. Los empleados hemos sufrido numerosas presiones, incertidumbres. Estamos muy angustiados, a una semana de Navidad todavía no cobramos la totalidad de noviembre”, contó Aveiro.
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A los empleados se les adelantó $750 por el mes completo trabajado, ya que la fecha de cierre de bono de sueldo es el 19 de cada mes. “Noviembre se trabajó entero, la plata, con las propinas incluidas se produjo, está en el casino y a nosotros nos dieron sólo un adelanto de $750”, dijo Aveiro.
Un sueldo promedio de estos empleados ronda los $6.500 más unos $2000 mensuales que obtienen en propina. “Con lo que nos dieron no pagamos nada de lo que tenemos que pagar”, se quejó la mujer.
Y agregó: “El conflicto interno que tengan las partes queremos que lo resuelvan en la justicia o entre ellos, nosotros no tomamos partido por ninguno de los dos. Sólo pedimos que se nos asegure nuestro puesto de trabajo y que, por favor, se abran nuevamente las puertas del casino para poder generar dinero. Ganan ellos y ganamos nosotros”.
Los empleados del casino están nucleados por el Sindicato de Trabajadores de Juego de Azar (Aleara), que –según los empleados- “nunca pareció”. O mejor dicho, “apareció cuando tuvo que arreglar con las partes involucradas en el conflicto el adelanto, en una reunión que se realizó el 13 de diciembre a la que no se les permitió ingresar a los dos representantes de los empleados".
Los trabajadores pidieron ayuda a la Unión Personal de Juegos del casino de Mendoza (UPJCM) para que los asesorara legalmente y los ayudara a organizarse. Ahora están representados por un abogado y presentaron una Retención del débito laboral, por lo que no se los podrá acusar por abandono de trabajo.
“Le pedimos a la jueza que lleva el caso, la señora Cecilia Landaburu que libere los fondos para que nos puedan pagar los salarios y que se permita un tercer gerenciador para que el casino vuelva a funcionar”, pidió Aveiro.
“En este momento el casino está tomado por Zelú, hay unas diez personas adentro. Cuando éramos nosotros los que teníamos que estar haciendo guardia se generaba una situación muy fea, incómoda, a la que nosotros no teníamos por qué exponernos”, se quejó y contó que una de las oportunidades se encendió al calefacción para “aullentar” a los empleados que estaban adentro.