Desde la década del ‘50 supo ser el escenario de recitales y eventos, donde familias y grupos de amigos se sentaban en las gradas rodeadas de verde con la sola idea de disfrutar.
Así, en pleno parque O’Higgins de Ciudad, el Teatro Gabriela Mistral hizo historia con su escenario al aire libre en sintonía con el entorno que lo rodea.
Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento que atravesó este sitio en diferentes períodos, hizo que la estructura del escenario y las gradas quedaran desmejoradas, al punto de convertirse en un lugar poco concurrido.
El último suceso que terminó por arruinar este emblemático espacio cultural fue el incendio ocurrido en julio en un depósito aledaño, que terminó por afectar parte de las instalaciones. Esta semana, finalmente, lo que quedaba de la vieja estructura fue demolido.
Hoy allí sólo se ve un pozo donde se levantará el nuevo teatro, aunque quedan (como testigos mudos del pasado) el escenario y las gradas rotas y plagadas de yuyos.
Es que el alicaído “anfiteatro”, ubicado en calle Ituzaingó, entre Corrientes y Urquiza, tendrá su revancha una vez que la Municipalidad de Capital inaugure las obras de refuncionalización y puesta en valor del lugar hacia la segunda mitad de 2018.
Entre los planes de la comuna están la construcción de un techo para el escenario, camarines y espacios para que los artistas cuenten con la posibilidad de resguardar elementos escenográficos. Además, las gradas tendrán un formato distinto y contarán con terrazas, de manera que el entorno sea atractivo para los futuros visitantes.
Por ahora, el entorno en este sector del parque que separa a Capital de Guaymallén desde calle Corrientes hasta Beltrán, en la Cuarta Sección, muestra los cierres perimetrales en cada una de las manzanas y casi no se ven carteles que anuncien las obras o el plazo de concreción de las mismas.
Si bien los trabajos se encuentran en la etapa de remoción del suelo, luego de la demolición de algunos sectores muy deteriorados, el objetivo es que el Gabriela Mistral vuelva a ser un lugar concurrido por el público. Un sitio al aire libre donde los artistas locales cuenten con un espacio cómodo, seguro y accesible para realizar sus shows.
Por eso, según detalló el secretario de Infraestructura de Capital, Mario Isgró, el proyecto incluye además la construcción de sanitarios y un sector donde se instale, por ejemplo, una cafetería.
Conservar el formato
Muchos son los recuerdos que atesoran los mendocinos cada vez que se menciona el nombre del teatro, inaugurado en 1957 en homenaje a la escritora chilena ganadora del Nobel de Literatura en 1945.
Los más nostálgicos podrán rememorar aquellos convocantes recitales de rock de los ‘80, que dieron impulso a bandas y artistas locales.
“La idea es conservar la estética y el formato original pero mejorando todo el espacio público”, detalló el funcionario y aclaró que esta refuncionalización se está realizando en sintonía con las reformas que se están llevando a cabo en el Teatro Mendoza (ubicado en calle San Juan, entre Buenos Aires y Entre Ríos), actualmente cerrado. Una de las particularidades de ese espacio es que cuenta con una fosa para realizar óperas.
Mientras los trabajos en el Gabriela Mistral y parque O' Higgins costarán $ 75 millones, los que se están efectuando en el Mendoza (mejoras en la construcción en general y de los techos, incorporación de butacas nuevas, sistema de sonido e iluminación) costarán $ 53 millones.
Ambas sumas provienen de fondos nacionales y otra parte del municipio, en el marco del plan de reforma urbana por el que está apostando la comuna.
Artistas critican la demolición
Que el Teatro Gabriela Mistral fuera demolido en el marco de las obras de refuncionalización que está llevando adelante la Municipalidad de Capital en el Parque O’Higgins, no fue un hecho inadvertido para los artistas locales, que no tardaron en demostrar su rechazo al accionar de la comuna.
De hecho, el miércoles, un grupo de actores realizó una intervención teatral en el lugar con la idea de visibilizar el hecho. Ellos consideran que el antiguo teatro de los años ‘50 debía ser protegido y puesto en valor, pero nunca derribado.
"No es lo mismo tirar abajo un teatro que ponerlo en valor, por eso elegimos una puesta en escena que hablara de una despedida", sentenció a Los Andes una actriz mendocina que prefirió reservar su identidad.
Desde su punto de vista, más allá de que la comuna construya un nuevo teatro, con la demolición se llevó una parte de la historia local. “Con una topadora han borrado parte de la historia cultural de Mendoza.
Esto habla de la falta de reconocimiento que existe en función del patrimonio local”, dijo la artista y subrayó que en el lugar de las actuales obras falta un cartel donde se anuncie el detalle del proyecto que dará dar vida al nuevo teatro.