Empató y celebró como un triunfo

River mordía el polvo de la eliminación en México y, en cuatro minutos, alcanzó un 2-2 que le da una vida más en su objetivo por alcanzar la clasificación. Debe golear a San José y esperar una mano de Tigres en Perú.

Empató y celebró como un triunfo
Empató y celebró como un triunfo

River llegó a México necesitado de un triunfo que le permitiera poder tomar una bocanada de aire fresco y dejar descansar -al menos por unas horas- su calculadora. La última semana, en Núñez, se sumaron y restaron las chances para alcanzar la clasificación a los octavos de final de la Libertadores. Pero su visita a Tigres, en Monterrey, por el Grupo 6, no fue de lo más próspera como se había soñado; porque por el gol de Egidio Arévalo Ríos (a los 11’) ponía puntos suspensivos a un prematuro final para la historia del Millonario en esta edición 2015.

Sin ningún triunfo, en su haber, el equipo de Marcelo Gallardo comenzó a sentir la presión por el empate (1-1) entre San José de Oruro y Juan Aurich, en Bolivia; resultado que exigía a gritos los tres puntos en juego. El empate, entre los otros integrantes de la zona, se transformó en un trago amargo en tierras aztecas.

Se puso áspero el partido en el Estadio Universitario, la salida de Leonardo Ponzio (a los 14’) por una molestia y el ingreso de Matías Kranevitter obligó a un cambio de esquema. Más aún cuando River no encontraba profundidad en el ataque y las pocas pelotas que llovieron en el área del local fueron contenidas por la manos del ex Independiente Rivadavia, Nahuel Guzmán, que a esa altura parecían cada vez más grandes.

Apurado por el tiempo y con un mediocampo endeble, las tarjetas de Jonatan Maidana (a los 33’) y Ariel Rojas (39’) fueron la única marca certera de un plan de juego que dejaba escapar por inseguridad el primer tiempo.

River llegó a este partido con los números en rojo y sin poder cristalizar en la red lo que generó. En el césped azteca la tendencia no parecía poder revertirse, al inicio del segundo tiempo, en un intento voraz por cambiar el rumbo los ingresos de Camilo Mayada y de Gonzalo Martínez fueron una apuesta alta para poder controlar el medio campo. Sin embargo el Millo seguía careciendo de claridad y, con pelotas detenidas (esperanzados en algún cabezazo salvador de Mercado) intentó generar peligro. En contrapartida, Tigres -estaba clasificado de antemano, como puntero del grupo- se encontró con una contra perfecta que inició el ingresado Dueñas y que finalizó Álvarez. Y parecía ser el golpe de nocaut. Pero River descontó con Teo y en una de las últimas, Mora le devolvió la vida. Ahora necesita golear a San José y que su vencedor de anoche le dé una mano en Perú, ante Aurich.

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