Godoy Cruz sumó en Rosario y ya es una buena noticia. Quizá pudo ser un ‘notición’ porque estuvo a un toque de volver a someter al rojinegro como en la Copa Argentina, y sumar su primera victoria fuera de Mendoza en el Torneo. Igual, este empate en el Coloso significó su primer punto de visitante y es alentador.
El desarrollo comenzó entretenido, intenso, dinámico. Fue presión contra presión, verticalidad y cambio de ritmo. Ambos elencos jugaron pensando en lastimar, con el arco rival entre ceja y ceja. De la mano del chiquitín Joaquín Torres, con la vieja fórmula del zurdo sobre la derecha, la Lepra rosarina encontró vértigo y aceleración.
Y comenzó a encontrar algo de pausa cuando Víctor Figueroa se corrió de la izquierda al medio y preocupó con sus pases filtrados. Si bien había insinuado con remate de media distancia del Morro García desde afuera que Pocrnjic controló en dos tiempos, fue a partir del cuarto de hora que Godoy Cruz comenzó a hacer gala de su interesante tejido creativo. Porque el ingreso de Pol como eslabón alternativo del primer pase le permite a Giménez soltarse y ser más vertical.
Inteligente, Larriera puso a Ramis por derecha y mandó a Pol Fernández por izquierda para tapar las subidas de San Román. Y el ex Talleres hizo un trabajo interesante como extremo por ese sector. Asistió y hasta se animó a probar de afuera. El Morro pivoteó y lo de Garro fue más importante por el sacrificio que por su eficacia (tuvo una de las más claras). Lo mejor de Newell’s fue cuando el atrevido Torres encaró con su desfachatez y obligó la respuesta de un Burián otra vez muy seguro (y rápido de piernas) para ahogar el grito de Leal y contener el cabezazo de Nehuén Paz.
El Rojinegro sintió el desgaste y la presión fue mermando, Godoy Cruz ganó en posesión, le quitó ritmo al partido y tuvo dos situaciones claras vía García y Ramis. El partido estaba abierto, a pedir del Tomba. Sólo faltaba ajustar la sintonía fina. Y también la mira...
El complemento comenzó como había iniciado el encuentro. Newell’s trató de presionar sobre la salida del Tomba, ganó las divididas y dominó estratégicamente el encuentro.
El mérito del Tomba fue cerrarle los caminos con un bloque defensivo impenetrable. Faltó la otra faceta, la ofensiva. Sobre todo, después de la correcta expulsión de Brian Rivera.
Al Tomba le faltó audacia y verticalidad para ganar el partido. Increíblemente, con diez jugadores, la Lepra se animó a jugar en campo rival. Chocho Llop mandó a la cancha al armenio Guevgeozián y del otro banco, Larriera le contestó con variantes cantadas. Los minutos se fueron demasiado rápido para la necesidad del Expreso de plasmar en la cancha la superioridad, numérica y conceptual. El cero termino sumando, pero tuvo gusto a poco.