Empate agridulce: cambio y (a)fuera

Gimnasia y Maipú no se sacaron diferencias (1-1) y esto provocó la salida de Omar Labruna del cargo. El punto le cayó mejor al Cruzado en el debut de Carlos Sperdutti. Ambos, siguen últimos en la zona.

Empate agridulce: cambio y (a)fuera

Si hablamos de “viejos zorros” de la categoría, es imperdonable no mencionar a Carlos César Sperdutti. Quien volvió a dirigir a su querido “Súper Depor” y fue el gran ganador de la tarde en el estadio Víctor Legrotaglie.

Porque más allá de que su equipo, sumó un punto, desde lo actitudinal vale y mucho para un grupo de jugadores que venía golpeado por la salida de su ex DT Sergio Scivoletto y la derrota ante Unión de San Juan.

En el rincón de enfrente, todo lo contrario. Fastidio. Bronca. Dolor. El “Labruna vende humo” que retumbó desde las tres tribunas del estadio Mensana hicieron eco en el corazón del ex ayudante de campo de Ramón Díaz. Por esta razón, se terminó definiendo su salida del banco del Lobo.

Una vez más (como contra Gutiérrez la semana pasada), Gimnasia equivocó los caminos para sentenciar la historia y sellar un triunfo, el cual no logra desde las primera fecha. Cosecha demasiado pobre para un equipo que tiene una estructura y un presupuesto a la altura de los mejores equipos de la B Nacional. El Lobo ganaba 1 a 0 con un gol de penal de César Carranza.

Pero, a los 15 minutos, Labruna movió el banco de relevos. Afuera un hombre ofensivo, Tabone, adentró un defensor: Yair Marín. ¿Qué buscaba el DT? Cerrar el juego y defender ese mezquina diferencia. Obviamente, le dio oxígeno a su rival y reaccionó el “Gringo” Sperdutti.

Con Vuanello y Allosa ya en el campo de juego, le dio curso a Germán Gordillo. Resultado: Maipú se adueñó del balón y logró un dominio territorial asombroso. Atacaba por derecha, por izquierda y por el centro del campo. Lo tuvo Genaro Vuanello, lo tuvo Lucas Allosa, pero siempre respondió con creces Matías Alasia, quien se perfilaba como la gran figura de la tarde. El Mensana necesitaba aire fresco. Alguien que tuviera el balón.  Le otorgara una pausa.

Que entendiera el juego. Porque hasta en esos detalles ganó Sperdutti, quien sacrificó a Walter Poblete durante los 90 minutos, pero fiel al estilo del “peruano Reyna sobre Maradona” en las eliminatorias camino a México 86, el ex Tomba y Argentino, anuló a Carranza, el único distinto y creativo del Lobo. Entonces, el “pelotazo” a la cabeza de Juan Carlos Ferreyra fue, por momentos, la única opción ofensiva del dueño de casa.

El DT del Lobo, Omar Labruna, continuó moviendo el banco de suplentes e ingresaron dos hombres más de vocación defensiva que ofensiva: David Garay por Corvalán y Luis De Faría por Luciano Peinado. El público enardeció. Y lo que el hincha del Lobo más pesimista se imaginaba, llegó cuando faltaban seis minutos para el pitazo final. Pelota parada para el Cruzado desde la mitad de la cancha. Jugada de laboratorio. Oscar Amaya se adueñó del balón.

Esperó que sus compañeros se movieran. Buscó a Gatto, el 9 ganó la posición y peinó el balón, rebotó en un defensor, apareció Vanelli, capturó el rebote y reventó el arco de Gimnasia. Golazo y empate. Decepción Men sana. Ilusión Cruzada. Sin dudas, una tarde de cambios cruzados.

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