Emotivo último adiós a la "madre de los confines", Liliana Bodoc

La autora fue velada hasta esta mañana en la Secretaría de Cultura y su cuerpo fue cremado. Referentes y lectores se acercaron emocionados.

Emotivo último adiós a la "madre de los confines", Liliana Bodoc
Emotivo último adiós a la "madre de los confines", Liliana Bodoc

Independientemente de lo que dijese su DNI o su acta de nacimiento, Liliana Bodoc era mendocina. Era nuestra -por "adopción", si se quiere ya que era santafesina de nacimiento-, y su aporte a la cultura mendocina es y será incalculable. Ya que también trascendió fronteras.

Esta mañana, pasadas las 11, su cuerpo fue retirado de la Secretaría de Cultura (donde se la velaba desde ayer) con dirección al crematorio para cumplir la voluntad de su familia.

Durante las más de 15 horas en que se la despidió, cientos de mendocinos (muchos de ellos llevando libros de su autoría) pasaron por la sala Elina Alba a despedirla, a llorarla y también a asegurarse de que descansara en paz. La misma paz que transmitió durante sus cortos 59 años de vida.

"Simplemente lo que hemos hecho es acompañar las decisiones de la familia a partir de ayer, cuando nos enteramos por la mañana de que había fallecido. Desde lo personal estoy muy conmovido porque a la 1 la había dejado, nos vimos en el aeropuerto por última vez cuando regresamos de la Feria Internacional del Libro en La Habana. Fue muy fuerte enterarnos por la mañana que había fallecido en el hotel donde se había quedado", sintetizó esta mañana el secretario de Cultura, Diego Gareca, mientras despedían sus restos con un extenso aplauso.

Su último viaje

Bodoc y Gareca habían regresado el lunes de Cuba, donde habían participado de la mencionada feria junto al historietista Chanti, entre otros referentes y autores locales.

"En el viaje charlamos muchísimo de la cultura mendocina. Cuando volvíamos nos pusimos a hablar de Gladys Ravalle, del teatro, del Flaco Suárez, de Cristóbal Arnold, de Darío Anís (director del Teatro Independencia) y con quien ella había actuado por última vez. La verdad es que fueron días importantes, y nos conmovió mucho la presencia en la Feria del Libro de La Habana", siguió Gareca, quien indicó que las obras locales fueron bien recibidas en la capital cubana. "En algunos casos, conocían la obra. Pero en otros estaban ávidos de sus propuestas. La presentación fue maravillosa, con algunas situaciones más conmovedoras. El trabajo que fue a presentar Liliana fue el último que había hecho, y que editamos nosotros", indicó el funcionario.

"Fue muy sorpresiva. De hecho, ella estuvo todos los días y estuvo muy bien en la Feria. Tenía un espíritu increíble y propiciaba ciertas cosas de humor con Chanti, de reírnos de situaciones cotidianas que pasaban", sintetizó Gareca.

Uno de los referentes culturales que también ser acercó al velorio esta mañana fue el actor Ernesto "El Flaco" Suárez, quien conocía a Liliana de toda la vida.

"El papá de ella fue mi primer maestro de teatro, el profe Chiavetta. Lo conocí cuando tenía 7 años y nos une una relación de toda la vida con la familia. Para mí es muy fuerte que se nos haya ido tan joven, tanto talento, tanta sensibilidad y tanta simplicidad. La Lili seguía siendo la Lili, no se le subieron los humos. Se fue de Buenos Aires, se vino a vivir a San Luis y era una tipa sencilla, que quería cosas sencillas y profundas", indicó el Flaco.

"Se nos han ido un montón de ídolos de muy jóvenes, y han quedado para siempre en el recuerdo. Liliana no buscó la muerte como otros la buscan con la droga o el alcohol. Ella buscaba la vida, y la sorprendió una falla de esas que tiene cualquiera de nosotros, y se fue. Pero era una tipa sana mental y físicamente, la quería un montón. Se nos va una gran tipa, una persona importantísima", acotó.

Suárez también se refirió a la muerte de la legendaria Milka Durán, otra referente de la cultura y la radiofonía mendocina. Y quien también murió el martes.

"Es un día de duelo para los artistas. Un dolor para las personas que están detrás de la cultura. A veces se mueren tipos que son muy cultos o se proyectan a todo el mundo y son unos boludos que vienen acá cada 40 años a lucirse. Estos no. La Liliana se quedó en San Luis, y la Milka se quedó en Mendoza. Son gente nuestra, de nuestro lugar y que se quedaron en el interior del país y que nos dieron muchísimo. La Milka, una sonrisa. Liliana, todos sus escritos profundos, su bondad, su ternura y  su ideología", sintetizó.

Abuelas "lee cuentos"

Entre tantos mendocinos emocionados y consternados por el fallecimiento de Bodoc, sobresalía una mujer que -con un ejemplar de Silfos (obra de Bodoc) abrazado contra su pecho- se despedía en silencio y con tristeza de Liliana.

Era Lucy Yáñez, quien junto a Alicia Palma y Marta Piskulici integran el grupo de "Abuelas lee cuentos" y quienes se acercaron esta mañana para el último adiós a la escritora mendocina.

"Cuando leemos los cuentos de Liliana, los chicos -y grandes- se quedan todos asombrados, escuchando. Ella tenía un espíritu muy elevado, y siempre la vamos a recordar con alegría y su humildad característica, por sobre todas las cosas. Esos eran sus rasgos distintivos", resumió Lucy, con emoción y mientras mostraba la dedicatoria manuscrita de Bodoc ("Para la abuela Lucy") en la primera hoja del ejemplar de Silfos que no soltó en ningún momento. Y al que se aferró como si fuese la propia Liliana Bodoc.

"Nosotras conocemos a muchos escritores. Pero Lili era especial, donde nos veía se paraba y venía a abrazarnos. Y su obra llega al lector, porque ella toma la esencia del ser humano y la transmite. Ahora su esposo nos dijo que va a recopilar muchos escritos que tiene sueltos en su casa con la idea de que salgan a la luz", agregó Lucy.

Las abuelas lee cuentos están todos los miércoles y viernes de 10 a 12 en la Secretaría de Cultura, y además también suelen visitar geriátricos como parte de un programa de Pami (al menos lo hicieron hasta el año pasado).

Lucy es la coordinadora del grupo y desde hace más de 15 años que lee para niños y adultos, y que mantiene a todos los oyentes expectantes hasta que finaliza su lectura diaria (o lecturas).

"En una oportunidad estábamos con ella en Buenos Aires y nos presentó a una mujer, nos dijo que nosotros teníamos que hablar con ella. Pero no entendimos mucho. A los 10 días nos llegó una caja llena de libros de la editorial Alfaguara. ¡Ella había intercedido para que nos las envíen para leer!. ¡¿Cómo no la vamos a amar?!", sintetizaron.

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