Quién no estaría ansioso esperando al mejor basquetbolista de la actualidad. Con sus 39 años, Luis Scola 'la rompió' (anotó 28 puntos) ayer en el partido de semifinal contra Francia, cuya victoria permitió al seleccionado argentino pasar a la final del Mundial después de 17 años de sequía.
El equipo sensación llegó al hotel en Beijing y fue aplaudido y recibido por sus familiares. Pero la escena más conmovedora fue en la llegada de 'Luifa'.
Sus dos hijos menores saltaron a sus brazos colgándose como suele hacer papá frente en un aro. Los nenes no se aguantaron y emocionados fueron con quien es el héroe de este equipo que gana con "el alma".
Luis es padre de cuatro hijos, Tiago, Tomás, Lucas y Matías, quienes justamente ayer frente a Francia, estuvieron alentando en la platea y el capitán -una vez obtenido el triunfo- los fue a saludar.
Mañana, a las 9, Argentina enfrenta a España en la final. De ganar el título, sería histórico para el deporte argentino.