Emiratos Árabes promociona su propia versión del Arca de Noé

Una de las islas propone un turismo ecológico y respetuoso con la naturaleza. Contrarresta el crecimiento inmobiliario de Dubai y Abu Dabi.

Emiratos Árabes promociona su propia versión del Arca de Noé
Emiratos Árabes promociona su propia versión del Arca de Noé

Una isla de los Emiratos Árabes Unidos, concebida como un "arca de Noé" para especies animales, propone un turismo respetuoso con la naturaleza, en contraste con las tiendas y los rascacielos de Dubái.

Desde su apertura hace seis años, Sir Bani Yas ofrece safaris entre mar y desierto, en medio de miles de animales en libertad.

Sus colinas rocosas, ríos y dunas forman 87 km2 de vida salvaje para numerosas manadas de órices, aves del desierto, jirafas, ciervos y leopardos, introducidos en la isla para enriquecer la biodiversidad.

También alberga los vestigios de un monasterio cristiano, el más antiguo de la era preislámica en la región del Golfo.

Por iniciativa del jeque Zayed bin Sultan Al Nahyan, fundador de los Emiratos Árabes Unidos, la isla fue transformada en 1971 en una reserva natural "con la idea de convertirla en un arca de Noé" para especies amenazadas de extinción, explica a la AFP Marius Prinsloo, director de operaciones de Tourism Development & Investment Company (TIDC), promotor del proyecto.

Con el tiempo, el número de animales fue aumentando hasta llegar a los aproximadamente 13.500. Sir Bani Yas cuenta con 25 especies de mamíferos y 170 de pájaros.

La isla cuenta con una de las poblaciones más importantes en el mundo de órices de Arabia, un animal que desapareció en estado salvaje en los años 70 debido a la caza y sólo sobrevivió en cautiverio.

Las gacelas de montaña y del desierto conviven en Sir Bani Yas con las jirafas y los leopardos.

Sir Bani Yas se encuentra en el emirato de Abu Dabi, el más rico de la federación de los Emiratos Árabes Unidos, al disponer del 90% de las reservas petroleras. Dedica muchos fondos a la preservación de la naturaleza y a un programa de desarrollo cultural.

Dubái, otro emirato, se dedica en cuerpo y alma al comercio y al turismo, con galerías comerciales, acuarios gigantescos e incluso una pista de esquí creada artificialmente en un medio ambiente desértico.

"Monasterio cristiano"

Dotada de tres unidades hoteleras de capacidad limitada y respetuosas con el medio ambiente, la isla de Sir Bani Yas supo preservar su carácter natural.

"Supervisamos la operación de salvaguardia del medio ambiente a diario", afirma orgulloso Prinsloo.

Fatima al Mutawa, responsable de relaciones públicas de TIDC, subraya el "carácter ecológico" de todas las actividades en Sir Bani Yas, donde en las últimas décadas se plantaron unos 2,5 millones de árboles.

A su paso, cada visitante debe plantar un árbol en la isla y "si no lo hace lo hacemos nosotros", asegura Mutawa.

Según ella, los vestigios arqueológicos son otros de los atractivos del lugar. "Hemos comenzado las excavaciones en 1992 y encontramos 36 lugares arqueológicos, como un monasterio cristiano que data del año 600 después de Jesucristo".

Estos lugares son "un testimonio de las distintas civilizaciones que prosperaron en la isla, habitada desde hace más de 7.500 años", asegura.

A 170 km de la capital, Abu Dhabi, y accesible sólo por mar o aire, la isla acoge reuniones ministeriales a puerta cerrada, lejos de los medios de comunicación y de la agitación de los centros urbanos.

Dubái se presenta como "una gran ciudad moderna", templo comercial y del lujo, mientras que Abu Dabi es un destino "cultural", con importantes museos, afirma Mark Eletr, director de los hoteles de la isla, administrados por el grupo tailandés Anantara.

"La isla propone -dice- un paisaje pintoresco con sus valles, rocas y playas, un medio ambiente natural que la gente aprecia".

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