El periodista italiano Emiliano Fittipaldi (42) se ha convertido en una verdadera pesadilla para el Vaticano. Tanto que sus investigaciones han terminado siendo para la sociedad una luz entre tanta oscuridad y oscurantismo eclesiástico.
Luego de que en 2015 publicara su libro “Avaricia” -investigación que le valió haber sido procesado y luego absuelto por un tribunal de la Santa Sede-, ayer presentó en Italia su nueva obra: “Lujuria”.
Allí, Fittipaldi (quien trabaja en el semanario L’Espresso) se detiene en los numerosos escándalos de abusos sexuales cometidos a chicos y jóvenes por parte de sacerdotes en todo el mundo, así como también en la política de encubrimiento que siguen adoptando algunos sectores de la Iglesia Católica. Incluso, acusa al Papa Francisco de haber hecho poco y nada para investigar y castigar a los religiosos involucrados.
Su nuevo libro toca de cerca a Mendoza: el sacerdote italiano Nicola Corradi (82), uno de los detenidos a fines de noviembre por haber abusado de más de una veintena de chicos sordomudos en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, es uno de los religiosos apuntados por Fittipaldi.
"Don Nicola Corradi fue uno de los curas pedófilos denunciados, pero nadie en Italia ni en el Vaticano ha escuchado a las víctimas. Si les hubieran creído, tal vez Don Nicola habría sido detenido mucho antes", le dijo a Los Andes el periodista desde Italia en alusión al sacerdote que está denunciado en las sedes de Verona, La Plata y Mendoza por ser el autor de numerosos abusos sexuales a menores.
Por estos días, Corradi cumple la detención domiciliaria en un paraje montañés de la provincia, mientras que otro cura, Horacio Corbacho, y los otros 3 detenidos por el caso próvolo (Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez) pasan sus días en una celda de la cárcel de Boulogne Sur Mer.
-¿Cree que la Iglesia Católica ha hecho del proteccionismo a los sacerdotes que cometen abusos sexuales una práctica cotidiana?
-Ni la Iglesia ni el Vaticano han actuado con la transparencia necesaria, ni siquiera con Francisco. Entre 2013 y 2015 llegaron a la Congregación para la Doctrina de la Fe (el Tribunal del Vaticano donde llegan los casos de religiosos abusadores) 1.200 denuncias de “probables” abusos cometidos en diversos países del mundo. Esta cifra significa el doble de las que llegaron en el período comprendido entre 2005 y 2009. Incluso, hoy en día los nombres de los denunciados y los procesos son secretos, “subsecreto pontificio”. Sólo muy pocos sacerdotes acusados son condenados, no hay una relación coherente entre el Vaticano y el sistema judicial civil
-Nicola Corradi ya tenía antecedentes por abuso sexual en Verona. Además, la Red L'Abuso (Italia) denunció que el Papa Francisco conocía e ignoró las denuncias en Verona. ¿Considera que el Papa es cómplice y protege a los curas abusadores?
-No conozco el documento de la Red y no sé si Francisco tiene más o menos responsabilidades directas. En el caso del Instituto Próvolo de Verona y de La Plata, el Vaticano ha hecho muy poco para investigar y luchar contra estos escándalos sexuales.
Después de que en 7 años fueran 67 los chicos sordos que denunciaron el acoso de 20 sacerdotes, una comisión independiente ha “limpiado” a todos los sacerdotes -menos a dos que fueron condenados a penas ridículas-. Don Nicola Corradi fue uno de los curas pedófilos denunciados, pero nadie en Italia ni en el Vaticano ha escuchado a las víctimas. Si les hubieran creído, tal vez Don Nicola habría sido detenido mucho antes. Es muy grave lo que pasó, es muy grave que en Italia y en el Vaticano nadie hable de este tema.
-Por su libro anterior -"Avaricia", donde ahonda en los despilfarros económicos de la Santa Sede- usted fue procesado y luego absuelto por el Vaticano. ¿Por qué?
-Estuve procesado sólo por hacer mi trabajo, por contar las noticias. Según el Vaticano, había revelado documentos económicos e historias (de corrupción) que pusieron en peligro la vida del Estado. Al cabo de 7 largos meses, finalmente fui absuelto y el proceso en mi contra -de acuerdo a los jueces- ni siquiera debería haber comenzado. Creo que el proceso se hizo para desviar la atención de la gente por el contenido de mi libro. Pero no funcionó.
-¿Con qué se van a encontrar los lectores de "Lujuria"?
-En el libro cuento como todavía hoy funciona el sistema del Vaticano que protege y oculta los escándalos sexuales. Cuento que 3 de los 9 cardenales del C9 (grupo de cardenales consultores que aconseja al Papa en la reforma de la curia y el gobierno universal de la Iglesia) -el australiano George Pell, el chileno Francisco Errázuriz y el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga-, han sido promovidos por Francisco, aunque en el pasado ayudaron a sacerdotes abusadores o involucrados en este tipo de delitos.
El tema es que el Vaticano trata de defender las riquezas de la Iglesia frente a las demandas de indemnización, y lo hace con obispos que han sido cubiertos y protegidos en Italia, América del Sur, Francia, Australia y Bélgica. Además de mantenerlos en su lugar, incluso les dan instrucciones a los sacerdotes lujuriosos de no “hablar con la policía”.
Las historias incluidas son muchas, algunas exclusivas otras desconocidas. Pero busco demostrar cómo el sistema denunciado por (la película) “Spotlight” sigue en pie.
Perfil
Emiliano Fittipaldi (Nápoles, 1974) es uno de los periodistas de investigación italianos más sólidos y prestigiosos. Ganador de premios como el Ischia, el Gaspare Barbiellini Amidei o el Sodalitas, todos ellos en su país, publicó varios libros, entre ellos "Avaricia" (más de 100.000 ejemplares vendidos), al que ahora le sigue "Lujuria" (foto).
Trabajado para el diario napolitano Il Mattino, pero también en Corriere della Sera. Ahora desarrolla su labor en el semanario L’Espresso, donde ha revelado gran parte de los escándalos referentes a la política, las finanzas italianas y ahora la Iglesia.