La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó ayer una emergencia de salud pública de “alcance mundial” e instó a la comunidad internacional a movilizarse contra la epidemia de ébola en el oeste de África.
El comité de urgencia de la OMS, que se reunió el miércoles y el jueves en Ginebra, “considera de forma unánime que se dan las condiciones” para declarar “una emergencia de salud pública de alcance mundial”, declaró la directora general de la organización, Margaret Chan.
Ante una situación que se agrava, “una respuesta internacional coordinada es esencial para frenar y hacer retroceder la propagación internacional del ébola”, agregó el comité.
La epidemia de ébola, que ha dejado desde principios de año al menos 931 muertos entre los más de 1.770 presuntos casos detectados, es la “más importante y la más severa” en cuatro décadas, subrayó Chan.
La OMS no decretó sin embargo la cuarentena en los países afectados -Guinea, Liberia, Sierra Leona y en menor medida Nigeria- para no agravar su situación económica, pero pidió importantes medidas de control en sus puntos de salida.
Tercera emergencia en 5 años
Este dispositivo de emergencia es el tercero que dispone la OMS después del decretado en 2009 por la epidemia de gripe aviar en Asia, y el pasado mes de mayo por el desarrollo de la poliomielitis en Oriente Medio.
La directora Chan estimó que los países del oeste de África afectados por la epidemia “no pueden hacerle frente por sí mismos” e instó a “la comunidad internacional a aportar el apoyo necesario para ayudarlos”.
Aunque el comité excluyó imponer restricciones sobre los viajes o el comercio internacional, indicó que los “Estados deben prepararse para detectar y tratar los casos de enfermos” y “facilitar la evacuación de sus ciudadanos, en particular el personal médico, expuestos al ébola”.
Tras este anuncio, la Unión Europea calificó de riesgo “muy débil” la propagación del ébola en el continente europeo y subrayó que en el caso, “poco probable”, de que el virus alcance el continente europeo, están “preparados para hacerle frente”.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano recomendó el jueves a los estadounidenses aplazar cualquier viaje “no esencial” a Liberia por el ébola.
El comité subraya que los jefes de Estado de los países afectados tienen que decretar el estado de emergencia y “dirigirse personalmente al país para dar información sobre la situación”.
Keiji Fukuda, subdirector general de la OMS encargado de la epidemia, explicó que las personas afectadas tienen que quedarse 30 días en cuarentena porque el tiempo de incubación del virus es de 21 días.
Las personas que estén en contacto con los enfermos -excepto el personal médico que tiene indumentaria protectora- no deben viajar, indicó Fukuda, quien pidió además que la tripulación de los vuelos comerciales reciba formación y material médico para protegerse y proteger a los pasajeros.
El comité de la OMS también recomienda a todos los viajeros procedentes de los países afectados que se hagan un chequeo, respondiendo a un cuestionario y tomándose la temperatura, en los aeropuertos, los puertos y los principales puestos fronterizos.
En esta línea, Grecia sometía a pruebas ayer a un ciudadano griego, quien acudió por sí mismo a un hospital tras trabajar recientemente en Nigeria, para determinar si padecía la enfermedad.
En Uganda, un pasajero dio negativo en estas pruebas realizadas en el aeropuerto de Entebbe.
Dos países en estado de emergencia, Liberia y Sierra Leona, pusieron en cuarentena tres ciudades en la zona contaminada.
El primer contagiado europeo
Europa acogió el jueves a un primer enfermo de ébola repatriado, un misionero español contaminado en Liberia, días después de la repatriación a Estados Unidos de dos pacientes estadounidenses. Una monja que regresó a España con el misionero volvió a dar negativo en las pruebas del ébola.
El virus del Ébola se transmite por contacto directo con sangre, líquidos biológicos o tejidos de personas o animales infectados y provoca una fiebre caracterizada por hemorragias, vómitos y diarreas. Su índice de mortalidad varía entre un 25 y un 90%.
El virus quedó fuera de control por la falta de experiencia
Hace 5 meses, la gente empezó a morir y los parientes tocaban los cadáveres y los fluidos corporales, sin conocer el riesgo.
Kampala, Uganda. Al comenzar un brote de ébola en Uganda hace dos años -el tercero en 12 años- el presidente de ese país apareció rápidamente en la televisión para exhortar a los ugandeses que evitaran tocarse.
Las autoridades de salud pusieron a gente en cuarentena. La reacción veloz de las autoridades y la población ayudó a interrumpir el brote con apenas 17 muertes.
A lo largo de varias décadas se han registrado casos de ébola en 10 países africanos, el primero de ellos en el Congo en 1976, pero el virus no había llegado al África occidental.
Cuando la gente empezó a morir en marzo -en el brote que fue declarado emergencia sanitaria internacional ayer-, los gobiernos y la población no sabían qué enfrentaban ni cómo responder, lo cual permitió que el virus escapara de todo control.
Hace cinco meses, en las selvas húmedas del sur de Guinea, la gente empezó a sufrir fiebre con dolores corporales, diarrea y vómitos.
Cuando morían, sus familiares lavaban los cadáveres: no conocían los riesgos del contacto con el vómito, la diarrea y la ropa sucia porque el virus se propaga mediante el contacto con los fluídos orgánicos.
Muchas familias creían que la causa de muerte era el paludismo, un asesino conocido en África. A medida que más gente se enfermaba, sus familias desesperadas los llevaban a la capital en busca de mejor atención médica, apretujados en minibuses u otros medios de transporte.
Al entrar en contacto con personas que exhibían síntomas, también se infectaban y contagiaban a su vez a otros pasajeros.
Casos iniciales
Entonces aparecieron los primeros casos en Conakry, la capital guineana.
A fines de marzo, Médicos Sin Fronteras anunció que Guinea enfrentaba una “epidemia sin precedentes” de ébola.
A principios de abril, el miedo hizo presa de Guinea y la vecina Liberia, donde se habían producido muertes. Cuando una mujer enfermó, no la llevaron al hospital sino a una iglesia para orar por su restablecimiento.
Poco después, murió. En Guinea, los pasajeros huyeron de un autobús cuando un anciano vomitó.
“Les tomó tiempo para reconocer que era el ébola”, dijo el epidemiólogo ugandés Francis Adatu, que ha enfrentado brotes del mal en su país. “Se demoraron en darse cuenta que es una epidemia de ébola”. “Cuando hay infectados por ébola caminando libremente por las aldeas, el problema es grave'', sentenció.
El brote en África occidental escaló rápidamente también porque afectó las ciudades y a gente que cruza libremente las fronteras. La mayoría de los brotes anteriores afectaron comunidades remotas.