Hace un mes, el jubilado italiano Vitto Mellimaci (73, “viudo hace 15 años para 16”) leyó un pequeño aviso clasificado que apareció en los diarios locales. En el escueto texto se leía: “Solo, sola... te ayudamos. Seriedad, responsabilidad”, y dejaba el número de un celular.
Vitto dice que está solo y que creyó en aquello de la “seriedad y responsabilidad”. Tomó su celular y llamó.
-Hola…
-Hola -una voz de mujer atendió del otro lado.
-Sí, la molesto por lo del aviso. Soy un hombre solo…
-Bien -dijo la mujer-. Lo mejor va a ser que nos reunamos y hablemos más tranquilamente.
La mujer -que se hacía llamar Lorena- lo citó a un conocido bar del microcentro.
A los días, Vitto salió de su casa de Mayor Drummond bien vestido “para dar buena impresión” y llegó al bar a la hora señalada. “Yo le había dicho cómo iba a ir vestido y mis características físicas; ella hizo lo mismo. No fue un inconveniente encontrarnos”, rememora el jubilado italiano.
****************************************
Raramente, las víctimas de estas pequeñas y monetariamente insignificantes estafas realizan las denuncias. "Es que se trata de un hecho entre privados, de una conversación informal en la que se paga también de manera informal. Y por ende no hay delito. Las denuncias que se toman -porque a las autoridades no les queda otra opción- están condenadas al archivo". (Abogado penalista).
****************************************
“Cuando la vi, me di cuenta de que se trataba de la misma mujer con la que había hablado hacía tres meses. Pasa que ahora había cambiado su número de celular.
En aquella ocasión, como me había pedido 400 pesos, yo le había dicho que no, que me parecía mucho y me fui sin hacer la transacción. De todos modos, me acerqué a la mesa pero ella no me reconoció; debe hablar con muchos solos por día como para retener tantas caras”.
Vitto se refiere a Lorena como una mujer “muy bien, buena moza; es delgada, alta y morocha, se ve linda y no debe llegar a los 35 años”.
El italiano se sentó frente a ella en el bar y, efectivamente, Lorena no se dio cuenta de que, tres meses atrás, había hablado con el mismo hombre y por el mismo tema. Él se presentó y tuvo lugar esta charla.
-Cuénteme, Vitto, ¿qué anda buscando? -preguntó sin más la mujer.
-Nada del otro mundo. Una mujer un poco menor que yo para que nos hagamos compañía, que no esté loca y que no pretenda que la mantenga porque soy jubilado y no gano demasiado. Usted ha visto que ahora muchas mujeres quieren auto, plata…
-Bien -contestó la mujer mientras anotaba, concentrada, las pretensiones del jubilado en una libreta. Luego le pidió 300 pesos para ella, que se tomaría el trabajo de cruzar los datos de Vitto con algunas de sus clientas para llevar a cabo una futura cita.
-¿Entonces? -preguntó Vitto después de pagar.
-Déjeme su celular y le llamo. Ahora tengo que atender a más gente. Hay mucha gente sola -soltó entre risas Lorena.
Vitto dejó el dinero y se fue del bar; “entusiasmado”, según narra.
****************************************
Por su parte, desde las oficinas fiscales de Ciudad indicaron que si bien no son demasiados los estafados que se acercan, "cada tanto aparece uno" y se le toma la denuncia como "averiguación hecho". (Empleado de un Oficina Fiscal)
*****************************************
Los días pasaron con Vitto en su casa a la espera de que el celular sonara para la cita. Pero no. Los pocos llamados eran de promociones o de algunos de sus tres hijos, con los que se había reconciliado después de años de distanciamiento. “Es que estuve con una mujer y a ellos no les caía bien. Por suerte la saqué de mi vida y ahora recuperé a mis hijos”.
Después de tres semanas sin noticias de Lorena, Vitto se dejó vencer por la ansiedad y fue él quien llamó. La señora cariñosa que había sido al momento de recibir el dinero, mutó en una mujer malhumorada y hasta maltratadora.
-Le dije que yo le iba a llamar -dijo la mujer secamente-. Todavía no hay nada de lo suyo.
Como era de esperar, el tiempo pasó y Lorena no llamó. Cuando Vitto quiso hacerlo, la mujer no respondía. “Entonces le hice una ‘caidita’: cambié el chip de mi celular y volví a llamarle.
Me atendió y cuando le dije quién era, me cortó directamente. Yo ya perdí mis 300 pesos y no seré más pobre por eso; pero quiero dejar mi testimonio para que no haya gente que se abuse de la soledad de personas como nosotros. No creo quedar como un tonto si lo digo y doy la cara”.
*****
"No son muchas las personas que vienen porque este tipo de sucesos constituye un doble castigo: por un lado muchos toman el hecho de buscar pareja como algo vergonzoso; y si encima les quitan el dinero, se sienten más mal todavía". (Empleado de Oficina Fiscal)
"Mi trabajo es legal. Yo no estafo a nadie. Por esta nota vamos a pagar justos por pecadores. Yo cobro barato para juntar a corazones solitarios: 250 pesos. En las agencias no sólo cobran la primera reunión cuando uno da los datos, sino que también cobran la presentación aparte. Y en otros casos, algunos colegas ponen prostitutas, directamente". (Mujer que pone avisos clasificados).
*****************************************
-¿Y, Vitto, seguirá buscando pareja?
-No sé. Como digo yo, ahora las mujeres están demasiado interesadas en si uno tiene dinero y auto. No sé...