Datos de la ONU afirman que el grueso de los embarazos adolescentes es producto de violaciones, preponderantemente dentro del seno familiar; y este parece ser sólo uno de los aspectos de una condición que da inicio una escalada de violencia para las jóvenes madres y sus hijos.
En Argentina, las provincias que mayores índices de embarazo adolescente registran son las del Noreste, en tanto que Buenos Aires se ubica como una de las menos afectadas por el fenómeno, lo que podría, en un análisis simplista, desembocar en asociarlo con el nivel socioeconómico, pero éste resulta un fenómeno mucho más complejo que involucra también aspectos culturales, educativos y estructurales de cada sociedad. Los embarazos adolescentes no son un fenómeno exclusivo de las clases bajas.