Embarazo: ponerle palabras a la pérdida

En el primer trimestre de gestación pueden haber abortos naturales. ¿Por qué sucede y cómo superarlo?

Embarazo: ponerle palabras a la pérdida

Esperar un poco antes de darles la buena nueva a amigos y familiares: muchas parejas deciden no contar nada de su embarazo antes de que se cumplan las primeras 12 semanas. Hay motivos para ello, ya que los primeros tres meses son considerados una etapa crítica del embarazo.

Las estimaciones indican que entre el 30 y hasta el 40% de los embarazos terminan en un aborto natural en las primeras 12 semanas. Las causas pueden ser múltiples: en la mayoría de los casos se trata de alteraciones genéticas, como divisiones celulares fallidas que no permiten que el embrión siga evolucionando. El aborto también se puede deber a infecciones o reacciones inmunológicas.

Sólo en muy pocos casos hay enfermedades serias de la madre detrás del aborto. Los médicos afirman que se trata simplemente de un proceso de la naturaleza que en los primeros tres meses pone especial atención en qué embrión podrá desarrollarse en un niño sano y cuál no.

Antes, la mayoría de las mujeres no se enteraba de este proceso. Ahora es más fácil detectar un embarazo desde temprano. Además, los embarazos de hoy día suelen ser algo deseado y largamente planificado. Por eso las expectativas también son mayores.

Cuando el embarazo se pierde en las primeras semanas, muchas parejas se sienten aliviadas de no haberlo dicho a nadie antes. Pero para otras es importante poder hablar de la pérdida y ponerle palabras. Los terapeutas aconsejan que las mujeres afectadas busquen rodearse de otras mujeres que hayan pasado por experiencias similares para que les cuenten qué hicieron para superarlo y sentirse mejor.

La tristeza profunda en los primeros días, y semanas posteriores al aborto, también puede explicarse en parte por la caída de la hormona del embarazo. Por eso es importante cuidarse y tener algunos días de tranquilidad. Si la pareja puede tomarse unos días libres, mejor. A fin de cuentas, él también vivió una pérdida. Poner en común los sentimientos, miedos y preocupaciones puede ser bueno para la relación. Incluso se le puede escribir una carta simbólicamente al bebé y volcar en ella las distintas sensaciones.

Además, muchas mujeres se preocupan mucho después de un aborto ya que temen no ser capaces de tener hijos. Sin embargo, los médicos afirman que uno o dos abortos espontáneos son algo normal en la vida de cualquier mujer, y que las posibilidades de quedar embarazada después de haber sufrido uno son altas.

Las mujeres también suelen atormentarse con preguntas como: “¿Qué hice mal?”. Por eso es importante que tengan claro que no son culpables y que, a veces, la naturaleza toma sus propias decisiones. Sanar las heridas puede llevar varios meses. Si el dolor no cesa y se siente un gran temor a un nuevo embarazo, lo mejor es buscar ayuda psicológica.

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