El escritor mexicano Eloy Urroz confiesa que ha sufrido bloqueos creativos que le han causado miedo. Su más reciente novela, ``La mujer del novelista'', es producto de uno de esos momentos de crisis.
Es su obra ``más honesta'', asegura el autor, quien relató que tras pasar casi un año sin escribir se puso a mezclar aspectos de su vida personal con ficción, haciendo un ``recuento de los daños'' profesionales y personales, y este fue el resultado.
"La llamo intimista y psicológica, donde me atrevo a desvelar muchos fantasmas que me atosigaban, inquietudes que me perseguían. Mi historia era contar esa novela de crisis'', dijo Urroz a The Associated Press en una entrevista reciente. ``Tenía que ser descarnadamente honesto porque si no me iba a sentir muy mal conmigo mismo''.
Publicada por Alfaguara, ``La mujer del novelista'' sigue a un escritor que ante un bloqueo creativo desarrolla una obra en el sur de Francia durante un año sabático. A lo largo de la obra se entrelazan sus recuerdos, sus retos profesionales y la presencia de una mujer y un viejo amor.
Urroz, perteneciente a la llamada generación del crack, reflexiona a través de los paralelismos entre realidad y ficción sobre temas que van desde la crisis de la edad, el matrimonio, el desamor y su vida literaria.
También aborda las guerras culturales y alianzas literarias de México. Particularmente se enfocó en esbozar su relación con sus contemporáneos de la generación del crack, que en el libro plasma como la generación del clash. Así, autores como Jorge Volpi e Ignacio Padilla se convierten en personajes como Javier y Amancio.
A diferencia de sus anteriores trabajos, el texto no surgió de una idea central, sino que iba cobrando vida con cada reflexión personal, lo cual fue ``un gozo doloroso'' capaz de conectar con el lector.
"En mi novela debería haber dicho: Advertencia. Todos los personajes y cualquier similitud no son mera coincidencia''', dijo. ``Quería trasmitir desde el primer momento la sensación de verosimilitud, que todo el tiempo pareciera una autobiografía, algo demasiado cercano al escritor y por tanto al lector''.
Confesó que una crisis matrimonial se sumó a los detonantes de ésta, su octava novela, lo que dio protagonismo a la figura femenina.
El autor de ``Las almas abatidas'' y ``Fricción'' relató que su esposa siempre lee las primeras 100 páginas de todas sus obras y a partir de ello le da comentarios, pero que en este caso tuvo una reacción que dio un giro a su texto cuando ella se percató que gran parte de su vida personal era revelada.
"Lo que leyó no le gustó nada, le enfadó. Creó una crisis y creó un problema cuando se dio cuenta que estaba ficcionalizando parte de la vida real'', dijo. ``En ese momento me di cuenta que sin querer mi mujer, que había contaminado la historia, le había dado sentido... El hombre resulta ser expuesto por la mujer. Lo desvela como un maniático, neurótico, que utiliza a otros para sus propósitos artísticos''.
Para Urroz cada libro marca la entrada a una etapa distinta; "La mujer del novelista'' marca su entrada a la etapa de escritor maduro.
"Cada libro es un pequeño parteaguas, pero este es más por muchas cosas. Ya no soy una joven promesa, este proceso pasa y no te das cuenta. Ya no puedes argumentar que eres la joven promesa. Esto es lo que construiste, esto es tu obra''.
