Elizabeth Arden: innovadora en la industria de los cosméticos - Por Luciana Sabina

Hija de inmigrantes británicos, nació en Canadá y a los 30 años se mudó a Nueva York, donde inició su carrera.

Elizabeth Arden: innovadora en la industria de los cosméticos - Por Luciana Sabina
Elizabeth Arden: innovadora en la industria de los cosméticos - Por Luciana Sabina

Elizabeth Arden nació el 31 de diciembre de 1878, en un suburbio canadiense llamado Woodbridge. Hija de inmigrantes británicos, su verdadero nombre fue Florence Nigthingale Graham. A los 30 años, luego de estudiar enfermería, decidió emigrar a Estados Unidos, puntualmente hacia Nueva York donde estaba su hermano mayor. Realizó diversos trabajos hasta dar con el que la llevaría a modificar por completo su vida y, consecuentemente, la industria cosmética a nivel mundial.

Gracias a un puesto contable en cierta compañía farmacéutica pudo acceder al laboratorio y adquirir nociones básicas sobre el cuidado de la piel. Siguió incrementando sus conocimientos trabajando para una esteticista y pronto - junto a una socia- abrió su propio salón de belleza. La sociedad no duró mucho pero logró que su hermano le prestara una suma importante para conservar el negocio. Fue entonces cuando Florence Nigthingale Graham comenzó a llamarse Elizabeth Arden, al igual que su firma. Ubicada en la Quinta Avenida pintó la puerta principal de rojo, diferenciándose notoriamente de los inmuebles cercanos. Con el tiempo esta puerta se convertiría en todo un símbolo de la moda.

Hacia 1912 un viaje por París cambió su modo de ver el mundo. Aprendió nuevos sistemas de masaje faciales y descubrió la moda del maquillaje. El lápiz labial, por ejemplo, se comercializaba desde 1870 y todas las mujeres utilizaban cosméticos. Decidió incorporar estos conceptos a la sociedad norteamericana donde maquillarse tenía connotaciones negativas.

Quienes utilizaban productos de belleza eran consideradas “mujeres de mala reputación”. Arden colaboró a erradicar aquel concepto apoyando a las feministas para quienes era sumamente machista. Poco después de su regreso a Norteamérica, repartió labiales rojos en el marco de una marcha organizada para exigir el sufragio femenino. Inmediatamente el uso del labial grana se popularizó como emblema de emancipación femenina. Poco después un incipiente séptimo arte colaboró en la naturalización de su uso, pues todas las artistas lo utilizaban.

A principios de 1930 nuestra protagonista era una gran empresaria con más de 150 locales de belleza, ubicados en diversos puntos de Estados Unidos y Europa. Desarrolló innovadoras campañas de marketing, enseñando a sus potenciales clientas cómo maquillar y cuidar la piel correctamente. En 1939 su marca fue la primera del rubro en crear un anuncio para las salas cinematográficas.

Las cremas fueron un bastión muy importante para la canadiense desde un principio. De hecho, ayudada por el químico Fabián Swanson, la “Crema Veneciana Amoretta” fue el primer gran producto que lanzó al mercado. Hasta entonces sólo se conseguían ungüentos con olor desagradable para el cuidado de la piel. Arden los volvió atractivos, incorporándoles perfumes y presentaciones delicadas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres sustituyeron a los hombres en diversos puestos laborales. Comenzó así una verdadera revolución que llevó al género femenino a incorporarse decididamente al mercado laboral. Florence supo adaptarse a los nuevos tiempos e ideó maquillajes fáciles de aplicar y de transportar.

La marca tenía por entonces una numerosa clientela, que abarcaba a primeras figuras como la reina Isabel II de Inglaterra, Jacqueline Kennedy, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe y Mamie Eisenhower, quien solía hacer uso de un SPA muy exclusivo. Otra de las grandes fans de Arden fue Eva Braun, esposa de Aldolf Hitler.

Comenzando la década de 1960 Florence decidió incursionar en la moda. Con dicho fin contrató a Oscar de La Renta, entre otros grandes diseñadores. Lamentablemente falleció poco después, en octubre de 1966. A lo largo de su vida no cosechó muchas simpatías, debido a un difícil carácter, pero sí admiración. Su historia es la de una luchadora que supo construir un emporio desde cero, imponiéndose en un mundo altamente machista de igual a igual.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA