Elisa Carrió apeló a sus afiladas respuestas durante una entrevista en Los Andes, para criticar al Gobierno: desde la situación judicial del vicepresidente Amado Boudou hasta el reciente nombramiento de Ricardo Foster al frente de la Coordinación del Pensamiento Nacional. Pero, fundamentalmente, quiso mostrar el rol que se ha asignado a sí misma, lejos de una candidatura aún, como garante de la unidad del Frente Amplio Unen.
-¿Qué piensa de la situación judicial de Boudou?
-Quieren ensuciar la causa para apartar al juez y conseguir un Oyarbide, pero Lijo tiene que mantener la calma. Hoy no tienen los dos tercios para destituirlo. Es una lamentable actuación de un vicepresidente que es ladrón y quiere ser impune. Se trata de una embestida del Gobierno. Este negocio fue iniciado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina. Tocaron algo muy simbólico, porque es donde se fabrica el peso nacional, lo que habla de la obscenidad del poder.
-¿Cómo la ve a Cristina?
-El objetivo es que termine su mandato y eso depende de ellos. En UNEN somos garantes de la transición democrática ordenada. La oposición quiere que por primera vez, desde 1930, la paciencia democrática le gane a ciertos sectores golpistas, incluso dentro del propio poder. Estuvo bien el Papa cuando dijo que Cristina debe terminar su mandato, porque sectores vinculados al PJ, Duhalde, algunos de la UIA, presionaban en el otro sentido. El problema es la conducta de quienes gobiernan. Hoy la conducta del Vicepresidente es golpista, viola las normas constitucionales. Y no es un golpe a un hombre lo que está en juego, sino al Estado de derecho.
-¿Qué explica las marchas y contramarchas de la Iglesia sobre el documento que emitió?
-Fue Cassaretto. No fue el Papa. Pregunten a Casaretto por qué pasó eso. Le ha hecho mucho daño a la política. Está ligado a Massa y a Duhalde. Casi diría que es un ariete de la campaña de Massa.
-¿Está preparada la oposición para pelear contra un modelo que parece estructural?
-UNEN garantiza el sostén y la posibilidad de una República. Es un camino difícil que depende de un enorme respaldo ciudadano, de un ataque frontal al narco Estado y de la ejemplaridad de las conductas. Yo he mantenido una conducta en 20 años de vida política y entendí que podía colaborar en la unidad de un polo republicano, pese a las enormes diferencias que a veces tenemos, por eso hoy no vengo como candidata. Hoy mi rol es la unidad. El año que viene decidiré, si hay respaldo popular, una candidatura.
-El surgimiento de UNEN no muestra mucha unidad...
-Bueno, alguien tiene que garantizar esa unidad. Me tocó a mí. Como me tocó luchar contra la corrupción.
-¿Cuál debería ser el concepto para unir a dos sectores como UNEN y el macrismo?
-Lo que definimos en San Nicolás, el sostén republicano, el respeto a la Constitución, la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, no sólo para el kirchnerismo y lo anterior, sino para el propio UNEN gobernante. Esto cambia con respecto a lo que era la Alianza de 1999; acá no hay impunidad. Si alguien comete delito, va preso.
-¿Es políticamente viable una Conadep de la corrupción?
-Lo principal es la imprescriptibilidad. Eso hace que ningún juez pueda cajonear el expediente y conseguir la prescripción. Lo segundo es que el Estado entregue todas las pruebas a la Justicia. Lo tercero es poder destituir a los jueces más escandalosos, como Oyarbide. Yo prefiero la Justicia, más allá de que exista un grupo fuera de la política, de renombre, que pueda hablar de un Nunca Más de la corrupción.
-¿Cómo ve al país?
-Estamos en una coyuntura estructural por tres razones. La económica, ya que estamos en el punto de inflexión donde no se resuelve el déficit fiscal y hay temas inflacionarios graves, devaluación y presión sobre el dólar. Tenemos una situación institucional grave, con un vicepresidente que va a indagatoria por delitos muy graves y tenemos una situación internacional donde el mundo ha virado al Pacífico, donde 500 años de vista al Atlántico están cambiando.
-Viene y está con Cobos, con Sanz y también se acerca a Macri. Está con todos.
-La unidad así lo requiere.
-Pero UNEN se ve disperso...
-No está disperso. Tenemos ideas diferentes en algunas cosas y no me parece mal. Eso es más auténtico que el discurso único y la escribanía en el Parlamento.
-Pero hay muchos candidatos...
-Surgirá un líder. Los demás tendrán calidad de ministros, algo que ningún espacio hoy tiene
-¿Cómo ve la Coordinación del Pensamiento Nacional?
-Me divierte mucho. Es un viejazo colectivo. Sin sentido. Hay que dejarlos. Si le hace bien a Forster sentirse el estratega del pensamiento nacional, hay que dejarlo. Falta un año y medio.
Lo que ha caracterizado a los intelectuales del kirchnerismo ha sido su incapacidad de pensar. Pero también fue incapaz de pensar el mayor filósofo de la historia moderna, Heidegger, y compró lo de Hitler. ¿Por qué no se lo vamos a perdonar a Forster? El problema es la corrupción.