El domingo 22 de julio, en su debut, Maria Brandin ganó la primera serie clasificatoria en Single Skull femenino con un tiempo de 8’00’’70/100; la sueca que ya había finalizado en el 5to lugar en los Juegos de Barcelona 1992, con el sonido de la chicharra imaginó el primer peldaño en su camino rumbo al podio. Mientras que, aún en el andarivel, la eterna Reina del Triatlón Vendimia, se ubicó sexta con una marca de 8’42’’59/100.
Elina Urbano, de 32 años, llegó a Estados Unidos persiguiendo un objetivo, tal como le contó a Los Andes en una entrevista publicada el primero de julio: “En Atlanta buscaré experiencia. Trataré de mejorar en la parte técnica y si es posible superar mi tiempo. Pero las posibilidades de un buen puesto son nulas, porque competiré en una categoría superior, donde no puedo compararme físicamente con mis adversarias’’.
El desafío es alto para la atleta nacida en Palmira, que en los últimos años ha realizado una destacada campaña como integrante de la Selección nacional compartiendo el bote con la mendocina Patricia Conte. Las representantes del Club Mendoiza de Regatas buscaron la clasificación para los Juegos en el Mundial de Finlandia; aunque el destino, por segundos, le negó la posibilidad de ser olímpicas a las palistas cuyanas “Tuvimos mala suerte, porque clasificaban doce botes para los Juegos’’.
Junto a Conte, en el doble par ligero, Elina había abrazado la gloria con el oro en los Juegos Panamericanos que se disputaron en Mar del Plata. Además de integrar las tripulación en el cuádruple femenino abierto. La ganadora en 1980 de la Cruz al Mérito, llegó Remo luego de haberse destacado en el Atletismo y también en el Triatlón; siendo en la década del ‘80 una de las grandes animadoras del calendario nacional de esta disciplina que reúne estaciones de running, ciclismo y natación.
Elina, aquella jovencita de energía inagotable, que de niña, en el patio de la Escuela, ya mostraba su habilidad, durante las clases de educación física, en el lanzamiento de bala, jabalina y salto en alto. Tendrá una nueva chance, en el repechaje de la categoría single scull. Una nueva posibilidad en la serie por un lugar en las semifnales. Ella, que había aprendido en oficio de la entrega y el sacrificio, se preparara.
Los tres medallistas de los Juegos del 1992, están en Atlanta. La rumana Elisabeta Lipa, campeona defensora del título, la belga Annelies Bredael. También la dinamarquesa Trine Hansen y la sueca Maria Brandin, campeonas mundiales en 1994 y 1995, respectivamente, pregonan una una muy exigente batalla por el podio de los Juegos de Verano.
En esa lucha personal, en ese ejercicio de la resistencia, el recuerdo de Emilio Urbano, de Don Pancho, es un bálsamo y también una idea que impulsa los sueños de Elina y los motiva. Su papá, que falleció en 1992, fue su primer y más querido maestro en el deporte, un ejemplo. Cuando en el polvoriento campo de deportes, contiguo a la cancha del Club Atlético Palmira, la practica el atletismo también comenzaba a formar la personalidad de aquella niña inquieta.
Elina Urbano, se había proclamado como la mejor pentatlonista de Sudamérica en la categoría menor, en 1978, y dos años después lo sería en Heptatlón juvenil. Era conocedora de las recompensas que brinda el deporte y también de los sacrificios que involucra. Ella había dejado su marca en el atletismo provincial, siendo la dueña (con 1.65) del récord mendocino de salto en alto. En 1987, ganó la Primer Edición del Triatlón Vendimia y sostuvo su corona durante ocho años consecutivos... la constancia es su mayor virtud.
Elina Urbano no pudo clasificarse en del repechaje para las semifinales del skiff femenino. Urbano se ubicó en el quinto lugar de su serie, la número tres, con un tiempo de 9’04’’66/100; mientras que la ganadora de la serie fue la canadiense Silken Laumann, con 8’41’’08/100.